martes, 9 de febrero de 2010

Tras la semana negra, hora de recapitular.




Después de esta loca semana, no me resisto a extraer unas cuantas conclusiones del giro sustancial que en el panorama político nacional se ha producido y al mismo tiempo, apuntar, según mi criterio, algunos de los acontecimientos que podrían producirse. Es un alto en el camino, una vez que las cosas en cuanto a los mercados de capitales parecen que se han apaciguado algo.

La primera, el gobierno de Zapatero ha decidido dar un cambio de rumbo en su acción política y económica. Los mercados han hablado y la necesidad de financiar un déficit creciente va a obligar a establecer una serie de recortes presupuestarios, la reducción del coste del estado del bienestar y unos salarios competitivos que de garantía a los inversores de una pronta recuperación.

Confluye en este interés los países euro y el Banco Central Europeo. Sabido es que los déficits nacionales introducen una serie de desequilibrios en la estabilidad del euro que ninguno de los socios monetarios quiere padecer.

Existe, al parecer, una firme voluntad del BCE en sostener al euro y al mismo tiempo, la deuda de los países miembros hasta unos ciertos límites, siempre que se asegure la reducción de los déficits en las actualizaciones de los programas de estabilidad.

Hay una clara intención del Gobierno en garantizar los niveles actuales de protección social a los desempleados, su reducción equivaldría a una alteración profunda de la paz social y podría provocar graves desordenes públicos. El recorte en los presupuestos, aun no definidos de modo exacto, va a recaer en los programas de inversión y gastos corrientes. El Gobierno habrá de tener en cuenta el impacto que sobre el empleo tendrá este recorte. Se supone que en la comisión de presupuestos se modificará estos créditos. Se supone, digo.

El Gobierno, ante el término de la prestación del subsidio de desempleo, hay que recordar que 3.100.000 desempleados reciben algún tipo de prestación de los cuales, 1.638.000 trabajadores las perciben en la modalidad de contributivas. En el caso de las asistenciales son un total de 1.300.000 en Diciembre de 2009. Hay que decir que Zapatero mantiene un alto grado de preocupación por este aspecto.

El crecimiento de receptores de algún tipo de modalidad ha sido en 2009 en una media de 50.000 nuevas al mes y los que van dejando de percibir la prestación contributiva y tienen que acceder a alguna de la modalidad asistencial es también de 50.000. En definitiva si en Enero de 2009 había 1.600.000 receptores de prestación contributiva, en Diciembre eran 1.638.000. Es decir, 38.000 más. En cambio, los de modalidad asistencial han crecido de 761.000 en Enero de 2009 a 1.300.000. En este apartado se encuadran las de los mayores de cuarenta y cinco años, la de los mayores de cincuenta y dos años y la modalidad de inserción, en torno a 300.000. De ahí, que hoy mismo, Zapatero haya comunicado al grupo parlamentario el mantenimiento de esta modalidad. El mantenimiento de este tipo de prestaciones, así como otras, es cuestión de supervivencia del gobierno y del orden público y hay que tener en cuenta que en muchos hogares es lo único que entra en casa.

Otras de las conclusiones es que la prolongación de la edad de trabajo o retraso de la jubilación y la ampliación del período de cotización es previsible, tras la recogida de velas del gobierno, que quede por ahora como un enunciado a tratar en el futuro en el marco del Congreso y del Pacto de Toledo con lo cual sus consecuencias no serán inmediatas, no al menos, en el plazo de un año. La proximidad electoral hará que, posiblemente, no se produzca ningún acuerdo en esta legislatura salvo presión añadida de los mercados.

En torno a la reforma laboral, auténtico Talón de Aquiles de la credibilidad del gobierno ante la Unión Europea, FMI y mercados en general es una cuestión inaplazable. Los sindicatos pactaran, sin duda, una reforma que toque aspectos contractuales para los nuevos trabajadores con indemnizaciones por despidos mas baja y se accederá, por fin, a la vieja pretensión de la patronal de convenios colectivos y acuerdos descentralizados, acabando con los convenios de sector, provinciales y de rama. Esta última cuestión afectará sin duda a las estructuras sindicales en la pequeña y parte de la mediana empresa pero dejará intactas las condiciones laborales y de convenio de los trabajadores de las grandes empresas y de la administración fuente de la que surge el poder real de los sindicatos. Es muy poco probable que la gran aspiración de la derecha, la huelga general al gobierno de Zapatero, no se llegue a efectuar salvo que se extremen las condiciones y Zapatero se vea obligado a imponer duras condiciones. Más o menos que lo que Campa ha venido a decir en Londres de ponerse las cosas peor.

En cuanto a la cuestión política y una vez que el PSOE ha dejado ver sus tremendas carencias en su acción de gobierno la cuestión estriba si va a existir un acuerdo multipartidario para sostener al gobierno y su política económica. En esta jauría de lobos que es la política hispana es difícil que alguien de un voto de confianza cuando ya se ha visto sangre en un miembro de la jauría, máxime cuando no hay dinero con el que pagar a los minoritarios. A todos les interesa que siga Zapatero, a todos les interesa que el presidente se vaya desgastando, es, vista las circunstancias, el contrincante ideal de seguir así las cosas. Todos piensan crecer a costa del PSOE en las próximas elecciones y entramos en período electoral a vueltas de verano o posiblemente antes (Cataluña).

El PSOE sin reacción en el interior y todos puestos en la creencia de que Zapatero es el único candidato a presentar evaluará en función de los próximos compromisos electorales y a partir de ahí, es posible que se opere con el mejor cartel que para entonces se tenga. Puede que sea en ese momento la hora de Rubalcaba o la de Chacón, pero eso, es ya mucho aventurar.

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