martes, 20 de julio de 2010

Elegidos de los dioses


Este país tan avanzado en algunas cuestiones mantiene, sin embargo, estructuras y modos propios de las sociedades antiguas. No me refiero a las costumbres, algunas de ellas bárbaras, que animan nuestras fiestas y diversiones. Hablo de economía o si se quiere de organización, de funcionalidad.

Las soluciones a los problemas adquieren aquí la peculiaridad de un método que he denominado el "del por ciento". Me explicaré. A propósito de la reforma laboral se nos dice que nuestro sistema de relaciones laborales es franquista, que si es paternalista, que si tiene tal cantidad de rémoras que impiden de hecho las posibilidades que se obtendrían de las sociedades más dinámicas y así, uno tras otro, coartadas y argumentos sin fin con el objeto de “meterle mano” a una realidad muy camuflados impúdicamente bajo el paraguas de la modernidad y la eficacia.

Si contemplamos lo que viene ocurriendo con el sector de las cajas de ahorros, observamos como sobre estas instituciones financieras se cierne, por fin, la tan anhelada cuchilla esperada durante tanto tiempo por el resto del sector financiero; Bancos y seguros. Asistimos al final de un modelo ofrecido como tantas otras reformas “importantísimas” por un gobierno socialista. Son los socialdemócratas ¡Que razón tenían Rosa Luxemburgo y Liebknecht cuando se referían, hace un siglo ya, al papel que los socialdemócratas tenían en el seno de las sociedades capitalistas!

Las cajas, excepto las vascas y alguna mas, están empeñadas todas hasta las cejas, deben su estado actual a la incompetencia, al chalaneo y a una gestión muy poco profesional. Cómo deberíamos entender que mientras otras instituciones se salvan, las cajas gestionadas por empleados, políticos y empresarios se encuentren la mayoría de ellas al borde de la quiebra. Es un final anunciado. Es un final esperado por los buitres que darán, gracias al gobierno y a la oposición, cumplida cuenta del festín.

Son muchas las cosas que andan manga por hombro. Sobre algunas se actúa siguiendo la teoría del porcentaje. Si aprieto las tuercas a los funcionarios de infantería salvo el presupuesto, si mantengo en su nivel a los pensionistas, salvo la seguridad social (?), si reduzco las condiciones laborales de la mayoría, habrá mas inversión y seremos mas competitivos (?), y así con la mecánica del porcentaje; Apretando a los mas para salvar a los menos en la creencia de que los más, aportan masa crítica y además son tontos de solemnidad, solo de ese modo podremos salvar el problema. Son tontos porque siempre, en última instancia, la mayoría de ellos cuando les llegue la hora de pronunciarse siempre nos elegirá a nosotros, que somos los suyos, antes que a los otros que son los malos.

Pero a este campo cultivado de cereal que es España, al que frecuentemente se le pega una segada viene a estar rodeado por un cinturón verde, fresco como el solo, florido y hermoso: Son los elegidos de los dioses. Aquellos a los que diferentes estudios internacionales señalan como uno de los causantes directos de la baja competitividad de la economía española porque la encarecen, especialistas en poner palos entre las ruedas, favorecidos por el sistema desde tiempos inmemoriales, auténticos herederos de las sociedades gremiales y menestrales mas propias de la Edad Media que del presente.

Pongámoslos a todos juntitos en una misma cesta. Ahí están, controladores, pilotos, notarios, agentes de la propiedad, judicatura, colegios profesionales, inspectores de muy diverso pelaje, abogados del estado, catedráticos, si también muchos de estos. Castas y castas encargados de velar por sus intereses y seguir como corchos, indiferentes a los temporales y a los malos tiempos. La crisis no es cosa suya, en algunos casos, es una oportunidad para su propia mejora.

Las reformas, tanto tiempo anunciadas, no aparecen. Hoy, aún aprobada una ley sobre el tráfico aéreo y sobre las competencias de los controladores, una cascada de bajas laborales amenazan, crudamente, el mantenimiento de una actividad esencial para este país.

El grito de ¡Yo también quiero ser controlador! no encuentra eco en la administración merced al mantenimiento de criterios de selección favorecedores de la endogamia y el nepotismo, sumen ustedes esta circunstancia a lo que viene ocurriendo con el gremio de los aviadores establecidos.

No nos preocupemos, el gran pescador de ríos revueltos que es Octavio Granados, todopoderoso Secretario de Estado para la Seguridad Social, aparatchik desde su mas tierna infancia ha dado con la solución ejemplar. Volvemos nuevamente a la mecánica del porcentaje; Aprovechemos que el Pisuerga pasa por Valladolid. Al fin y a la postre, los controladores están brindando una oportunidad que nos viene que ni pintada para apretar un poco mas las tuercas a estos tontos que no tendrán mas remedio que volvernos a votar en las próximas. Regulemos las condiciones de percepción de haberes estando de baja por enfermedad. Repugnante, simplemente repugnante.

Gabilondo tenía razón. Bienvenido Gabilondo al campo de los escépticos y desengañados. Gracias Iñaki, porque el hecho de que no se te caiga la baba ante los actuales prebostes del PSOE da una cierta esperanza de futuro.

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