sábado, 16 de octubre de 2010

Nada es lo que parece



Tras la ventana de mi casa veo avanzar una apisonadora por el camino de San Cristóbal, están arreglando la carretera, conozco a su conductor y sé que hace su trabajo a conciencia, pasa una y otra vez. Nada se le resiste a esa máquina; Tritura la zahorra hasta dejar una delgada lámina que servirá para recibir el asfalto posterior de modo adecuado.

En esa carretera, la ruina del pasado sirve de base para el futuro. A veces, es necesario que algún que otro camión llegue con mas material de desecho para nivelar las pequeñas hondonadas que se forman por la falla del más antiguo. En cualquier corte transversal, las diversas capas nos muestra toda la trayectoria vital de esa carretera. Un entendido en la materia podría establecer con ello, si la vía es muy antigua y los diferentes procesos y materiales que en el pasado se emplearon para su construcción.

Inexorable, así podríamos calificar el avance de la máquina. Los que hemos vivido mucho la política tenemos tendencia a actuar bajo claves reduccionistas. Casi todo lo que la naturaleza, el trabajo o la sociedad nos ofrecen solemos encajarlo en categorías políticas.

Igual de inexorable me parece el proceso de debilitamiento interno que viene sufriendo el Partido Socialista. Días pasados fue Barreda el que expresó en voz alta lo que pensaba. Ayer fue Tomás Gómez el que emitió una posición similar en torno a la limitación de mandatos. Ambos han tenido que matizar sus palabras, todos sabemos porqué. De nada sirven las matizaciones, el valor intrínseco de lo mencionado en primer lugar prevalece al desmentido o puntualización posterior, inducidas sin duda, por la presión federal.

Ocurre, como en tantas otras cosas de la vida y sobre todo en los materiales, que cualquier erosión que la estructura padece es aprovechada siempre por agentes externos para iniciar el desgaste de la misma. En política, como si fuera cualquier entramado metálico es más que suficiente una pequeña muestra de debilidad para que se inicie por ahí un proceso, el óxido es un ejemplo, de deterioro generalizado. No me pregunten porqué sucede esto en lo social, pues no lo sé. Simplemente sé que esas cosas pasan.

Es apreciable el cambio de situación en el PSOE. Aunque no se diga, todos saben que, salvo hecatombe, el final del ciclo ha llegado. No seamos ingenuos, en las llamadas a la continuidad del líder y su presentación como cabecera de cartel por parte de sus mas fieles no está, como fundamento, la lealtad a Zapatero. Nadie, en el equipo dirigente, quiere asumir el ir de cabecera de cartel para perder. Todos prefieren esperar al resultado final. A partir de ahí, si no hay consenso generalizado cada cual jugará su opción. Las elecciones catalanas y las autonómicas dirán el who is who en el PSOE.

La tarea en la que muchos se aplican es la de como entrar en el grupo parlamentario por parte de quienes no están y la gran incógnita es la de quién o quiénes se van a caer del mismo. Según el resultado que pronostican algunas encuestas, el PSOE no pasaría de los 140 diputados.

Enternece ver la vuelta a las esencias españolistas de Montilla y los antiguos “capitanes” en Cataluña. La presencia de Corbacho cubre esa finalidad. Se llegó al tope. Una vez sacudido el sueño solo cabe recuperar nuevamente a los que hartos del nacionalismo nada vergonzante del PSC decidieron darles un portazo en sus propias narices. Las encuestas que desde allí llegan son aterradoras. Siempre pasa lo mismo; Los aprendices de brujos que juegan a ser magos consolidados acaban por quemar, por no decir otra cosa, a sus propios seguidores. Ser más nacionalista que los nacionalistas, estar en permanente atención con el mercado mucho más que los propios titulares del mercado siempre reporta el mismo pago a los autores.

Esa base electoral en disputa, la que está hasta el gorro de la situación, mira ya en parte para el otro lado, hacia aquellos que les habla su mismo lenguaje, aunque sea falso, y que encima, les dicen que parte de los culpables de su situación son los socialistas, los independentistas y como no, los rumanos. Ante esto no hay fuerza que contraponer, no hay argumentos y no hay base militante. Muchos años de molicie y de negación de la fuerza militante conlleva eso.

Una vez mas en el PSOE opera la política del corto alcance frente a otra política, la que es mas sacrificada pero mas grande, la que pone el interés de todos, incluidos los ciudadanos, a la de los pocos que dirigen el cotarro. De estudiar posibilidades para minimizar las perdidas en las próximas elecciones se pasa a dejar las cosas como están. Los actuales dirigentes no pueden perder las opciones que ahora tienen cuando se produzca el punto final. Controlar el partido y controlar el grupo parlamentario es lo que ahora importa. Zapatero es el cordero elegido por su propio equipo para que sea sacrificado en el altar de las próximas elecciones con la única finalidad de que las cosas sigan igual.

Impedirán por todos los medios que salga antes de tiempo. Le han dejado hacer durante todo este tiempo sin decirle que se equivocaba constantemente, y lo han hecho, con la única finalidad de que siguiera manteniendo el instalache. Tanta estulticia como la mostrada no es posible en hombres y mujeres hechos y derechos.

La apisonadora de la realidad construye un nuevo futuro que en nada será grato; La vuelta a la caverna de la derecha. En este juego, estrictamente socialista, Madrid, Castilla-La Mancha y Euskadi serán los campos de batalla. Tres aparatos damnificados por la dirección federal y tres aparatos que trataran de poner tierra por medio con un federal deseoso de mover las listas a su conveniencia. Cataluña es el otro territorio que también tiene cuentas pendientes pero conviene no olvidar que parte de sus males presentes y futuros, obedecen a las alegrías irracionales del pasado y por ello, también esa dirección purgará sus propios errores con una derrota que todos vaticinan apoteósica.

Atendamos a lo fundamental. Nada es lo que parece.

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