martes, 22 de diciembre de 2009

REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA SOCIALISTA (II)




El pasado día 18 de Diciembre publiqué un post titulado REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA SOCIALISTA (I). Este nuevo post es la continuación de aquél. Soy consciente de que no es muy usual emplear un blog para este menester, es un trabajo demasiado extenso para el formato en el que se ubica, pero no dispongo de otro. Con él quiero expresar mi opinión sobre la especial situación por la que pasa la política socialista y lo equivocado, a mi juicio, del programa socialista en un período como el actual, caracterizado por una fuerte crisis económica pero que de todos modos, también sería inadecuado si la coyuntura fuera de bonanza económica. Queda, quedaba, mucho por hacer para acercar nuestro país a las mismas cotas de bienestar que otros países europeos tienen, la permanencia de ese desfase hacía aconsejable la utilización de la economía sin complejos y sin temores, desde una perspectiva socialdemócrata, cosa que no se ha hecho.

0-------0-----------0-----------0-----------0-----------0-----------0----------0-----------0


Tres ejemplos avalan el modo de proceder de la socialdemocracia europea y para ello nos vamos a detener en tres socialdemócratas que han accedido a puestos de máxima responsabilidad: Dominique Strauss-Khan, socialista de primera hora, encargado de vigilar la ortodoxia capitalista desde el FMI, Jean Claude Trichett responsable del Banco Central Europeo, apoyado de modo entusiasta por los socialdemócratas, gran hermano encargado de vigilar desde su privilegiado puesto de que ninguno de los presupuestos de los países miembros tengan alegrías que ponga en cuestión el orden capitalista o Joaquín Almunia encargado, ahora, de cuidar la pureza del mercado tal como lo concibieron los liberales, la política de la competencia que tantos puestos de trabajo ha costado y mas en nuestro entorno, la promoción de M.A. Fernández Ordoñez a la presidencia del BCE.

Cuando Felipe González dijo aquello de, “Que el gato sea blanco o negro poco importa, lo importante es que cace ratones” solo enunciaba una de las máximas por las que se regiría a partir de entonces todos los socialismos y, también, algunos de los comunismos en el poder. Claro está que desde una práctica socialista había que preguntarse también por si el gato en su voracidad destrozaba el huerto, que lo ha destrozado – véase el resultado de Copenhague-, si bajo las garras de los felinos caía algún que otro topo o si ese gato comía mas de la cuenta en su propio provecho y, siempre, a costa de los demás. Es ese el escenario que también interesa a los socialistas. En ese cazar ratones de cualquier manera y bajo cualquier vestimenta hemos comprobado como las rentas del trabajo se han diluido en comparación con unas rentas del capital que han mejorado notablemente.

¿Con qué nos encontramos? Vemos estados como la China Popular o la República Democrática de Vietnam que aún consideranse asimismo comunistas son en realidad paraísos en la explotación de los trabajadores y la infancia. Son estados, sobre todo el primero, en el que más rápido se puede hacer dinero por el empleo indiscriminado de la especulación capitalista. Surge en algunos de los países emergentes una hipotética nueva izquierda, aliada con lo más retrogrado del planeta que si bien ha conseguido extender servicios universales al conjunto de la población, constituyen por su modo de proceder, un amenaza para la paz por su constante lenguaje belicista así como para la libertad acosando y marginando al discrepante.

De izquierda solo queda en algunos de los países occidentales gobernados por la socialdemocracia algunos nombres y pocos gestos. Llamarse socialdemócrata o laborista y ponerse la corbata roja en los acontecimientos de partido es ya tarea suficiente. A una práctica liberal unimos elementos preocupantes. El caso de Blair, su entramado financiero para pagar menos impuestos. La corrupción generalizada en la Cámara de los Comunes así nos lo indica.

La izquierda nominal solo se define por lo que no hacen los conservadores, por ejemplo, el combate por la igualdad. La derecha, en cambio, no precisa de una distinción en negativo, es real. Sigue siendo fiel a sus principios.

Luego la izquierda real, cuando está o aspira al poder, es solo un espejismo. Un nominal perdido entre las políticas convenientes. Se me dirá, que lo que hace que un determinado partido o una determinada política sea de izquierda en contraposición a otro que se identifica como de derecha o liberal, sea el beneficio o perjuicio hacia la mayoría. Un análisis simplista concluiría que la derecha solo favorece a clases minoritarias o las elites. Incluso esto también ha de revisarse porque no son pocos los partidos de derecha que en el marco de las expectativas electorales realizan políticas consideradas hasta ahora como de izquierda. Pongo por ejemplo al gobierno de Castilla y León, este partido da un alto grado de aceptación entre lo electores en cuestiones tales como educación, sanidad y servicios sociales. Aún más, ha sido el único gobierno en España que ha introducido el Consejo del Diálogo Social en su estatuto de autonomía mas la inclusión de los sindicatos y empresarios en los órganos de gobierno de las cajas de ahorro. En esos aspectos su valoración es superior a la de gobiernos socialistas.

¿Porqué se hace esto? ¿Es creíble que el PP de Castilla y León sea mas de izquierda que el PP nacional? Nada de eso, obedece simplemente a la conveniencia. Es el mecanismo del que se sirve para seguir estando en el poder aunque ello supongo vulnerar los principios clásicos de la derecha.

Cerrando este círculo, concluiríamos en que lo que realmente marca la acción política es la conveniencia electoral. En torno a ella, se mueve el hasta donde pueden operar ambas opciones. Y si eso es así, ¿Porque desde la izquierda no se opera de igual modo?

Desde mi punto de vista son varios los factores que convendría analizar que dejaremos para la última entrega de esta serie.

Leer más...