jueves, 31 de marzo de 2011

La rosa de los vientos del Partido Popular


El Partido Popular es como un velero que se acomoda a los vientos dominantes. No importa cuantas vueltas tenga que dar y las incoherencias con las que diariamente nos salpican, lo importante es llegar a la meta y eso, lo están consiguiendo.


Es evidente que ese modus operandi viene siendo avalado por su electorado, lo prueba el hecho de que mantiene una fidelidad de voto por encima del 85% mientras que el PSOE mantiene una fidelidad por debajo del 50%.


Ahora, la rosa de los vientos señala una nueva dirección - no es tan nueva - que marca el volver a hacer del terrorismo el centro de sus críticas al PSOE al que se acusa ni más ni menos que de traición. Toda la artillería dirigida sobre Alfredo Pérez Rubalcaba. De eso no solo se beneficia el Partido Popular, hay otros beneficiarios del cambio de táctica del Partido Popular.


La economía, la gran economía, no la economía práctica, carece ya de la fuerza que en el pasado tuvo. Me explicaré. Las críticas a Zapatero por no hacer lo que los neoliberales y el mercado preconizaban han dejado de tener sentido. Zapatero, a partir de Mayo del pasado año, ha venido aplicando una tras otra las recetas que desde el estallido de la crisis pedían los populares. Tiene razón el presidente cuando reclama el voto favorable de Rajoy en las medidas que semana tras semana somete al parlamento.


El gran termómetro del sentir del mercado que es el diferencial de la deuda con Alemania se ha reducido sustancialmente y no son pocos los comentaristas y analistas económicos ligados al mercado que alaban las medidas que se vienen tomando por parte del gobierno. Sus alabanzas son inversamente proporcionales al incremento de la falta de credibilidad que manifiestan los antiguos votantes socialistas y las capas populares. Al gobierno solo le sostienen los aparatos sindicales y el propio aparato del PSOE. Rajoy debería de estar agradecido porque todo el trabajo de futuro se lo ha hecho los socialistas.


Sabedores de que por ahí poco pueden sacar, empiezan a estar preocupados por el discurso sobre la crisis económica. Sólo dos de sus críticas mantienen una cierta vigencia. La primera es la tasa de desempleo y la segunda, es la tardanza en tomar las medidas. Por el contrario, los votantes del Partido Popular vienen observando que la implantación de estas medidas no ha solucionado el problema de Grecia, Irlanda y Portugal. Esa reiteración en la economía puede volverse en contra.


La política es una cuestión de credibilidad. Rajoy exhibe una marca de partido que es respaldada disciplinadamente por los suyos porque mantienen la credibilidad en un determinado modelo de sociedad y eso se ha respetado siempre por parte de la derecha en el poder, es una constancia que viene siendo premiada. El modelo de sociedad que presenta el PSOE no ofrece credibilidad, en parte por la crisis y las medidas adoptadas, pero no solo por la crisis y esto, no debería de ser olvidado por los dirigentes socialistas. Es el mensaje, son las personas y son también, una actitud ante la ciudadanía la que es valorada. El Partido Popular no ejerce de vanguardia se deja llevar por el pulso que marca los líderes de opinión de la derecha, un latido que sintoniza con su gran base social. La izquierda en el poder ejerce, por el contrario, de líder de opinión y pide a los suyos que sigan el camino que diariamente marcan y es ahí donde reside la diferencia.


Es el dirigismo de los socialistas en el poder el que, a mi juicio, se pone también en cuestión. El “mal socialista” una especie de leninismo que siempre ha estado vigente en la práctica del PSOE es el responsable. El uniformismo practicado en el seno del PSOE es el que se reclama ahora a la base electoral. Tragar carros y carretas puede ser una habitual práctica militante, pero desde luego no es algo con lo que el electorado socialista quiera transigir.


Las actuaciones del juez Ruz sobre el Caso Faysan dan una nueva oportunidad al Partido Popular. Contenta a sus bases con un mensaje que le es muy querido, también lo hace con los medios que respaldan a la derecha que no pueden hacer la crítica económica que venía haciendo y de paso, neutraliza al candidato “in-pectore” del Partido Socialista tratando de invalidarlo como alternativa a Zapatero y obligando al PSOE, si quiere salvar algunos muebles, a buscar a otro candidato con menos tirón electoral.


Se atribuye a Gulio Andreotti la maldad aquella que decía «Hay amigos íntimos, amigos , conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y... compañeros de partido » y no le faltaba razón al viejo político. Algunos en el PSOE se frotan las manos con este cambio de táctica de los populares, en silencio claro, son alegrías privadas.


La partida que se viene jugando en el seno del PSOE ahora nada tiene que ver con las próximas elecciones que se dan ya por perdidas. Zapatero pone en orden la economía liquidando cuanto molesta a los grandes empresarios o al mercado y el resto, se está jugando su futuro en la política. Todo puede ser aprovechable.

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