miércoles, 9 de septiembre de 2009

Lanzarote el cruzado



Lanzarote, alcalde de Salamanca, aprovecha su paso por la responsabilidad pública para hacer apostolado. Desde el inicio de su mandato, el servicio a la Iglesia Católica y a sus postulados ha conformado toda una guía de actuación. Restauraciones de iglesias, entornos, reformas urbanísticos, erigir monumentos a santos, beatos y demás, cambios en nombres de calles con resonancia religiosa, conforman parte de su actuación como alcalde de la ciudad.


En el año 2008, con ocasión de las fiestas patronales de la ciudad y durante la misa mayor que se celebraba en la catedral de Salamanca, a la corporación municipal le correspondía hacer una ofrenda a la Virgen de la Vega, patrona de la ciudad. Curioso acto este, reñido con la separación de poderes que debe regir en una democracia avanzada. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.

La participación de Lanzarote en aquél acto no se limitó a los comentarios de rigor, si no que fue una intervención política en toda regla. El alcalde criticó cuando tomó la palabra, en plena misa, la política del gobierno socialista en lo referente a la educación, contraria según él a la doctrina oficial de la iglesia, y a la interrupción del embarazo. Fue en definitiva todo un alegato político en un acto institucional y a la vez religioso. En aquél caso, la oposición socialista asistió, con el gesto torcido, impertérrita a la intervención de Lanzarote.


Tras aquello, el portavoz socialista se dirigió al obispo de la ciudad para que en el futuro se prescindiera de la intervención municipal en la misa. El prelado contestó que el no “podía hacer nada” que correspondía en todo caso a la corporación municipal no hacer la ofrenda. Curioso, la iglesia no puede ordenar esto porque, al parecer, ellos no pueden orientar el sentido de la misa. Añadió que lo que se decía por el alcalde era algo “moral” y no “político” y que en todo caso lo que el alcalde decía estaba dentro de la ortodoxia de la doctrina de la iglesia.

Sin duda, Groucho (Marx) vive, el absurdo, no solo en Salamanca si no en España, forma parte de nuestra dieta diaria.

Ayer, los socialistas acudieron como cada año a la catedral y en el momento en el que el alcalde iba a iniciar su intervención abandonaron en bloque el templo.

El lío está servido, los medios de comunicación escritos de esta ciudad, todos de derecha, han criticado con virulencia la actitud de los socialistas y el alcalde nuevamente se frota las manos. Si era esperable esta actitud de Lanzarote (el cruzado), el prelado y la derecha ¿porqué asistieron los socialistas a la misa mayor?. Cuál ha sido el riesgo de tomar una opción u otra. Personalmente creo que si el obispado mantenía su posición y el alcalde iba a intervenir con un discurso-ofrenda político, “moral” según la iglesia, la opción era clara: No acudir a la misa política. Paz aquí y allí gloria.

Los socialistas de la corporación de mi ciudad forman una muchachada voluntariosa; chicos y chicas jóvenes, producto de las listas paritarias y el culto a la juventud que en el PSOE se tiene , con el aditamento de algún que otro mayor, expresan para cada ocasión que la política municipal les brinda para dar pruebas de su candidez.

La estrecha ligazón entre política y religión en el ayuntamiento de Salamanca no es nueva. La supeditación que en determinados rasgos de la política municipal se tiene al criterio de la Iglesia, ha sido constante. No es nada nuevo, de aquellos polvos se arrastran estos lodos. Las primeras corporaciones socialistas fueron ampliamente indulgentes con la Iglesia, acudieron cada vez que era menester y de modo solícito a cuantos actos, iniciativas y ofertas inmobiliarias surgían del obispado y del clero salmantino. En aquellos tiempos, y pienso que ahora, el papel de los socialistas “vaticanistas”, pocos pero influyentes en el partido, dieron como resultado la incorporación de casi todos a las listas municipales.

Lógico es por lo tanto que el clero salmantino se encuentre crecido, lógico también es que, en conjunción con la derecha, piense que lo natural es hacer religión cuando se hace política y viceversa.

Nada nuevo bajo el sol.

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¿Llegarían a esto?

Curioso este vídeo de la BBC, pobres personas tendrán que llegar a esto para defender sus privilegios?


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Comienza la temporada



Los que somos algo mayores, entramos en el otoño casi a hurtadillas. En nuestro caso, el tránsito del verano a la siguiente estación es casi imperceptible. No estamos sujetos a una disciplina de trabajo como la mayoría de la población. Casi sin saberlo, un día observamos desde el sillón de nuestro salón que los programas de televisión han variado, que se recobran las viejas series y la publicidad se nutre de infinidad de anuncios sobre nuevas colecciones y cursos por fascículos.

Se sabe, que tras el verano siempre suele haber una reconsideración de lo hecho hasta ahora. Los propósitos para el nuevo curso, laboral o escolar, afloran en cada cual; Quiero aprender ingles, quiero hacer un barquito de madera con el que emplear las largas tardes de invierno, quiero hacer la colección de muñecas que, de niña, siempre quise tener…


Hay algo más, para muchos de nosotros el otoño significa la vuelta a las tardes y noches de futbol.

Decir que el fútbol forma parte de nuestro otoño, invierno y primavera es decir poco. Incluso los que son pocos aficionados a este deporte se ven desplazados de la mayoría de las conversaciones si no tienen opinión sobre la marcha de la competición o lo sucedido en cada equipo.

No he sido un gran aficionado al fútbol. Como cada niño, en la calle o en el recreo, participé en aquellos partidillos con, a decir la verdad, muy poco arte. Más tarde, en torno a los treinta años, el grupo de amigos nos reuníamos en la playa los sábados a la mañana para echar un partidillo. En realidad era una excusa para el almuerzo que vendría después.

Después, un gran silencio en que conocía algunas cosas de este deporte por lo que me llegaba de otros, ocasionalmente con algunos acontecimiento como las reuniones de amigos o los familiares podía ver algún partido que otro.

Sin embargo en esta sucesión de acontecimientos que suele ser la vida, me he visto embarcado como nunca en el tema futbolero.

Ahora me gusta el fútbol, pero me gusta, creo yo, de un modo diferente a muchos de sus seguidores. No soy hincha de ningún equipo, contemplo el fútbol como un espectáculo de habilidades. Admiro los pases, las roturas de defensa y el espectáculo del gol y no suelo participar en las pasiones que desatan aunque hayan compromisos nacionales en juego.

Además, mi acercamiento al fútbol tiene un alimento muy especial, mi hijo es practicante de este deporte. El chico se encuentra federado y desde hace unos siete años, tiene catorce actualmente, participa en competiciones provinciales con su equipo.

Se me ha permitido pues, acercarme al fútbol en otra dimensión, en la del fútbol base, divertidísimo en sus ligas benjamines, alevines e infantiles y que no se acerca, aún en estas competiciones tempranas, a los vicios propios de este deporte en las de cadetes y juvenil.

Qué he visto en él, el futbol en sus fases primeras divierte mucho y bien llevado puede ser portador de valores que sin duda sirven a la formación de la juventud; el trabajo en equipo, el adiestramiento del cuerpo, el ejercicio de la voluntad, la persistencia en el sacrificio como medio para alcanzar objetivos, el fomento de la solidaridad, la generosidad etc. En fin, una serie de valores que bien ejercitados y dirigidos propiciarían una formación adecuada para la juventud, en un tiempo, en el que las señales alarmantes sobre el estado de salud moral de nuestros jóvenes nos acechan.

Camus, en otros apartados de este blog se podrá leer, atribuyó al fútbol y su práctica un papel fundamental en lo que sería su pensamiento y actitud ante la vida.

No todo es una camino de rosas. En el ejercicio de este deporte y en los niveles federados también nos encontramos con gran parte de los vicios que afectan a la sociedad.

En estas ligas, el acierto en la elección de un equipo campeón para un hijo frente a un equipo no tan importante pero que hacen propios en estas categorías los principios sagrados del deporte o, que es dirigido por un entrenador sabedor del material (chicos no formados aún) que tiene en sus manos, es vital. No siempre ambas cuestiones van de la mano. La competición brutal en categorías inferiores suele comportar riesgos evidentes, psicológicos y físicos, para un chico en formación.

Bien, la liga va a comenzar, los partidillos de entrenamiento ya ocupan nuestros sábados. Disfrutémoslos en su justa dimensión, sabiendo el valor que tienen y su importancia formativa.

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