lunes, 29 de agosto de 2011

Punto final; adios PSOE, adios









La puerta se cerrará tras la entrada del último de los senadores y diputados convocados. El presidente del gobierno, el candidato a presidente, el vicesecretario general, los secretarios… Todos situados en la mesa presidencial y aledaños. Contaran o se inventarán lo que los votantes no podemos conocer. Apunta Rajoy: “No se puede convocar un referéndum porque el asunto es muy complejo y la gente no lo entendería”.

Días pasados un compañero de izquierda argumentaba, de buena fe sin duda, que el pueblo era un grupo de gente al que llevaban de aquí para allá unos cuantos y que por lo tanto, venía a decir, sobraba la consulta. Sabemos que en la Atenas democrática había un grupo de sofistas que se ufanaban de sacar de la asamblea de ciudadanos una cosa y la contraria y esto ha sido empleado reiteradamente como prueba del nueve para invalidar la democracia directa. Tiempo atras, supongo que ahora también (Tertsch, Ussía, Dragó...), se defendía la necesidad del voto censitario; El voto solo debe darse a quienes saben, estos afortunados suelen coincidir con lo que han puesto en valor, como se dice ahora, su conocimiento y habilidades.

Hastiado de estas cosas y de otras que no cuento, he decidido poner fin con fecha 24 de Agosto a una militancia de treinta y cinco años en el Partido Socialista Obrero Español. No, no es por resentimiento o porque no vaya a repetir en unas listas. En1991 deje de tener responsabilidades y desde entonces, he acudido tan solo a asambleas y no a todas. En una breve carta que no llega a las veinte líneas indico al Secretario General de mi provincia las motivaciones de mi marcha.

Entré en un partido que era marxista, rojo, revolucionario, autogestionario, defensor de la iniciativa del Estado, partidario de la enseñanza pública y de la nacionalización de los sectores claves de nuestra economía. Impulsor de una fiscalidad progresiva, internacionalista, solidario, pacifista, negador de la política de bloques y defensor de la autodeterminación de los pueblos. Laicista, participativo y era un ámbito en el que la democracia representativa se ejercía, en el principio, sin filtro alguno.

Salgo de ese mismo partido del que no sabe bien cuál es su ideología, si es fucsia, rosa o morada. Que más da, cualquier cosa es buena mientras no sea roja. Conservador, estamentista, defensor de la iniciativa privada, “España es el país en que cualquiera puede hacerse rico”, dijo un alto cargo en los años noventa. Subvencionador de los que hacen de la educación su negocio y privatizador de cualquier bien público. Liquidador de los bienes de todos, potenciador de una fiscalidad que castiga a los que menos tienen e indulta, “Bajar los impuestos es de izquierda” a los que más tienen (SICAV, Patrimonio, IRPF). Defensor del sálvese quien pueda en las relaciones internacionales, “dígame donde hay una guerra que allí envío mis tropas ( Afganistan)”, miembro de la OTAN… ¿Del Sáhara?, oiga, ni me acuerdo; “nos interesa la estabilidad del reino alauita” y el de Siria, Libia y Thailandia mire usted hasta que otros decidan que hay que invadir. Allí enviaremos a una fuerza expedicionaria constuida en mas de un cincuenta por ciento por fuerzas mercenarias extranjeras.

Mantenedor de lo más rancio, del Vaticano, al que se viene dotando generosamente desde unos presupuestos generales. Defensor de un concordato que atenta contra nuestra constitución, hoy mas de ellos que de nadie. Y un partido en donde la cooptación es el sistema. La asamblea es el auditorio en el que se aplaude.

Hasta ayer me preguntaba si el que había cambiado era el partido o lo era yo. No creo que sea ya un partido de la izquierda, si sé que es un partido que está más a la izquierda que el Partido Popular, pero me niego a considerar la política como un continuo donde el extremo de un partido coincide, como si fueran piezas de un puzzle con el de otro como parece afirmar con su práctica diaria el Sr. Bono.

Sé que los tiempos han cambiado, pero ¿tanto lo han hecho para que ninguna de las banderas que antes utilizábamos quede ya en pie? ¿De qué tipo de material está confeccionado lo que algunos han dado en llamar nuevo socialismo? “Quién ha dicho que endeudarse sea de izquierda” dice el candidato Rubalcaba. La manipulación sigue existiendo a pesar del cambio, no Sr. Rubalcaba, lo es bajar los impuestos. Nadie ha dicho eso candidato, nadie quiere endeudarse per se, los socialistas no deben perseguir el endeudamiento, los socialistas deben de recurrir al endeudamiento y el crédito cuando es necesario para contrarrestar las consecuencias adversas del ciclo y para conseguir su proyecto de sociedad, en eso consiste ser socialista y con el 0,3% no hay ni para pipas. Aclárense, pregunten a sus economistas y premios Nobel de cabecera a los que han recurrido para que sean parte del escaparate y que vienen manifestando en economía todo lo contrario a lo que ustedes practican.

Lo sutil queda para los artistas, el apreciar los leves aromas que distingue lo bueno de lo excelente, queda para esos virtuosos del olfato que dictaminan el precio de ese caldo o perfume. Yo no encuentro ya sustanciales diferencias entre los dos que en nuestro país dicen luchar por distintos modelos de sociedad. Los que votamos, por ahora, solo entendemos de ese día a día en los que se choca con la cruda realidad. ¿Quién salvará este chiquillo menor que un grano de avena? ¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena? cantaba Miguel Hernández. Porque de eso se trata y no de otra cosa. No lo salvara, desde luego ustedes no lo salvaran.

Estoy bien, me siento feliz de haber tomado la decisión. Treinta y cinco años no son nada, mucho peor era la situación en la que venía viviendo. No se puede permanecer en un partido esperando eternamente a Godot, a alguien que en su seno diga ¡Basta! e inicie el cambio imposible, porque desde dentro ese cambio es irrealizable. No quiero para mí una discordancia y disidencia que pueda llegar hasta el punto en que pueda pasar de la desconfianza a la animadversión, y de ésta, al odio.

Suerte a los que pensando como yo se quedan en la esperanza de que en algún momento se reconduzcan las cosas. Yo hace tiempo que la perdí y he escogido, por fin, el camino que considero más honesto, en el que mas tranquila queda mi conciencia y en el que puedo sentirme mas libre.

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