viernes, 26 de noviembre de 2010

Sobre la reunión del Presidente con los empresarios





Todo el país anda pendiente de la convocatoria que ha realizado Zapatero a los treinta y siete grandes empresarios españoles. Quién influirá en quien, esa es la pregunta. En una semana tormentosa que recuerda a la fatídica semana negra del mes de mayo, con unos mercados acosando a la deuda pública española y con la caída de la bolsa superior a los seis puntos no es de extrañar que la reunión despierte gran expectación.

Una semana en la que, una vez más, el gobierno parece ser esa víctima a la que el miedo que le infunde el depredador paraliza. Del otro lado, los carroñeros del Partido Popular siguen haciendo de las suyas. A una mínima señal de sangre, que no es del gobierno, que es de este país y de sus ciudadanos, los chacales y las hienas del Partido Popular se acercan al festín celebrando el desangrado y ayudando para ello al depredador. Eso no es traición, eso es algo peor y para lo cual, no he encontrado aún el calificativo adecuado.

En la izquierda hemos tenido mala suerte, quizá sea la suerte que nos merecemos. Tenemos un líder inmaduro y un equipo que le sigue muy de cerca en la inmadurez. Pero esa carencia no puede significar el tirar todo abajo para que la derecha se instale antes de tiempo. Esa es la senda en la que siguen muchos. Me explicaré, parece ser que el problema no está siendo el gobierno del PSOE, el problema puede ser otro, puede ser su actual líder y la solución, de darse, correspondería al PSOE en primer lugar, y al Congreso de los Diputados más tarde.

No sabemos si los empresarios aprovecharan la ocasión para pedir que se acometan las reformas que en su día fueron mencionadas por el grupo de los 100 economistas o las que presentaron al Rey la semana pasada. Tampoco sabemos si Zapatero estará en condiciones de exigir a los empresarios algo que vaya más allá de las buenas palabras que sin duda les dedicará. ¿Quién llevara la voz cantante entre estos? Estas empresas se deben a sus accionistas y a los que ponen dinero en su deuda. Nuevas medidas en cuanto a una inversión adicional en España provocaría la huida de inversores en muchas de estas empresas que también están sobradamente endeudadas. El free float de las que cotizan en bolsa es muy alto. Gran número de acciones van de un lado hacia otro entre grupos de inversores y fondos de pensiones radicados en el exterior y por el contrario, los núcleos estables de accionistas no suelen ir mas allá del 20 o el 25% del total del capital.

¿Que pueden hacer más por el país que lo que hasta ahora han venido haciendo? Sin duda, podrían hacer algo más, pero convendrán conmigo que pedir patriotismo al dinero es bastante infantil. ¿Se atreverá a tanto Zapatero? Desde luego deberían de haber hecho algo más, algunas de estas empresas han llevado al exterior actividades que bien podrían haberse seguido realizando en España.

Con una guerra total contra el euro que se viene librando en los campos de la deuda española, el gobierno se verá forzado, una vez mas, a presentar nuevas ofrendas en el altar del capitalismo. Esto me sugiere la selección de la víctima propiciatoria que hemos visto en tantas películas; se sacrifica al más débil de cada momento a los tiburones, a los leones o al matadero para que otros puedan seguir alimentandose.

Almunia lo ha dicho: “El gobierno tiene que aclarar que otras cosas pueden poner encima de la mesa” Los mercados siempre esperan algo más. Los mercados, el capital, lo quiere todo. Toxo dice: “No descartemos una convocatoria anticipada de elecciones” No lo creo, pero supongamos que esa reunión es aprovechada para lo contrario de lo que quería el Presidente, se corre ese riesgo. Podría ser aprovechada para tirar de las orejas a Zapatero y para exigirle mas pruebas, podrían llegar a pedirle que se hiciese el harakiri para salvar a la patria. Los mercados quieren a Zapatero ¿Podría descartarse esta hipótesis?

Zapatero, una vez más, se ha metido el solito en la boca del lobo, porque nada bueno puede salir de una reunión convocada a bombo y platillo con semejantes compañeros de mesa. Esas reuniones no deben desvelarse. La tendencia de ZP al espectáculo, de hacer de cualquier cosa un motivo no de marketing, sino de merchandising, es letal en tiempos de crisis. Es tan obvio lo que digo que me parece mentira que no haya consejeros a su alrededor que le digan, si él insiste en ello, que eso no debería de hacerse. La próxima semana habrá nuevas medidas encima de la mesa, denlo por seguro, nuevas medidas o la ejecución inmediata de las en su día fueron propuestas.

¿Cuál será la lectura que hará la izquierda social y electoral ligando reunión, empresarios y medidas? Pues esa, que ZP pone nuevas cosas encima de la mesa o que acelerará otras en función de lo que le han dicho los grandes capitalistas reunidos en La Moncloa.

Una lectura mas atenta de la convocatoria de la reunión y de los asistentes nos dice que el cónclave obedece a una posible motivación: ZP quería, cuando convocó la reunión, llamar a capítulo a algunos empresarios por haber firmado de la Iniciativa Transforma, movimiento éste, que despertó un notable cabreo en el presidente pero en esta semana negra, una más, el boomerang de su iniciativa le ha sido devuelto. Los mercados han brindado una oportunidad única a estos señores para que vayan a la Moncloa no a escuchar, si no a todo lo contrario, a levantar la voz y decirle al presidente todo lo que ellos quieren cambiar.

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