lunes, 17 de enero de 2011

Alineados y encuadrados



Ando un tanto perplejo con la política y eso hace que tenga una cierta desgana con el blog. No es cuestión de falta de ideas o de cosas que decir. Tengo la impresión de que el debate político que tantas cosas tendría que tocar y atender se va limitando, a medida que se acerca el período electoral, en un estar a favor o en contra de los que se juegan el cocido; No me refiero a personas concretas, me refiero al PSOE y el Partido Popular.

Es el momento del ser o no ser. Si eres socialista, si eres de izquierda, si eres cercano al partido socialista lo que toca ahora es respaldar sin fisuras porque si no, ya se sabe, vendrá la derecha y arrasará con nuestro Estado del Bienestar -eso es lo que se dice- como si nuestro Estado del Bienestar tuviese algo que ver con el que tienen las derechosas Suecia, Dinamarca, Holanda o Francia. Si eres de derechas - aquí no hay muchos lectores de esa opción- diran: Es la hora de acabar con esos rojos peligrosos que están subvertiendo el orden tradicional. Como si la izquierda gobernante hubiese osado tocar el bolsillo, aunque tan solo fuera un poquito, de las clases altas.

Ya ven, y a pesar de eso hay corrientes subterráneas y superficiales que empujan a todo quisqui hacia una orilla o hacia la otra. Habrá quien piense y diga: “Hay algo más” y lo hay, desde luego que lo hay, pero hasta en muchos de los firmes defensores de esa percepción, llegado el caso, se sienten obligados a devaluar su propia opción en el alineamiento y encuadramiento “necesario”.

Los lectores que me siguen sabran que no soy fumador (lo he expresado varias veces) pero, sin embargo, sostengo y defiendo que la ley puesta en marcha por el gobierno del Partido Socialista y que fue aprobada unánimemente por el Parlamento recorta, en su actual redacción, libertades. Reivindico lugares de ocio en el que los fumadores puedan fumar; Cavas, bares, pubs y demás. Aunque para ello, tuvieran que asignarse un cupo determinado, ya que la constitución de clubs de fumadores es una ventana abierta hacia ninguna parte.

Pero la cosa no iba de esto, iba de que defender en estos momentos esta opinión y otras ligadas a lo que tradicionalmente se ha considerado libertades acaba encuadrando, a quien lo hace, en una opción en la que para nada está.

En nuestro país viene confrontando una derecha unida con un pensamiento único a la izquierda y mantenerse, siendo de izquierda, al margen del pensamiento único imperante resulta ser una osadía cuando no una temeridad. El alcalde de Valladolid es una persona de ultraderecha a la que cabe unir rasgos de su personalidad que le hacen ser un impresentable y pensar igual que él con respecto a la ley del tabaco me hace sentir, en cierta medida, culpable de no sé que desviación en mi ideología.

Pienso en ello y llego a la conclusión de lo que en la realidad hay es una oposición a un modo de ser socialista que se sustenta en un dirigismo hacia un determinado modelo de culturización que tiene de socialista (justicia social, impuestos progresivos, aumento de las libertades para todos, cogestión de los asuntos públicos, igualdad, ampliacion de libertades serían sus rasgos definitorios) lo que la tierra en la que vivo tiene de tropical (vivo en Salamanca).

Ahí estamos. Conozco a alguien que ha militado toda su vida en un sindicato al que se le denominaba, con muy mala uva por cierto, sindicato comunista. Esta persona ha sido muy crítica durante mucho tiempo con el sindicato al que tambien se le había puesto el apellido socialista. Cuando esta persona ve que se acercan las elecciones e intuye que las cosas pueden ir mal no duda en apoyar a la opción de izquierda que puede ganar. Vuelve a la casa común. Más tarde, cuando quienes gobiernan toman las decisiones que suelen tomar, la úlcera que tiene le recuerda lo erróneo de su decisión final. No es un caso particular, supongo que muchos de ustedes habrán tenido una experiencia muy similar.

Despertar de este letargo y de la apatía por escribir solo es posible si supero esa fuerza que me impulsa hacia esa orilla de pensamiento único a la que culpo al igual que muchos españoles de la situación actual.

Esta mañana escuche a Rajoy en la radio decir algo tan simple, simple no, mejor sería decir algo sencillo. Decía el dirigente popular que la mayoría de los votantes no suelen ser políticos y que la política solo les preocupaban cuando tenía que votar. Llegado el momento el elector optaba por aquellos que le ofrecían las soluciones mas claras y entendibles. La mayoría de las veces, añadía, lo hacían por los que consideraba si no lo al mejor, si no al menos malo. Si tomamos en cuenta esta opinión, podemos llegar a enteder el porque la derecha tiene un mensaje en la mayoría de los casos tan simple y escueto.

Es posible que el pueblo, en gran parte, se deje llevar por ese pragmatismo. No dudo de que eso sea así pero les puedo asegurar que ahí no me van a encontrar ustedes. Desde luego que no. No quiero pasarme durante cuatro años repetiendome una y otra vez que no lo debería de haber hecho. Miraré más allá de la primera línea de la izquierda y aunque mi voto se pierda por el sumidero de una ley electoral injusta me quedaré a solas con la satisfacción que sin duda me producirá el ser consecuente con mi pensamiento.

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