miércoles, 17 de febrero de 2010

Jaula de grillos



INTENCIONES

9,00. Se inicia la sesión y Guerra no se encuentra en el hemiciclo.

Zapatero pretende sumar efectivos en torno a una serie de puntos. A él le gustaría que estuviesen todos excepto, por supuesto, el Partido Popular. Pretende dejar, una vez más, al Partido Popular en fuera de juego. La técnica es simple, que la opinión contemple y observe la intransigencia, muy natural en la derecha, del Partido Popular.

Zapatero, más que el PSOE, precisa de acuerdos con otros entre los que diluir las medidas impopulares que inevitablemente tendrá que acometer.

El sesgo que sin duda tomaran los posibles acuerdos será hacia el centro, con lo cual queda descartado el apoyo de los partidos de la izquierda (IU, BNG, NB y posiblemente, ERC).

10,00. Guerra todavía no ha llegado.

Rajoy no quiere el acuerdo, su programa maximalista, puesto encima de la mesa, le anuncia que prefiere quedarse solo y explotar el descontento subsiguiente entre la clientela socialista. Solo de ese modo reafirmará el tono de oposición agresivo que conviene a sus intereses y que tanto agrada a su clientela.

Rajoy viene apreciando un cierto descontento y malestar entre los socialistas y trata de explotar la veta de la posible desestabilización de Zapatero (hasta seis llamadas en este sentido a lo largo de la mañana). Rajoy era muy joven pero recuerda que los socialistas y sobre todo Alfonso Guerra, lo intentaban una y otra vez con Suárez. Habrá que probarlo se dice.

El Partido Popular ha planteado un discurso político, demagógico las más de las veces, frente al previsible desgranado de datos económicos del presidente. Aquí Zapatero, una vez más, se equivocó. La ciudadanía, que puede dejar de votar al PSOE, que estaba viendo, que estaba pendiente de este debate, no suele entender mayoritariamente de ratios, índices y rankings.

11,00 El escaño de Guerra junto al pasillo de la izquierda de bajada al patio sigue vacío.


SINCERIDAD

Zapatero lució más sincero, más afectado por la situación y más solidario que Rajoy. Hubo momentos en la dúplica en la que los sentimientos parecían que le afloraban, el quiebro de su voz y algún que otro silencio, le ayudó de un modo innegable.

Rajoy siguió el guión predeterminado, el que la derecha exige de sus líderes, insensibilidad, dureza, menosprecio del adversario.

12,00. A la derecha de Marugán el escaño sigue vacío.


ESCENOGRAFÍA Y FIGURANTES

Zapatero de terno gris, serio, corbata discreta, gesto comedido y serio, muy serio. Solo se permitió un leve chascarrillo y dos o tres guiños irónicos. Se vistió de hombre de Estado y consiguió su papel.

Rajoy, de gris azulado, corbata azul, algo vociferante, altanería y una punta de soberbia. Ácido, ninguna concesión a la ironía, la complicidad con el auditorio, presente y televidente, salvo el suyo propio. Imagen de derecha pura y dura. Eso, como siempre, mantiene a sus fieles pero no logra algguno más. De todos modos, no busca eso, busca al igual que Zapatero con los casos de corrupción del Partido Popular, desgastar y restar efectivos al contrario y no ganar nuevos votantes.

Los figurantes, los comparsas, entusiastas como siempre. Los de uno y los del otro. ¿Alguien ha valorado lo que nos podríamos ahorrar si prescindiéramos de las dos cámaras y eligiéramos a los candidatos a presidente y estos se ayudaran de sus favoritos, tal como hacen ahora, con una limitación cuantitativa de estos y con la reducción del cincuenta por ciento de su coste? Podríamos sustituir a los parlamentarios en sus efusiones por aplausos, risas y abucheos enlatados tal como hacen en los programas de humor. En definitiva, los figurantes correctos en función de la demanda de sus líderes, como era de esperar.

CONCLUSIÓN

Nada se sabe del futuro. Se van a reunir. El presidente ha destinado a la responsable de economía (garantía hacia los mercados internacionales), a un hombre de partido (se contenta a la nomenclatura) y al responsable de industria (bien visto por las grandes empresas españolas). Una elección muy política para discutir con PNV y CiU básicamente lo que hay que hacer.

Rajoy asistirá a alguna reunión, para desmarcarse posteriormente. Lo más previsible es que las espadas seguirán en alto.

13,50. Se levanta del sofá, igual que se sentó, mira de reojo hacia el televisor observa que Guerra sigue sin aparecer y recuerda a Samaniego en el “Parto de los Montes”:

«Con varios ademanes horrorosos, los montes de parir dieron señales; consintieron los hombres temerosos ver nacer los abortos más fatales. Después que con bramidos espantosos infundieron pavor a los mortales, estos montes, que al mundo estremecieron, un ratoncillo fue lo que parieron»

Le suena la alarma del móvil, mañana a las nueve se tiene que presentar, otro mes más, en las oficinas del INEM para sellar la tarjeta del paro…


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