jueves, 24 de septiembre de 2009

Una política exterior mas que aceptable





Los lectores de este blog saben, que en él, se manifiesta más veces de lo que al autor quisiera posiciones críticas con las actuaciones de Rodríguez Zapatero en el PSOE y el gobierno, pero del mismo modo, habrá leído alguna que otra vez, lo que siempre a juicio del que escribe, considera acciones positivas del Gobierno Zapatero.

Esta vez y con ocasión de la visita del presidente a los Estados Unidos, me ha dado por pasar revista a las actuaciones en política exterior.

Escribo como un no versado en estos temas y por ello, lo hago desde la impresión que a mi me causa la acción exterior. Es por eso por lo que digo que el saldo de la política exterior del gobierno socialista es muy positiva.


De la mano del ministro Moratinos que, entre otras cosas, no se caracteriza, al contrario que algunos de sus colegas, por el divismo y la presencia constante en los medios sin venir a cuento, la diplomacia española se está abriendo paso en algunos ámbitos que hasta ahora le estaban vedados.

Lo bueno es que la apertura a nuevos espacios esta siendo acompañada por la defensa constante de los derechos humanos en el mundo y el incremento de la ayuda a países desfavorecidos que prevee alcanzar el 0,56% del PIB en 2010 para acercarse a la meta del 0,7% en el 2012.

Sería injusto atribuirle este mérito en exclusividad al ministro aunque en gran parte a él es debido. Zapatero se encuentra a gusto en el papel que se le brinda de estar presente en foros inimaginables hace algunos años, y la verdad es que el presidente, hasta ahora, se ha conducido de modo efectivo.

Si hacemos abstracción de alguna que otra afirmación propia de su peculiar carácter como, “No es lo que Obama puede hacer por nosotros, sino que podemos hacer nosotros por Obama” que no nos deja en muy buen lugar como país, sus actuaciones en el exterior, salvando algún que otro patinazo berlusconiano, es muy positiva.

Los acuerdos con Francia y Marruecos vitales para nuestra seguridad se han reafirmado y alcanzado cotas no existente anteriormente.

Sin duda, la retirada de tropas de Irak fue un acto valiente de independencia, lo mismo ha ocurrido con la vuelta de los soldados de Kosovo. Cumplida la misión de mantenimiento de la paz en aquella zona, nuestro ejercito no podía seguir allí ni un día mas, se le estaba dando una cobertura que no era lógica, no olvidemos, que España no reconoce la independencia de ese territorio al que considera parte integrante de Serbia.


Nuestro compromiso de la resolución de Naciones Unidas y el mantenimiento, conjuntamente con otros cuarenta y dos países, de un contingente militar en Afganistán que en breve se verá incrementado en 220 nuevos soldados reafirma un compromiso con nuestros aliados.

Este país se encuentra en guerra y es absurdo negarlo, la línea que separa las acciones terroristas de enfrentamientos reglado hace tiempo que fue superada. La cuestión que en círculos nacionales se viene debatiendo es de si tenemos que estar o no en Afganistán, parte de la izquierda sostiene que las tropas españolas deben de ser repatriadas y dejar a otros países occidentales esa labor de ayuda al pueblo afgano.

Por otro lado, se aduce igualmente por los contrarios a nuestra presencia, que el gobierno al que estamos ayudando a sostener es un gobierno corrupto que mantiene a su vez, leyes que colisionan de modo radical con la defensa de la dignidad de la persona y los derechos de las mujeres y eso, es bien cierto.

La cuestión de Afganistán es la simple elección entre lo malo y lo peor, lo que significa Karzai y su régimen frente al régimen Talibán. El gobierno ha optado por seguir estando allí por ahora.

El mantenimiento de las tropas allí tiene, sin duda, un coste político y humano que se vería acrecentado si las cosas fuesen a peor. Ningún gobernante español, desde el desastre de Anual, mantiene la convicción en una causa en el exterior que suponga costes reiterados en vidas humanas. Si las cosas se complicaran en esa zona del mundo la presión de la opinión pública haría insostenible la presencia del ejército allí.

Pero el que quizá sea el logro mas significativo del gobierno en política exterior es el de nuestra entrada, aún no firme, en organismos que emiten políticas hacia el conjunto de países como el G-20. Es una ocasión inmejorable para hacer oír dentro de este foro propuestas sociales y solidarias con los que más sufren. Esperémoslo.

Una larga aspiración española que se esta viendo plasmada a raíz de la crisis económica generalizada que viene viviendo el mundo.

No se cual es la traducción practica de esta presencia, si estamos allí para ser protagonistas o vamos de simple apoyo de otros. Eso con ser muy importante, no lo es todo. A veces la diplomacia y el mayor peso exterior tiene esas cosas, su transcurrir es lento, muy lento y sus frutos tardan el llegar. Pero estar, sin hacer el ridículo y sin ir de coro de ferias es mas que suficiente y ese objetivo está logrado.

Algunos guardamos recuerdos muy crudos de nuestra presencia exterior; Ir de machaca de Bush y Blair a las Azores, la impresión que a todos nos causaron esos pies puestos encima de la mesa en el rancho de Tejas y el acento tejano del que hacía gala Aznar son recuerdos que causan vergüenza.

La labor en aquellos días de Arias, posiblemente a su pesar, y de la ministra de asuntos exteriores Ana de Palacios, en el Comité de Seguridad de las Naciones Unidas fueron bochornosas para el conjunto del pueblo español y hoy, cualquier cosa que suponga la repetición de aquellos días nos parece la gloria.


Cuando contemplamos algunas de las dificultades que nos toca vivir y el negro panorama de la situación económica no solemos reparar en que hay cosas que se están haciendo realmente bien. Nuestros problemas como país están ahí, el problema del paro, la educación, el cambio del modelo productivo etc. Muchos, desde luego, pero hay que reconocer que el esfuerzo de algunos servidores públicos en el cometido que le han confiado, se está traduciendo en una mejor consideración de nuestro país en el exterior.

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