viernes, 13 de agosto de 2010

Del porqué IU no rentabiliza el enfado con los socialistas (I)




El problema de la izquierda, de los ciudadanos que votan izquierda y que están defraudados con el Presidente del Gobierno y con la política del PSOE, es el de no encontrar salida al dilema, de seguir las cosas así, con el que se enfrentaran a la hora de votar.

¿Qué votar? ¿En qué sentido lo van a hacer los antiguos votantes socialistas que se manifiestan, encuesta tras encuesta, desencantados con la actual política del gobierno?

Los datos que hasta ahora nos ofrece el CIS y otros gabinetes demoscópicos son inequívocos. El staff socialista mantiene la esperanza de recortar esas diferencias mientras, paradójicamente, sigue profundizando en las políticas que han servido para crear ese divorcio con parte de su electorado. El Partido Popular no avanza pero mantiene intactas sus expectativas. Quien retrocede es el Partido Socialista.

Ese voto, como ha ocurrido en alguna otra ocasión, se queda en casa. Es un voto socialista y al mismo tiempo, esa es la cuestión que hay que atender, porque se tiende a pensar lo contrario, es un voto socialista moderado. Quiere políticas basadas en el socialismo democrático y cuando no las encuentra castiga con su abstención no solo al PSOE si no que también, de modo indirecto, lo hace con la izquierda en su conjunto.

Es exigente y poco exigente a la vez. Es exigente con los suyos, a los que reclama actuaciones en el marco de la economía y no se conforma con otra cosa. Es decir, que no es nada dado a caer en la trampa del gato por liebre. No se da por satisfecho con las guindas que aquí y allí les suele colocar el gobierno como políticas de compensación, entre otras cuestiones, porque ese electorado que suele corresponder a determinadas franjas de la población no las suele considerar suficiente y a veces, incluso, las puede considerar frívolas. Esta dirección del PSOE a la que hay que atribuir avances en el marco de las libertades ciudadanas otorgando, a veces, libertades no reclamadas y no sentidas como necesidad social, ha resultado ser regresiva en la corrección de las desigualdades económicas y es ahí donde radica el problema de la desafección.

Es con el PSOE en el gobierno cuando mas se han agudizado las diferencias de renta como así lo indica el Barómetro Social de España. Es triste, muy triste que el Coeficiente de Gini haya descendido durante el gobierno del Partido Popular y que durante toda la época Zapatero las desigualdades sociales en España desde el 2003 hasta ahora, tal como se refleja en ese índice, se hayan mantenido casi en los mismos valores del año 2000.

Otro dato sobre el que hemos reclamado constante atención desde este blog es el nivel de pobreza de la sociedad española que ya ofrecía mucho antes de la crisis cifras inaceptables para una sociedad moderna ¿Que explicación sobre cifras sumamente reveladoras puede ofrecer la dirección del PSOE? ¿Cuáles son los argumentos que pueden darnos lo que podríamos denominar el “complejo socialista” entendido tal como los miles de socialistas que ejercen de cargos públicos, orgánicos y los asesores de todo tipo que respaldan “sin fisuras” el mantenimiento de políticas regresivas.

Este electorado defraudado es también por otro lado poco exigente ya que, no pretende ir más allá. Es así como se visualiza el no aprovechamiento por la otra izquierda de las deserciones que se producen en las filas de los antiguos votantes socialistas.

En la última encuesta del CIS se reflejaba algunos de estos rasgos. Más del 50% de los electores se ubican en la izquierda frente al 30% que lo hace en la derecha.

En los votantes socialistas se dan los mayores índices de disconformidad entre intención de voto e ideología confesada, es en el caso de hombres y en las cohortes de edad mayores de 34 años y es precisamente, en el tramo comprendido entre los 18 y 24 años, donde hay un mayor número de votantes que se consideran “liberales”. Sorprende la poca atención que los tramos “desertores”, masculinos y mayores de 34 años, ha recibido del PSOE.

Cuando se confronta intención de voto a un partido (PSOE) con la cercanía de las propias ideas a lo que postula ese partido el gap entre ambos datos es de cinco puntos y en algunos tramos de edad (de 34 hasta 60) llega hasta los ocho puntos. Se consideran cercanos al socialismo pero no piensan votar a los socialistas.

Pero vayamos a lo sustancial ¿Porqué no se refleja en las encuestas un avance mas importante de Izquierda Unida, coalición que en buena lógica debería de ser la destinataria del descontento?

Por supuesto no puede haber una sola razón, tampoco se trata de entrar en una materia que requeriría un sistemático estudio pero podemos aventurar, entre otras, en el desconocimiento de las políticas de la coalición, sus líderes, la identificación entre Izquierda Unida y Partido Comunista, el peso de un proceso de estigmatización de todo lo comunista que ni la transición, ni la democracia ha conseguido superar, el fracaso del llamado socialismo real etc. En fin, gran parte de los problemas tienen su origen en esa confusión intencionada para unos y objetiva para otros entre Partido Comunista e Izquierda Unida. De esto y otras cuestiones trataremos en la segunda entrega el próximo lunes.

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