miércoles, 9 de diciembre de 2009

Al perro flaco…


No sé si lo percibo yo tan solo, o es una sensación extendida. A la vuelta de este puente he notado que los problemas acumulados, o simplemente puestos encima de la mesa del gobierno, están contribuyendo a asfixiar, aun más, la situación política española hasta el punto de confundir el horizonte con el carbón. Los comentarios y el tono de los analistas radiofónicos así me lo han dado a entender.

Al gran problema de la crisis económica y las malas noticias que se suceden en torno a la crisis. A la situación en Grecia, las declaraciones de Trichet, el incremento del paro, calificado como “leve” por portavoces del gobierno etc. debemos de sumar los sucesos de Mauritania con el secuestro de tres voluntarios españoles, la huelga de Aminatu Haidar y el patinazo de la incursión de guardias civiles en Gibraltar.

El secuestro de los tres voluntarios catalanes reivindicado por Al Qaeda en el Magreb introduce no pocas variantes en relación con el llevado hace poco en el Índico. Este último, era sin más, un secuestro por dinero, el llevado a cabo en Mauritania puede que aparte del dinero tenga en cartera otras exigencias políticas.

España, que ya padeció uno de los peores atentados del terrorismo islámico en occidente mantiene en sus cárceles, ya condenados, a no pocos terroristas islámicos. Tengo la sensación de que en este país, salvo los jueces de la Audiencia Nacional y las fuerzas de seguridad, no hay una percepción clara de que somos objetivo preferente del terrorismo islámico. El islamismo radical sueña con la gran nación árabe que incluiría como parte integrante Al Andalus. Los secuestradores se publicitan, según El País, con el sello Al Andalus. Desgraciadamente, no son secuestros comparables.

Al igual que algunos países son más estrictos en los viajes de sus nacionales hacia zonas conflictivas, hora es ya de que el Gobierno Español actúe en el mismo sentido. Recordemos que el Paris Dakar dejó de celebrarse debido al riesgo que corrían las personas que en él participaban. Con esto no quiero atribuir ninguna responsabilidad a los cooperantes, nada de eso, esa misma caravana ha recorrido años anteriores la misma ruta sin riesgos aparentes. Pero pienso, que instrucciones sobre los viajes debería ser una norma, independientemente de que con cierta periodicidad el ministerio suele hacer recomendaciones sobre los riesgos de viajes a zonas en conflicto.

Sobre el caso de la señora Haidar, la situación que tiene una lógica preocupación por la vida de una persona que está dispuesta a sacrificar su vida por una causa suma un conflicto diplomático a unas relaciones, que por mucho que se diga, nunca han sido buenas.

El Reino de Marruecos tiene tres divisas en su acción política sobre las que no suele transigir: Alá, el Rey y el Sahara. No es de esperar, me gustaría equivocarme, que en el caso que nos ocupa el gobierno marroquí dé su brazo a torcer. De la labor mediadora francesa o estadounidense poco me fío, son varias las veces que nos han echado una mano en los conflictos diplomáticos con los marroquíes, parecen que son también nuestros primos de zumosol, para que se mojen en un caso que, para ellos, carece de la significancia que para nosotros tiene.


A este gobierno como al perro flaco todo son pulgas. No tiene bastante con los problemas a los que tiene que hacer frente o los que el mismo se genera. Están los otros, los que sin comerlo ni beberlo, le endosa el infortunio.




Leer más...