viernes, 22 de enero de 2010

Es la economía... estúpido




Si hay una frase famosa sobre las prioridades políticas es la de “Es la economía… estúpido” Este slogan fue un hallazgo de James Craville asesor y estratega del candidato Bill Clinton a la presidencia de los Estados Unidos. Desde entonces, esta frase quiere remarcar lo que ha de ser prioritario en la acción política de cualquier gobierno.

Lo habitual es que un gobierno siga lo que ahora se define como hoja de ruta. Antes se decía programa electoral. Con el tiempo, el programa electoral ha pasado a ser papel mojado. Lo saben los gobiernos, lo sabe el partido que le sustenta y lo saben los electores. Son otras cuestiones las que priman, las que suelen expresarse en el debate de investidura, lo que no deja de ser una sustancial rebaja sobre el programa electoral, o lo más concreto, lo que se dice cada año en el debate sobre la situación política en el Congreso de los Diputados.

Dos noticias se abren paso en las ondas en el día de hoy, una es la frase de Obama : “Si ustedes quieren pelear yo estoy listo” Una frase contundente, como pocas, dirigida a unos bancos americanos que vuelven a las andadas, las mismas que provocaron la crisis financiera. Obama, por extensión, se dirige también al conjunto de los bancos mundiales. Los descensos bursátiles en todo el mundo refuerzan la credibilidad con la que estas palabras han sido recogidas en el mundo financiero.

La segunda es de carácter nacional, es una noticia del diario El Mundo. Si, ya se que a la mayoría de los lectores de este blog cualquier información que venga de El Mundo no le concede credibilidad alguna, pero esta no ha sido desmentida. La noticia señala que el Tribunal de Cuentas ha pedido explicación al PSOE sobre la cancelación de una deuda de más de 30 millones de euros que el partido tenía con distintas entidades bancarias, la más importante, con el Banco de Santander. De la Vega con su tono característico ha anunciado tras el final del Consejo de Ministros; “Todo se aclarará en tiempo y forma… el gobierno expresa el máximo respeto a los trabajos del Tribunal de Cuentas”


Este órdago lanzado por Obama ha tenido un rápido reflejo a este lado del Atlántico. Aquí los gobiernos tienen miedo, poderoso caballero es don dinero” cantaba Quevedo. Ese miedo se torna, en el caso español, en auténtico pavor. Almunia dice que las cosas no son exactamente igual en Europa que en los Estados Unidos y que se está avanzando en un nuevo marco regulatorio (siempre a remolque de lo que hagan los americanos). Alemania, Francia, Suecia y el Reino Unido adelantan posiciones similares a las de Obama; Tratan de meter en cintura a los bancos. Islandia irremisiblemente se hunde por la crisis inmobiliaria y la deuda internacional.

Salgado afirmó hace unos días que los bancos han devuelto al Estado 1.800 millones de euros que este les prestó y que en 2010 se espera la devolución de otros 3.000 millones que fueron concedidos para que se “facilitara el crédito a las familias y empresas” y añade, "... probablemente los bancos no se merecían esas ayudas". El crédito como todos sabemos sigue sin funcionar, pero las deudas de los bancos con el exterior, en cambio, si ha descendido un poquito. Los dineros del Estado fueron empleados, están siendo empleados, por las entidades financieras para reducir una deuda que el Banco de España estima en 480.000 millones de euros. Un horizonte plagado de morosidad amenaza con dejar lo que ahora hemos conocido como crisis en un simple contratiempo económico. Los sindicatos han frenando, hasta ahora, las protestas. Mucho tiempo no podrá durar esa moderación, el gobierno, sin duda, habrá de tomar medidas y serán, inevitablemente, en la dirección en que casi siempre se suelen tomar en una economía capitalista y liberal. Si callan, no podran seguir diciendo que estan defendiendo a los trabajadores.

Sin duda es la economía. Si los estrategas del PSOE consideraron en un pasado que con dar satisfaccion a determinados colectivos en sus justas aspiraciones de igualdad el interrogante de cara al próximo resultado electoral quedaba resuelto, han visto, no creo que sean tan torpes, que eso ya no cuela. Este país tiene temas pendientes que no se resuelven tan solo con respuestas sectoriales sin significado económico.

La crisis viene golpeando con saña, cuatro millones de desempleados de los cuales, más de tres millones, son unos votantes que vienen alzando un dedo acusador no contra los bancos, tampoco contra los empresarios, sino al mismísimo gobierno y su presidente y por extensión al PSOE.
Si, es la economía y si bien es cierto que los gobiernos no crean empleos directamente, si lo es que generan las condiciones para hacerlos posible. Hay una cierta inercia favorecida por el colchón que supone las prestaciones por desempleo y demás subsidios que, en el mejor de los casos, solo son dos años de los cuales, ha transcurrido uno.

Pero hay otra inercia, una que genera pasividad y deja intacta una estrategia, aquella con la que se ganaron las elecciones. Las circunstancias han cambiado y ese cambio merece un debate profundo en el PSOE. Un debate altamente participativo, hay instrumentos adecuados y estatutarios para realizarlo. Cualquier cosa es preferible a la inactividad, a la confianza ciega. Hay momentos, y este lo es, en que lo aconsejable es tomar la línea del gobierno civil ampliado en el seno del PSOE.

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