Se ha llegado a un acuerdo sobre los servicios mínimos para el transporte del día de la huelga general. Esta noticia es un refrendo más en el proceso de normalización de resolución de los conflictos que en España tenemos. Un mecanismo largamente ensayado durante los últimos años entre los sindicatos mayoritarios y el poder político y empresarial. Consecuencia a su vez, de un Pacto Social no escrito pero que en la práctica existe.
El asunto despierta comentarios muy positivos entre los firmantes. Cilleros del transporte de UGT nos decía ayer: “Esto demuestra que los sindicatos no somos unos cafres así como que tampoco estamos locos. Porque con rigor y con criterio sabemos compatibilizar el ejercicio del derecho a la huelga y la libertad de los ciudadanos y ciudadanas” Blanco sale en la pantalla “vendiendo” la comprensión y lo bien que se llevan el gobierno y sindicatos. ¿Alguien diría que tenemos convocada una huelga a raiz de estas manifestaciones? Es el mundo al revés, todos felices, nadie enseñan los dientes. ¿Algo que ver con la primera huelga general realizada a un gobierno socialista hace ya veintidós años?
Contento el gobierno al llegar por vez primera a un acuerdo sobre servicios mínimos en una huelga general en la creencia de que puede rentabilizada políticamente. Felices los sindicatos porque adquieren un barniz de modernidad, de acomodamiento a la modernidad. En pocas palabras, hemos demostrado que no somos unos cafres. No he podido saber si al final, todos juntos, se fueron a comer para celebrar el acuerdo. Ganas de llamar por teléfono a algunos de los negociadores para saber si en realidad esa negociación tuvo ese colofón he tenido, pero al final, me he contenido.
Los comentaristas analizan este proceso y llegan a la mayoritaria conclusión de que es una iniciativa de las cúpulas sindicales para hacerse perdonar la inacción de tanto tiempo. ¿Es esto una huelga general? ¿Una huelga con acuerdo en servicios mínimos es una huelga general y política? ¿Es como dicen algunos una huelga para la galería, una huelga de guante blanco?
A mi me parece que es un signo de debilidad el hacerse perdonar las posibles ofensas. Y algo de eso hay. Desde mi punto de vista no hay ofensas que hacerse perdonar. Los sindicatos se saben débiles en esta coyuntura, para que nos vamos a engañar, y de esa debilidad surge ofrecer una coartada de cara al futuro. Creo que han sido muchos los años de mesa y mantel como para movilizar con fortaleza. Pero ya saben, soy un pesimista incorregible y todas las mañanas me levanto con las gafas negras, pero puedo jurarles que cada vez entiendo menos lo que ocurre y aunque hay muchas voces en sentido contrario yo veo que los trabajadores, los pobres, ahora no pienso en ese instalache sociológico-mediático del ciudadano al que todos decimos defender, los que sufren la crisis han ido durante todo este tiempo, aunque no se lo hayan creído, de mal en peor.
Me asomo a la ventana de la CNN y veo lo que en Francia ocurre. Van por la séptima huelga general y allí, solo quieren subir de los sesenta a los sesenta y dos años la edad de jubilación y un paro nueve puntos por debajo del nuestro. A estas alturas, el gobierno Sarkozy queda lo suficientemente tocado para poder intuir un cambio en las próximas elecciones. Pero claro, en Francia no han tenido esa losa tremenda de la concertación a todo tren como la que hemos tenido aquí. Allí los sindicatos se presentan, con sus carencias desde luego, como todo colectivo humano, pero han mantenido desde siempre una posición de firmeza frente la crisis.
El PSOE, el gobierno y su presidente llevan jugando con los sindicatos, con los dos, quítame allá esas pajas, que diría el castizo, desde hace ya seis años. Los sindicatos han comprado humo a costa de la desmovilización de sus recursos y en parte, la dejación de sus principios. Se ha atendido en demasía a la música que tocaban desde el poder y muy poco a la letra y práctica. Esto no quita para que en muchas empresas y secciones sindicales se haya trabajado muy duro y que en otros casos se hayan resuelto problemas que afectaban a sus trabajadores.
Es en otro ámbito, en el de las estructuras territoriales, la que no se sabe muy bien lo que es, si es sindicato o si es una instancia política sin más, la que concierta las “grandes políticas” con gobiernos regionales o nacionales la causante de que haya desinflado en parte el fenómeno sindical.
Los trabajadores han tenido la sensación, digo bien, la sensación, de que durante estos años ha habido un cierto compadreo que ha sido muy bien agitado por los medios de la derecha.
Pienso que ir a la huelga y a las manifestaciones es una cuestión de dignidad. No es necesario bucear y encontrar argumentos en lo más profundo, se encuentran en la superficie: Reducción salarial para dar dinero a los que más tienen, congelación de pensiones, paro de casi cinco millones de trabajadores, desempleo del 60% en los menores de 25 años… Cansa seguir el rosario de agresiones. De esta crisis solo salen como perdedores la clase trabajadora, de cuello azul o blanco, lo mismo da y por eso es razón de clase el ir a la huelga.
En momentos como estos creo que no se precisan de argumentos porque hay realidades que impregnan el ambiente. Solo la fe del carbonero en unas siglas y unas personas que dicen ser socialistas y los intereses muy particulares que otros puedan tener impidirían obrar conforme a la razón de la izquierda. Mirar, estar atento a lo que acontece en nuestras ciudades y barrios de trabajadores es más que suficiente para despertar la conciencia. No todos la tienen, desde luego. Si los trabajadores, después de analizar las agresiones recibidas y los argumentos que se ofrecen desde el gobierno, deciden, en el uso de su libertad no acudir a la huelga algo habremos estado haciendo mal durante todo este tiempo. Algunas pistas han quedado señaladas, las otras, que cada cual se mire dentro, muy dentro.
Los trabajadores han tenido la sensación, digo bien, la sensación, de que durante estos años ha habido un cierto compadreo que ha sido muy bien agitado por los medios de la derecha.
Pienso que ir a la huelga y a las manifestaciones es una cuestión de dignidad. No es necesario bucear y encontrar argumentos en lo más profundo, se encuentran en la superficie: Reducción salarial para dar dinero a los que más tienen, congelación de pensiones, paro de casi cinco millones de trabajadores, desempleo del 60% en los menores de 25 años… Cansa seguir el rosario de agresiones. De esta crisis solo salen como perdedores la clase trabajadora, de cuello azul o blanco, lo mismo da y por eso es razón de clase el ir a la huelga.
En momentos como estos creo que no se precisan de argumentos porque hay realidades que impregnan el ambiente. Solo la fe del carbonero en unas siglas y unas personas que dicen ser socialistas y los intereses muy particulares que otros puedan tener impidirían obrar conforme a la razón de la izquierda. Mirar, estar atento a lo que acontece en nuestras ciudades y barrios de trabajadores es más que suficiente para despertar la conciencia. No todos la tienen, desde luego. Si los trabajadores, después de analizar las agresiones recibidas y los argumentos que se ofrecen desde el gobierno, deciden, en el uso de su libertad no acudir a la huelga algo habremos estado haciendo mal durante todo este tiempo. Algunas pistas han quedado señaladas, las otras, que cada cual se mire dentro, muy dentro.
No comparto tu opinión de que si los trabajadores no acuden a la huelga, algo habremos hecho mal. Porque hay muchos trabajadors, y tu lo sabes, que ni en momento de gran lucha, con las cosas muy claras y con los sindicatos en plan coherente, han secundado una huelga en la que se jugaban exclusivamente su salario.
ResponderEliminarEvidentemente los sindicatos no han estado en la mejor de las circunstancias, pero ellos no son los responsables de la crisis ni de las medidas anticrisis y todos sabemos que hay trabajadores que se agarran a un clavo ardiendo para justificar no secundar una huelga.
Salud, República y Socialismo
Coincido plenamente con lo dicho por Antonio. Además, hay una serie de servicios públicos básicos como la sanidad, que requieren unos servicios mínimos acordados entre el gobierno y los sindicatos. ¿Qué pasaría si no? ¿Todos los que enfermen al hoyo? Seamos responsables al expresarnos.
ResponderEliminarSaludos progresistas de Madrid.
Me da la impresión que se pretende hacer una huelga en la que todos salgan ganando y nadie pierda. Y yo no sé si eso es una huelga o un guateque de fin de semana.
ResponderEliminarHola amigo, las encuestas publicadas en el día de hoy dicen que el 80% de la ciudadanía dice que para esta huelga sobran motivos, pero otro casi 80% dice que no la secundará por no servir para nada. Y es lógico, cuando se vayan acercando los tiempos electorales un buen número de sindicalistas irán corriendo a las sedes del PSOE a ver si los incluyen en las listas electorales para así jubilarse de la dura vida sindical y, todo el sindicalismo, a coro pedirá el voto para el PSOE. Como no montemos pronto ese necesario Espacio Plural, esa tercera fuerza, nos comen por las patas. Un abrazote amigo.
ResponderEliminarAntonio,
ResponderEliminarCuando digo que algo habremos hecho mal, no me refiero a que todos vayan a la huelga. No, quiero decir, retórica la margen, que si no hay una respuesta adecuada, contundente, en la misma medida que la hubo aquel 14-D ( por mucho menos) en la medida en que la hubo en la huelga contra Aznar 8 tambien por mucho menos) es que hemos las cochas mal porque Antonio, ¿Porqué razón si entonces hubo una respuesta aceptable en este caso no va haberla? Supongamos que no la hay,, entonces no puede que haya habido un alejamiento de prácticas que en un pasado teníamos y ahora no las tenemos?.
A eso me refería. En todo momento hago un analisis y aventuro una presunción o una hipótesis.
saludos,
Marcos,
ResponderEliminar¿Como me voy a oponer a los servicios mínimos en los servicios básicos? No se trata de eso, se trata del vodevil PSOE-Sinicatos, Sindicatos-PSOE , y sobre todo en lo referente al Gobierno.
No hay clima de huelga general, hay muchos carteles, se ven a los sindicalistas ir de un lado y por otro pero la gente, los trabajadores no están lo suficientemente movilizados y cuestiones como el espectáculo de las negociaciones sobre los servicios mínimos altamente rentabilizado políticamente y socialmente por el gobierno. Hay una percepción de huelga pantalla y de "negocios de amigos" que los enemigos de los sindicatos y los trabajadores a un lado y a otro rentabilizan.
Eso es, Marcos, lo que quería denunciar con el escrito.
saludos,
Nicolás,
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, Lo que me fastidia es la parafernalia en torno al acuerdo.
saludos,
Javier,
ResponderEliminarNo había oido nada de las cifras que mencionas. No te falta razón en lo que dices. Pero solo hay sitio para uno de UGT y otro de CCOO en las listas grandes y no siempre en los sitios de salida. Si suele ocurrir eso que dices. Al respecto tengo una magnifica anecdota de la huelga del 14-D entre un presidente del PSOE provincial y un Sº Gral de una Unión Provincial. Un año después el ugetista era cargo de la administración socialista y el presidente del Psoe tres años después era tan solo ugetista. POr medio hubo una huelga general y una decepción en cuanto a lo que había que cumplir desde el sindicato.
saludos,