viernes, 19 de marzo de 2010

El arte de escurrir el bulto ante el electorado, la política de pasitos cortos y como dar la vuelta a un calcetín sudado (I). (Reflexiones)




Primera Parte: Del sector financiero español.

Algunos datos, mejor dicho un torrente de cifras para delimitar el campo de juego.

Créditos concedido por el sistema financiero español; 1,84 billones de euros.

La morosidad del sector financiero asciende al 5,30% en Enero de 2010

Los promotores inmobiliarios deben al sistema 350.000 millones de euros.

La exposición de bancos y cajas en el sector de la construcción es de 445.000 millones de euros.

La morosidad del sector con bancos y cajas es del 10% o lo que es lo mismo, 44.000 millones de euros.

Los bancos tienen ya en sus carteras, por impago de promotores y particulares, inmuebles por un valor de 50.000 millones de euros.

Los bancos y cajas españolas deben al Banco Central Europeo 76.269 millones de euros.

Los créditos a empresas y particulares se desplomaron en un 32% y un 38% según el BCE con el mes anterior. en su cómputo interanual es de 22% y 13% respectivamente.

Las cámaras de comercio consideran que los créditos perdidos por la banca en relación con los promotores ascienden a 97.000 millones de euros, en esta misma cantidad coincide Germán Pérez Espinosa catedrático de la Universidad de Navarra.

Este mismo autor piensa que aplicando las reservas que tienen en su conjunto bancos y cajas de 65.000 millones de euros, el agujero del sistema financiero español es de 32.000 millones de euros. Por cada punto de incremento de la morosidad no reconocida del sistema habría que añadir un 18.000 millones más.

Por lo tanto no hay que extrañarse de que el Banco de España empiece a alertar a los bancos sobre su situación, que el Financial Times diga que los bancos españoles están en posiciones muy peligrosas alineándolos con sus homónimos americanos e ingleses. No es de extrañar que todo aquél humo que nos vendían los propios bancos y cajas, la oposición y gobierno sobre la credibilidad del sistema bancario español fuese eso, humo.

Tampoco es de extrañar que las cajas, que tienen una morosidad en punto y medio superior a los bancos estén en el ojo del huracán y que sobre ellas se abatan los bancos que también están heridos en un aquelarre donde tullidos y sangrantes se atacan a dentelladas con el objeto de eliminar a los más débiles del festín.

Menos es de extrañar que el FROB, Fondo de Regulación y Ordenación Bancaria, de seguir así las cosas, no de ni para pipas, un dinero barato a devolver cuando se pueda pero que será insuficiente de seguir los impagos y el empleo al ritmo que va.

Si extraña, y mucho, que los bancos declaren, aún así, los beneficios y el reparto de dividendo con el objetivo de mantener el dividendo y los “bonus” a accionistas y directivos y que todo esto sea permitido sin intervención del estado. O sea, a las cajas se les ahoga y se les dice lo que tienen que hacer, a los bancos se les pide que contribuyan a ahogar a las cajas y al mismo tiempo, ante sus problemas, se mira hacia otro lado o se les recibe en La Moncloa.

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