jueves, 21 de enero de 2010

Hablando de monopolios, hablemos de la SGAE


En la calle del Barquillo en Madrid, reside la Comisión Nacional de la Competencia, es una institución del Estado que se encarga de velar por la pureza del mercado. Su finalidad no es otra que la de vigilar para que no haya posiciones excesivamente dominantes y/o monopolios.

Durante algún tiempo la Comisión y el Tribunal de la Defensa de la Competencia fueron un auténtico azote para el mercado de las telecomunicaciones. En ese tiempo, desde mi responsabilidad como cuadro sindical, temíamos y nos echábamos a temblar con cada resolución y por supuesto, con cada sanción. La mejora del mercado suponía que la operadora para la que trabajaba tenía que sacar, al menos, los mismos duros que el año anterior y para sacar eso, siempre, había que atornillar en el empleo y en el convenio. Así es como el TDC y la CNC comandadas ambas en la práctica por M. Ángel Fernández Ordóñez, el sempiterno MAFO, resultaba ser un auténtico ogro para algunos monopolios. No todos, solo aquellos sobre por los que sentía una especial predilección la Unión Europea o era considerado como un agente de desarrollo. Por ejemplo, sobre el mercado de los carburantes, poco se actuó.

¿A que viene esto? Pues porque a la CNC le ha dado por estudiar y hacer un informe sobre el mercado de las sociedades de gestión de los derechos de autor. He esperado a que personas más competentes que yo en ese medio dijera algo. Con la que está cayendo en torno a este asunto y dado que no he visto comentarios en los blogs me he animado a escribir algo sobre el asunto.

En España hay ocho sociedades de gestión de los derechos de autores y creadores. La CNC en un amplio documento, cien páginas, ha estudiado diversos aspectos de estas entidades para concluir en una serie de recomendaciones dirigidas al gobierno para que ponga orden en un mercado al que caracteriza como fuertemente monopolístico.

El informe es muy ilustrativo porque arroja luz, y mucha, sobre unas sociedades a las que la CNC califica en algunos parajes, de oscuras y poco transparentes.

Quiero aclarar algo, esto no va contra el gobierno, no va contra la LES, no va contra Serrat, Sabina, Víctor Manuel, Loquillo y demás, ni siquiera va contra Ramoncín, ahora Ramón, antes el rey del pollo frito y ahora escritor y contertulio de éxito. Va simplemente de dar a conocer lo que este masoca ha podido extraer de la lectura del informe en cuestión. O lo que es lo mismo ponerlo en valor.

La SGAE no es la única sociedad de gestión que opera en nuestro país, aunque si es la que acapara el 71% de los derechos de los 132.000 miembros.que son en total. Estas sociedades recaudaron en 2007 unos 520 millones de euros, de los cuales, la Sociedad General de Autores de España ingreso un montante de 370 millones de euros.

De los 520 millones de euros, 108,5 millones los dedicaron las sociedades de gestión a gastos de funcionamiento. Es decir, unas 180.000 millones de las antiguas pesetas.

En 2007, una cantidad de 67 millones de euros de lo recaudado quedaron sin repartir. Estas cantidades sin se van acumulando a lo largo de los años, la razón es que las entidades gestoras recaudan pero no encuentran, por lo que sea, a los destinatarios finales. En 2008 la SGAE tenía en su balance 164 millones de euros sin repartir de ejercicios anteriores y sigue creciendo año tras año.

Otro dato que es bien elocuente en el caso de la SGAE, el 1,7% de sus asociados (600) se reparten el 70% de lo recaudado quedando el 98,3% restante con el 30% de lo ingresado. Un último dato y dejamos este apartado, solo el 12,3% se destinaron a pagos de titulares en el extranjero.

Bien, hasta aquí unos datos que a mi juicio resultan imprescindibles para saber el cómo y cuanto de un negocio que según han anunciado hoy mismo los empresarios del disco reunidos en Londres es ruinoso en España, con un descenso del 12% sobre cifras del año anterior.

La CNC a través de su amplio informe señala la situación de monopolio en el que operan las sociedades de gestión. La SGAE gestionan todos los derechos del audiovisual en el que la gestora DAMA lo hace en un porcentaje limitadísimo. Otros sectores como escritores, productores, interpretes etc. tienen otras gestoras.

Al mismo tiempo, la CNC señala lo que a su juicio considera desorbitados gastos de funcionamiento dado que se emplean métodos de inspección no adecuados, muchas de las inspecciones podrían ser realizadas on-line con la considerable reducción de precios que eso podría conllevar. Destaca igualmente que las tarifas son inequitativas y/o discriminatorias según sean unos u otros los usuarios.

El establecimiento de barreras que impiden la entrada a otros operadores en la gestión. Pone en cuestión el funcionamiento del Ministerio de Cultura y de la propia ley al requerir una autorización previa condicionada a una serie de requisitos que impide que otras sociedades de gestión sin ánimo de lucro puedan confluir en el mercado.

Señala que la Ley de Propiedad Intelectual va mas allá de lo que la Unión Europea contempla al no permitir la gestión individual de los derechos y forzar a entrar en una de las entidades gestoras del segmento que atiende esa actividad." Esta imposición legal elimina la libertad del titular del derecho para elegir entre la gestión individual o la colectiva (en cualquiera de sus formas materialmente posible), lo que gracias al progreso tecnológico es cada vez más factible, de forma especial en el ámbito online”

La fijación de tarifas unilaterales sin ajustarse al valor económico de la utilización del repertorio basadas en la posición de monopolio. Del mismo modo considera abusiva el encadenamiento que los usuarios tienen con las sociedades de gestión y los obstáculos y trámites engorrosos cada vez que quieren cambiar de entidad gestora.

En consecuencia, la CNC insta al Gobierno una serie de recomendaciones para una reforma en profundidad de la LPI que acabe con la situación de monopolio y los desajustes en la gestión. Propugna una apertura real del mercado como medio de hacer más eficiente el mercado de los derechos de autor.

Después de todo esto, pienso que los autores, los creadores, no dejan de ser unas marionetas en manos de estos monopolios. Cada vez que salen reclamando no solo debía reclamar a la sociedad por la existencia de unos piratas. Algo deberían dejar para aquellos que les tienen de tal modo sujeto.

NOTA DEL AUTOR. Las cifras que se reflejan en esta entrada corresponde al informe de la CNC. En caso de existir alguna discordancia o error con el mencionado informe es involuntario y ante una indicación en ese sentido rectificaría por este mismo medio.

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