miércoles, 21 de julio de 2010

Dos tareas pendientes






Anda el personal un tanto revuelto. Se detecta el final de un ciclo político. Los acontecimientos se han sucedido siguiendo lo habitual; rotos los vínculos con la izquierda y con los nacionalistas de izquierda, el PSOE ha quemado su retaguardia y refugio natural. En unos por las medidas económicas que se han tomado por la crisis económica y en los segundos, además, por los estragos causados en las aspiraciones soberanistas por la sentencia del Tribunal Constitucional. No olvidemos lo que es prioritario para estos partidos; Pesa mas el soberanismo que las cuestiones de clase.

Al PSOE y al gobierno solo le quedaba frecuentar los garitos de los nacionalistas para seguir tirando mas mal que bien, en el parlamento. Mas, Urkullu, Durán y Erkoreka se reunieron hace unos días y allí, muy posiblemente, quedó prefijada la estrategia y el modo de dar matarile al actual gobierno. Las elecciones catalanas que seguramente se celebraran a finales de Octubre será el pistoletazo de salida de toda la operación. Los presupuestos no tendrán el respaldo necesario y con ello la única salida, la convocatoria de elecciones, quedará servida. Lo mismo ocurrió el 17 de Julio de 1995 cuando los nacionalistas catalanes retiraron su apoyo al gobierno del PSOE.

Ese mismo tipo de anuncio ha sido reiterado por parte de Durán i Lleida.

Queda la posibilidad de que tras el más que previsible triunfo de CiU en las elecciones catalanas estos traten de conseguir del Gobierno Zapatero nuevas transferencias a cambio de apoyos en el parlamento pero eso sería una vez realizada las elecciones en Cataluña, nunca antes. Entrar en esa dinámica sería pan para hoy y hambre para mañana porque en la medida en que el PSOE siga ahondando en la disparidades territoriales, razón principal de ser de los nacionalistas, más profunda será la brecha que separará al PSOE de sus electores.

El debate izquierda/ derecha solo se sostiene con el vigor necesario fuera del parlamento. La única y real expresión de izquierda allí solo tiene una voz en los demás, es el nacionalismo lo que realmente pesa aunque sobre algunas cuestiones se hagan pronunciamientos de izquierda.

No obstante y a la espera de una nueva articulación y mayor presencia de la izquierda es necesario no desatender dos frentes. Es entendible que la izquierda consciente, no oficial, de este país este preocupada con la deriva económica y las soluciones que se están arbitrando pero eso no lo es todo. Existen otras prioridades que deberían suscitar interés por parte de esa izquierda y que según observo, no suele figurar en el catálogo general de sus preocupaciones.

Dos son las tareas pendientes que atañen mas a lo formal que a los contenidos. La primera, es la defensa del papel del Estado, un Estado que viene siendo cuestionado por las políticas neoliberales y las fuerzas políticas nacionalistas. La reforma de la estructura del Estado y seguir descentralizando no es la solución, es el problema. España sin que en ningún lugar figure que sea un estado federal lo es más que otros muchos que así se denominan. Lo que se persigue por parte de las fuerzas nacionalistas, políticas o no, es la resultante de un Estado con desigualdades internas.

La segunda tarea consiste en sujetar la dinámica partidaria, hacerla más transparente, más democrática. La vía no puede ser otra que la de elaborar el estatuto del afiliado a los partidos políticos y los sindicatos. Hay que sacarlo de la exclusividad de las leyes propias; los estatutos del partido o del sindicato. Los derechos vulnerados, los sistemas de elección, las posibilidades de recursos y los regímenes disciplinarios deben ser regulados por ley de ello depende la calidad de nuestra democracia gestionada en estos momentos en la mayoría de los casos por elites cooptadas.

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