miércoles, 14 de octubre de 2009

Caja de Ahorros de Castilla y León. Las dificultades de una fusión








Negar a estas alturas que el sistema bancario español se encuentra en una situación crítica es negar la evidencia. Moodys ha realizado un informe en el que la tan cacareada solvencia del sistema bancario español queda en entredicho.

Hasta ahora, era habitual el que nuestros responsables políticos y económicos sacaran pecho sobre la solvencia de nuestro sistema. Al parecer, es el procedimiento de contabilidad empleado, las renegociaciones de la deuda inmobiliaria así como la valoración de los activos lo que venía camuflando una realidad de 108.000 millones de euros de pérdidas. Los bancos y cajas deberán provisionar 57.000 millones de euros durante los próximos cuatro o cinco años.


El Gobierno dotó de un fondo de 100.000 millones de euros para solventar este problema, el llamado Fondo de Reestructuración de Ordenación Bancaria (FROB). Acceder a estas ayudas implicará un saneamiento previo. Uno de los mecanismos previstos es la fusión de entidades.

Las cajas de ahorros son las entidades de crédito mas expuestas, las alegrías en la concesión de crédito en años pasados y la gestión muy poco profesional realizada por sus órganos rectores hace que la urgencia de una reestructuración sea mas visible.

Bajo distintas modalidades se está procediendo a sistemas de fusión virtual o real. Tres cajas catalanas han acordado unirse con lo que constituirán la cuarta caja de España. Cajas tan distantes como las de Navarra y Canarias han acordado una fusión virtual por la que mantienen cada una de ellas la marca propia en su ámbito, y crean, una nueva firma para sus redes exteriores.

La fusión, absorción o cualquier otra forma de unión que se acuerde, requiere el voto a favor de las respectivas asambleas generales y es ahí, donde se encuentra el principal obstáculo para la unión de las cajas castellanas y leonesas.

No voy a insistir en las mismas cuestiones que ya mencioné en mis artículos de Marzo y Abril de este blog. Sólo decir, que los mismos problemas de ese tiempo persisten en la actualidad.

Hay demasiados intereses en juego para que los que dirigen las cajas se hagan el harakiri sin mas, porque la mayoría, tras una aprobación de fusión tendrían que abandonar sus confortables asientos, en un objetivo, que implicaría generosidad y alto sentido de comunidad.

Esto sería en el caso de optar por una fusión real, ya que si la solución arbitrada fuera la de la unión virtual, los costes de la reestructuración bascularían de modo exclusivo sobre los trabajadores de las cajas, y no sobre los consejeros, que de este podrían mantener sus puestos y no solo eso, sino que tendrían nuevos asientos en la sociedad resultante.

Las cajas son entidades en las que el poder real reside en los partidos políticos, que nutren en casi su totalidad, las asambleas. La otra parte del poder queda en manos de las secciones sindicales de las cajas de ahorros, por lo tanto, la solución ha de proceder de sus voluntades.

¿Por qué es tan dificultosa la unión? Estamos hablando de intereses, los consejeros disponen de generosos sobresueldos en forma de dietas, también las cajas son ámbitos donde las posibilidades de creación de empleo, hasta ahora, han sido abundantes. En definitiva un excelente campo de juego donde intereses privados se han mezclado, mas de lo que sería deseable, con los comunes.

Del mismo modo, en el caso de Castilla y León, hay obstáculos adicionales. La designación de la sede central de la futura caja levanta ampollas. De la primera unión proyectada, la de las cajas de Burgos, Salamanca (Caja Duero) y León (Caja España), son varias las capitales de provincia las que desean ese honor. El tradicional victimismo imperante en esta comunidad contribuye a esta dificultad añadida.

Las tensiones provinciales, no resueltas hasta ahora en el proceso de conformación regional, son lo suficientemente fuertes para que puedan producirse desgarros en los dos grandes partidos y sindicatos. Hay por lo tanto, parodiando a Quevedo, dos poderosos caballeros; El dinero y la supervivencia política de los afectados.

En cada capital de las mencionadas, además de la de Valladolid, se está ejerciendo una gran presión sobre partidos, sindicatos y miembros de los consejos de administración para conseguir la residencia de la gran caja resultante. El tiempo corre, los plazos se están agotando y los protagonistas no toman decisiones que afectan, no solo a ellos, algo que parece que olvidan, si no que tienen incidencia sobre todos los ciudadanos. La Obra Social de las Cajas ha visto disminuir sus fondos por la crisis y las necesidades de incremento de reservas han socavado gran parte del retorno a la sociedad de los beneficios generados.

Desde fuera, el Banco de España contempla como una y otra vez los requerimientos y los plazos para la reordenación son desoídas, algunos juegan en una huída hacia adelante, en Salamanca y Burgos, a que sea el propio Banco de España el que intervenga, forzando a una integración o unión de las cajas que en peor estado se encuentran (Caja España, Caja Ávila y Caja Segovia) .

¡Y luego dicen que las cajas son entes privados que nada tienen que ver con la política!

En las cajas de Castilla y León se viene haciendo política y de la mala y eso, desde hace mucho tiempo. Lo malo es, que las luchas por el poder, el localismo mal entendido y la ambición sin límites de algunos están destrozando las posibilidades y el desarrollo de esta sociedad al privarla de un sector financiero fuerte. Al tiempo…


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