lunes, 11 de octubre de 2010

El triunfo de lo español




El diario Marca es el medio escrito de mayor difusión en España, a distancia le sigue el AS y después, van todos los demás. Conozco a chicos que solo ven de los telediarios el inmenso apartado deportivo pero nada más. Hace algún tiempo, no tanto como para remitirnos a la dictadura, no piensen mal, a los deportes se le dedicaba en los informativos un breve tiempo, algunos dirán: No había nada que contar. Hoy, los deportes casi consumen el cincuenta por ciento de ese tiempo. En algunas cadenas, como la cadena de “izquierda” Cuatro, los deportes y los shows montados en torno a ellos llegan a ser mucho más de la mitad del noticiero.

El deporte y los triunfos españoles vienen siendo utilizados como un instrumento de propaganda política que para si hubiese querido el dictador. Ante cada triunfo, el campeón es recibido por el alcalde, el presi o la presi autonómica, el del Gobierno y el Rey.

Supongo, no lo sé con certeza, que los triunfos de los deportistas españoles son aventados por el poder, el poder no siempre es el poder político, como el bálsamo de Fierabrás. Calma las frustraciones personales, encauza ansiedades, e inoculan un suero verde en nuestras venas, verde de esperanza, de que en realidad somos un pueblo grande y que podemos conseguir cuanto queramos. Reforzar nuestra autoestima como pueblo parece ser la consigna aunque personalmente me inclino mas por otra versión; Se trataría, de adormecer a la ciudadanía que cada lunes, martes, miércoles etc. tienen algo de que hablar y de que preocuparse.

Sabido es que nuestro principal papel como país dentro de la ordenación de la economía en el mundo globalizado es la de ser zona de descanso, para cuantos mas mejor, nuestra benigna temperatura y kilómetros de costa favorece ese encuadramiento. Aparte, como gran logro, hemos conseguido por méritos propios ser tierra natal de los mejores gladiadores del mundo moderno. Ridley Scott no tenía mas remedio que asignar a Maximus, el protagonista de Gladiator, un lugar de nacimiento acorde con esa nueva realidad; Hispania. Los buenos gladiadores, los antiguos y los modernos solo nacen en España.

“Mas cornás da el hambre” decían los maletillas que saltaban la cerca de las fincas para enfrentarse a los toros bajo la luz de la luna en otros tiempos. Muchos jóvenes españoles se abrazan al deporte como única vía de salida. No hay más que ver los campos de fútbol en los fines de semana, totalmente ocupados por los sueños de los chicos y sus padres. Las licencias federativas, altísimas en relación con otros países en los deportes que dan dinero, contrasta con las cifras de fracaso escolar, licenciados en paro o patentes conseguidas por nuestras empresas, universidades y centros de investigación.

Una utilización de lo deportivo, también, como reforzamiento de la identidad española frente a las tendencias centrífugas fomentada por algunas elites políticas en Cataluña y Euskadi.

Todos vibramos con los éxitos deportivos, y si no ahí está la buena de María Escario gran propagandista del éxito de los españoles, ese es el término más mencionado por ella, hagan la prueba. No es la única, asistan al recital patriótico-deportivo de los “manolos” en la otra cadena, en la que nos recuerdan lo grande que es ser español.

Esa es la cultura que el nacional viene machaconamente recibiendo. La Izquierda no se aclara con lo que está pasando, se pregunta constantemente porqué sus políticas de igualdad, de combate a la xenofobia, de tolerancia, no calan en la población lo suficiente para seguir garantizando mayorías. Observará el lector de que no hablo de política económica, nunca la izquierda ha hecho una política económica de izquierda, solo amaga.
La Izquierda tampoco entiende porque entre muchos de los trabajadores que viven junto a emigrantes vean a éstos como enemigos de su bienestar. La Izquierda no entiende el porque gran parte de esos trabajadores residentes en los cinturones de las grandes ciudades, ciudadanos que abrazan y aman a nuestros campeones, acaben votando las propuestas de la derecha xenófoba. Atentos a Cataluña. La Izquierda no entiende porque gran parte de sus votantes no tienen la misma cultura de izquierda que tienen los dirigentes o los publicistas de las ideas de la izquierda, mucho de ellos burgueses sólidamente instalados, no lo entienden. Si, parece un galimatía, pero ahí está la razón última del fracaso de la izquierda.

La Izquierda dejó hace mucho tiempo de atender cultural y materialmente a su principal granero de votos. La izquierda pagará, lo está pagando ya, el entronizarse en torres de marfil, la desatención de su base natural, el fomento del nacionalismo de mono de conducir, casco y calzón corto. Pagará el haber descuidado los fundamentos de su razón de ser. La derecha nunca ha dejado de ser lo que era, es la izquierda la que ha hecho suyos muchos de los postulados de la derecha. Ese es el problema.

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