lunes, 20 de diciembre de 2010

La incontinencia verbal de Felipe



De haber tenido que elegir entre Felipe González y J.L. Rodríguez Zapatero lo hubiera tenido claro. Considero que González fue durante bastante tiempo un buen gobernante. Modernizó al país y sentó las bases de la España moderna. Luego ocurrió lo que ocurrió pero el impulso durante la década de los ochenta fue muy importante. El zénit se alcanzó con los fastos de 1992 y a partir de ahí fue la debacle.

Aznar es el prototipo de expresidente que sufre de incontinencia verbal. Cuando habla de política se transmuta en un hooligan incendiario. Se emplea a fondo, actúa sin complejos y procura no dejar títere con cabeza. Lo suyo es de bulldozer, trata de arrasar aunque con ello, mande al carajo no solo al gobierno sino, también, la imagen y la economía española.

Durante el último año una persona como González, habitualmente moderado, se ha soltado el pelo. Sus declaraciones sobre el pasado sorprenden, se ha acostumbrado a decir cosas en las que en modo alguno se reconoce la ideología socialista. La semana pasada se reunió en Nueva York con Clinton, Rasmussen y Blair en una jornada auspiciada por Ideas y el Center for American Progress . Las conclusiones de esa conferencia , sobre las que volveremos en otro momento, suponen una vuelta de tuerca más; “El reto de los progresistas hoy consiste en contrarrestar las políticas conservadoras de recortes dañinos e injustificados con una agenda de reformas innovadora que ofrezca un futuro mejor. Y, mientras aprendemos de las experiencias de nuestros éxitos pasados, no debemos sucumbir al deseo nostálgico de proponer las políticas que tuvieron éxito en un mundo que ya no volverá” (Jesús Caldera en El País).

Blair y Clinton fueron quintacolumnistas en las trincheras del Partido Laborista y el Partido Democrata tal como muy bien demostró Tony Judt en su esplendida obra Algo va mal (Taurus 2010). Los datos económicos y las reformas propiciadas por estos dos gobernantes, autodenominados progresistas, abrieron las puertas de la actual crisis. Ambos introdujeron las reformas del sistema financiero mundial, ambos presionaron para que esas reformas se extendieran a otros paises.

González, durante mucho tiempo callado, abraza las posiciones de estos dos. Su deseo de pertenecer a algún consejo de administración fue atendida y ahora se sienta en el Consejo de Administración de Gas Natural. Felipe no llegará con sus 125.000 euros al 1,3 millones que cobra el que fue su vicepresidente Narcís Serra. Nada que objetar, aún así queda muy lejos de los compañeros de tribuna, Clinton y Blair que cobran varios millones al año.

Puede hacer lo que quiera pero pediría algo de decencia a una persona que se empeña en deteriorar la imagen que algunos teníamos de él. No nos de clase de progresía, usted y los que le acompañaron en esa reunión o en el consejo de Gas Natural no lo son. Deje de una puñetera vez de narrar deseos de hacer volar a unos en Francia y a otros por lo de Hipercor. ¿De qué va? ¿A qué viene eso? ¿Se ha vuelto un matoncete el expresidente del gobierno? Este país es un estado de derecho, o al menos en eso creemos algunos. Es la justicia la que debe de aplicar la ley. Algunos comentarios propios de cheriff de pueblo no se corresponde ni con los demócratas ni con los socialistas. Felipe no solo parece tener deseos de notoriedad, tambien, preso de incontinencia verbal, chochea de modo peligroso.

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