viernes, 24 de diciembre de 2010

Un cuento de Navidad de aquí y ahora



Se ganan la vida vendiendo. Es una venta sistemática, al cliente que entra en la tienda hay que ofrecerle de todo. Eso indica el manual. Pudo entrar para hacer una reclamación sobre lo que entendió como un cobro indebido, pero eso es lo de menos, el libro dice que incluso la llegada de alguien que reclama es en sí la oportunidad de una nueva venta. Al otro lado del mostrador el dependiente recita los servicios y productos que la gran empresa puede ofrecer, la pantalla que el cliente no ve orienta al vendedor sobre lo que tiene y lo que le falta. Todo está al alcance de un click.

Cada mañana o cada semana, lo mismo da, se recibe en la tienda un listado con los productos o servicios estrella, lo que la alta dirección considera en ese momento necesario para cubrir una serie de objetivos o para intentar desmontar las ofertas que la competencia ha sacado en esos días. El vendedor recuerda la primera vez que oyó hablar de un general alemán – Von Clausewitz - y su libro, De la Guerra. La venta consiste en una guerra de posiciones. En la pantalla se proyectaba una diapositiva con el dibujo de un tanque viejo, de los que había en la Primera Guerra Mundial, con enormes ruedas dentadas abriéndose paso a la vez que aplastaba a unos soldados que huían despavoridos procurando salir de las trincheras.

La realidad le mostró poco tiempo después que efectivamente eso era una guerra. La guerra total; de compañeros contra compañeros en el puesto de venta, de la fiel infantería tras la trinchera-mostrador contra los mandos intermedios allí presentes, de los mandos intermedios contra los que allá, en la sede central, disponían estrategias, recursos, intendencia y… pagos. De los de un logotipo frente a los de otros.

Sabe que tiene que vender. Pertenece a esa especie maldita de los mileuristas. La diferencia con otros mileuristas radica en que para llegar a serlo ha de completar un treinta por ciento. Ese porcentaje es el todo o la nada de la consecución de un determinado objetivo. Es el pares/nones de cada mes. Es, simplemente, lo que necesita para llegar a los mil.

Octubre fue un buen mes y eso significaba que para la paga de Diciembre ese treinta, tal vez un cuarenta o cincuenta por ciento mas iba a venir muy bien para hacer frente a los dichosos gastos de la Navidad. Cada mes pasa por las tiendas un investigador camuflado de comprador que chequea al vendedor que le toque. Tras el anonimato, Mistery Shopping es su nombre, evalúa en un amplisímo informe el seguimiento del manual de atención al cliente y el respeto a las ofertas del día, de la semana o del mes. En ese frágil acto no se la juega sólo el que atiende al misterioso, se la juega todo el grupo humano que en la tienda trabaja, así funciona la solidaridad en este campo. El hombre contra el hombre, contra la mujer y viceversa, Su dictamen es determinante: Bajar de una determinada puntuación supondrá una penalización sobre el próximo cobro.

Porqué tenía que ser precisamente en este mes de Diciembre se preguntaba, lo tenía comprometido, se había hecho tantas ilusiones con esos cuatrocientos euros.

La razzia de los Mistery Shopping de Octubre ha sido ejemplar, han caído todas las tiendas de la distribución desde Girona hasta Cádiz, desde Almería hasta Ferrol. Todos los investigadores llegaron a la misma conclusión: Ninguna tienda había cubierto el objetivo de calidad demandado. Todas habían suspendido. No importaba que hasta ahora durante todo el año las cosas hubiesen salido bien. Demasiado burdo para ser cierto. Se ajustaron las cuentas inmediatamente, las tiendas hervían y al final la sospecha pasó a ser certeza. El partido se había perdido, se había perdido por más de 500.000 euros. Mil damnificados son muchos damnificados. Frente al clamor y los gritos de ¡tongo! ¡tongo! ¡tongo! el Estado Mayor fue rotundo: No han cumplido. La calidad es muy importante para la empresa. De modo mas bajo, sin que quedara registrado en los papeles, sonaba lo que ya es habitual en estos tiempos: Al fin y al cabo, no deberíais tener motivos para la protesta, no se como os podéis quejar, con la cantidad de gente que hay en el paro. Un poderosísimo argumento para la conformidad y la quietud.

La empresa cerrará el ejercicio con el beneficio que pedía el Estado Mayor Central, el que está por encima de este otro Estado Mayor autor de la estrategia. Si, hay crisis, se ha vendido menos pero hemos recuperado quinientos mil euros en la cuenta. Seguimos dando beneficios, tenemos ganados y bien ganados nuestros bonus como directivos.


-¿No hay cárceles? -preguntó Scrooge. -Muchísimas cárceles -dijo el caballero, dejando la pluma.

-¿Y casa de corrección? -interrogó Scrooge. ¿Funcionan todavía?

-Funcionan, sí, todavía -contestó el caballero--. Quisiera poder decir que no funcionan.

-¿El Treadmill y la Ley de Pobreza están, pues. en todo su vigor?-- dijo Scrooge.

--Ambos funcionan continuamente, señor. -¡Oh', tenía miedo. por lo que decíais al principio. de que hubiera ocurrido algo que interrumpiese sus útiles servicios -dijo Scrooge-. Me alegra mucho saberlo
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(Cuento de Navidad, Charles Dickens)



Que pasen todos ustedes una feliz Navidad

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