lunes, 1 de noviembre de 2010

Sigue la ceremonia de la confusión




El día 27 de Octubre el nuevo ministro de trabajo declara que el gobierno mantendrá la ayuda de 426 euros a los parados que dejen de percibir la prestación por desempleo. Con ello, quería lanzar un cable a los sindicatos para que estos accedieran a sentarse en la mesa y retomar las negociaciones. Inmediatamente después, al día siguiente, escucho a Elena Salgado manifestar con absoluta seguridad algo parecido al “Ni está, ni se le espera” Precisemos lo que dice Salgado: No figura en los presupuestos y claro, si no están en los presupuestos no tiene ni idea de que partida podrá pagarse. Es un elegante modo de decirle al ministro que nada de nada.

Milagros de la subida del IVA; El estado de ingresos y gastos de la hacienda pública nos viene ofreciendo hasta ahora una sustanciosa reducción del déficit público por encima de lo esperado. El coste de esta ayuda podría seguir manteniendose. Hay que evitar que la ortodoxia de mercado de Salgado frustre el cambio de sentido de la política y hay riesgos de eso.

Algún día después escucho al vicepresidente segundo del Gobierno, Manuel Chaves, decir que propondrá una ley para que los casos de transfuguismo queden sin efecto. Realiza esta declaración cuatro días después de que el Comité Federal del PSOE dé vía libre a quienes se aprovecharon de la acción de un tránsfuga en Benidorm. Para enredar mas las cosas, Marcelino Iglesias nuevo Secretario de Organización del PSOE afirma en El País que en eso el nada tiene que ver, ya que las listas se aprobaron antes de que accediera a la Secretaría. O sea, que la que dio paso al candidato a alcalde de Benidorm fue Leyre Pajín muy implicada, por motivos familiares, en el asunto.

Día 27, Ponferrada, Hora 25 de la Cadena SER el Ministro de Industria hace una defensa encendida de la minería del carbón. Reivindica como necesaria la autonomía en las fuentes energéticas y el recurso a los yacimientos nacionales. Ante un coro de mineros manifiesta, entre aplausos, su oposición rotunda a que la Comisión Europea limite la producción española de este recurso. El ministro fue valiente, sin duda, no porque dijera lo que dijo ante la gente que lo dijo, sino porque tendrá que mantener lo mismo ante el Gobierno, el Presidente del Gobierno y Bruselas.

Es posible que el ministro crea que cuando eso tenga que ocurrir el ya no estará en el gobierno. Incluso pensará que esa misma propuesta que ahora hace, formará parte del reproche que como oposición harán al gobierno del Partido Popular dentro de tres años cuando Europa obligue definitivamente a la restricción total de las ayudas al carbón.

El Partido Popular de Castilla y León ha protestado por la decisión europea y ha acusado al gobierno Zapatero de querer acabar con el carbón español. El Partido Popular de Galicia protesta por lo contrario, porque eso perjudica a transportistas gallegos se interrumpiría. El PP nacional no sabe no contesta. A los mineros se les puede regalar los oídos cuanto uno quiera, pero luego hay que mantener el tipo y no doblar la cabeza ante Alemania y Francia en Europa. Ahí es donde hay que ser valiente.

Alarte, Secretario General del PSPV- PSOE dice muy enfadado a Sebastián que poner en marcha la ATC de Zarra será como una declaración de guerra a los socialistas de Valencia. Ven asustados como toda la tarea de desgaste de Camps puede acabar como agua de borrajas si se toma esa decisión.

¿Podrá Rubalcaba acabar con la falta de coordinación en el gobierno que data de los tiempos de María Teresa. Podrá asimismo terminar con la tendencia, muy habitual del Presidente, de actuar a salto de mata con los ministros? Por ahora, el denominado presidente bis tiene los cien días de cortesía. A una persona tan metódica como es Rubalcaba no creo que le guste tener al gobierno como el camarote de los hermanos Marx.

Me recuerda todo esto lo que García Abad decía de Zapatero en su libro “El Maquiavelo de León”. El periodista pone en boca de un antiguo ministro lo siguiente: “José Luis disfruta enfrentando a unos ministros con otros”. Eso que podría ser hasta divertido en el pasado, en el tiempo de las vacas gordas, ahora solo contribuye al desgaste del gobierno. Las cosas han cambiado.

Zapatero tuvo siempre una especial resistencia a delegar. Nunca quiso tener un gobierno de los mejores sino de los más fieles. Esto no lo digo solo yo, es una moneda de uso común hasta en aquellos que apoyan sin fisuras a ZP desde los medios. El presidente se ha visto forzado a dar más poderes a algunos de sus ministros y eso será bueno para el Gobierno, para el PSOE y para la ciudadanía porque necesariamente hará que la política se haga será más participativa.

El cambio no propuesto por Zapatero y si por las circunstancias, descansa en la reducción del protagonismo e iniciativa del presidente, la existencia de un presidente bis con mayor protagonismo, una nueva agenda social para proteger a los que peor lo están pasando y un cambio de las prioridades en el partido acerca de políticas y sectores objetivo. Todavía es pronto para que Rubalcaba, Gómez y Jáuregui reordenen el panorama pero hay cosas que se deben de atajar desde el principio. Evitar las trampas que el Partido Popular esta empezando a poner para alejar al Gobierno y el PSOE del cometido que tienen ahora es fundamental.

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