martes, 22 de junio de 2010

Boyer: "Con lo que pagan en el gobierno y más ahora que han rebajado el sueldo, a los puestos de dirección solo llegaran los analfabetos"


Quien así habla es Miguel Boyer ex-ministro con Felipe González y socialista de ida y vuelta. Según coincidía o no la política económica con lo que él pensaba así actuaba en relación con su pertenencia al PSOE.

Formó parte de la gauche divine del PSOE. Personas preparadas, viajadas, técnicos de la administración amparados y protegidos por los tecnócratas del régimen. Algunos como Solchaga procedían de ese gran semillero de hombres públicos para el PSOE que fue el antiguo BBV.

Boyer sufrió cárcel con la dictadura pero seguramente de aquel período ¿romántico? Poco queda.

Tener las ideas claras. Ese es el concepto clave, la clave de bóveda que diría Cándido Méndez, para conducirse en política. Ese y otro más, sentido del tiempo en el que uno vive. Seguramente Boyer y otros muchos, cuando algunos estábamos envueltos en ese halo romántico idealista de la política allá por primeros de los setenta, estaban ya en otra dinámica, la de los efectos prácticos, los personales de la política. Aquí como en tantos otros sitios se cumple la máxima del andar despierto. Cuando los avatares de la vida me llevó a ciertos puestos de responsabilidad entre gente “preparada” tuve que hacer frente a la pregunta de rigor; “Miguel, tú que quieres” No me creían cuando contestaba “yo quiero trabajar” No lo podían entender, allí se iba a algo. Al final tuve que decir, echando mano de algo que no molestara las expectativas de otros, “me gustaría ir a ese puesto” Así estaban mejor las cosas, no hay nada peor que tener un compañero de viaje del que no se sabe a dónde se dirige ni cuales son sus aspiraciones.

Más tarde, pero esto ya lo he repetido otras veces, me encontré con alguien, catedrático de instituto, de letras, que llegó procedente de un partido situado más a la izquierda en aquellas lejanas ya fechas de 1982. En una pegada de carteles se me ocurrió decirle que formara equipo con otros militantes para salir esa tarde-noche a colocar los carteles. Mirándome fijo, a todo un coordinador electoral, me espetó: “Yo no he venido a este partido a pegar carteles” Y allí se quedó tan pancho el hombre.

Ideas claras eso tenía ese nuevo afiliado. Algunos meses mas tarde fue concejal, y aún hoy, con el gobierno socialista disfruta de carguillo. Tres décadas de cargo público le contempla. Ah, eso sí, nadie como él para contar chistes. Ideas claras, desparpajo y saber contar chistes tres ideas claves para triunfar en la moderna política y poder hacer carrera en las empresas. Sigan los jóvenes a Brecht, estudien, prepárense para el futuro, pero en esas tres habilidades, es posible que usted esté llamado a ser un dirigente. Todo lo demás, idealismo, corazón, convicción son pamplinas o peor, cosas de analfabetos que mas se apuntaran en el debe que en el haber.

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