miércoles, 18 de mayo de 2011

Hay que salir a la calle










Por un lado va Blanco, el guardian de las esencias burocráticas, y trata de capitalizar para sí el descontento en la población que reclama al gobierno ¿a quién si no? una democracia auténtica. Zapatero dice a su vez: “Los comprendo” y Rubalcaba, apela al sentido de amistad para que los desencantados, traicionados y frustrados con la izquierda vuelvan a confiar en ellos. Sin embargo, de madrugada asoman los azules y la emprenden a golpes con los trescientos acampados en la Puerta del Sol de Madrid. ¿Descoordinación? ¿Disidencia? Nada de eso. Lo ocurrido forma parte del tingladillo tan habitual de decir una cosa y hacer la contraria, aquí incluyo al ayuntamiento de Madrid y a la Delegación del Gobierno.

Votaré con un sobre vacío, tanto para la asamblea autonómica como para mi ayuntamiento. Creía que en mi pueblo iba a repetir la candidata anterior del PSOE, pero no ha sido así. Surgido de la nada - la nada es la capital de la provincia – ha aparecido un nuevo candidato que ni siquiera reside en el pueblo. Cosas del aparato. Por lo visto, debe de ser algún aspirante a la Diputación al que han colado en una lista.

En el buzón de mi casa recibo un programa electoral que nada dice. Unos candidatos y candidatas que repiten en el papel lo mismo de hace cuatro años, algunos de los chicos y chicas que acompañan al cunero las recuerdo de haber coincidido con ellos/as en el kiosco del pueblo mientras compraban chuches dos o tres años atrás.


Decidido. Será, creo yo, estoy seguro de ello, la primera vez que voto vacío, blanco o con una papeleta del movimiento Democracia Real Ya.

Tienen miedo. Tienen miedo los unos y los otros. Parece que temen que este pueblo dormido despierte, se lance a la calle y mande al carajo a una clase política que está asfixiando nuestro futuro.

Anoche la web de Democracia Real Ya estaba petada, no había quien entrara, al principio creí que alguien podría haberla bloqueado, luego pensé todo lo contrario, es tal la afluencia que tiene el movimiento (60.000 seguidores) que a poco que haya una mínima organización el actual formato de la izquierda, burocratizada, elitista, desaparecerá.

Mi voto blanco o vacío tiene su razón de ser, no creo que pueda haber redención dentro del PSOE. A mi parecer hay demasiado hooliganismo y ceguera en su interior. Me temo que poco cambio se puede esperar.

Lo veo así: De un lado una izquierda establecida que se arrastra bajo el yugo impuesto por sus propios dirigentes y los poderosos, que carece de sueños, proyectos y valentía. Otra izquierda que cuarenta años después y a pesar de cosechar derrota tras derrota sigue en las nubes, con políticas fantasiosas carentes de credibilidad y presa de una lucha fraticida que la ha consumido a lo largo de estos años.

¿Podemos esperar algo en el in mediato futuro? No. El recambio no es tal, observen que en el PSOE para nada se habla de cambio de políticas, se habla de nombres (Rubalcaba, Chacón…) que aspiran a seguir haciendo lo mismo. Para ese viaje no hace falta alforjas.

El presidente dijo el otro día que bellaco era el que mantuviese que su gobierno había hecho recortes sociales. Aunque mis ojos me muestren lo contrario no es cierto que mi pensión tenga la misma cantidad que hace un año. También me engaña cuando veo que el salario de mi mujer/compañera/consorte muestra una reducción muy sustancial en su salario. Vivimos una ilusión colectiva los que creemos que ha habido recortes, somos unos tontos útiles en manos del Partido Popular. Soy un bellaco, que le voy a hacer.

Pensar en izquierda es pensar en un futuro muy distinto al que conocemos, con distintos protagonistas y distintos banderines. Es pensar que existen nuevas posibilidades que merece la pena explorar.

Hace cuarenta años unos alemanes iluminados (eso decían algunos) fueron capaces de llevar ante el electorado algo distinto, algo fresco que marcaba diferencias con unos partidos burocratizados y endogámicos. Con desigual fortuna y con no pocos errores (con el tiempo todo acaba corrompiéndose) añaden al horizonte un panorama distinto ¿Por qué no intentar aquí una izquierda nueva?

Lorca (la ciudad) nos enseña que algunos edificios no pueden ser reformados, que no merecen la pena y además ofrecen peligro, que a veces es necesario derribar lo viejo para edificar lo nuevo. A pesar de la propia izquierda oficial el pueblo español es de izquierda y así seguirá por algún tiempo, lo que ocurre es que en realidad este pueblo nunca ha sido gobernado por la izquierda. Sé lo que he de hacer el próximo día 22 y eso ya es bastante, ejerceré de hombre libre, esta vez no me arrastraran hacia lo conveniente, hacia lo posible, hacia la resignación.

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