lunes, 13 de diciembre de 2010

Iniciativas en Blanco; De cómo los delfines afilan sus dientes





No es la primera vez que en Moral y Política hablamos de esto. Desde hace más de un año vengo manifestando que en pura lógica política, esa que en tiempo de crisis se convierte en lógica de supervivencia, era del todo necesario iniciar una transición hacia un nuevo liderazgo en el PSOE.

El mayor fracaso del gobierno y del partido socialista está intimamente ligado a la suerte que en el futuro inmediato corra Zapatero. Sobre esto he venido escribiendo entre otros posts en los: En el calor del verano I y II, De nata y fresa, Mantenella y no enmedalla o los últimos Sobre el cambio de gobierno; algunas claves o La flor de la vainilla. En este último del 2 de Noviembre decía: El cambio de gobierno anunciado en la simple necesidad de comunicar mas y mejor no puede quedarse tan solo en eso. De quedarse, frustraría las esperanzas de los que piensan que el cambio lleva implícito algo más. Las encuestas conocidas hasta ahora (LaVanguardia y el Pulsómetro de la SER) indican a las claras que el cambio de gobierno ha beneficiado al PSOE. Son los nuevos ministros los que alcanzan mayor popularidad. El rechazo a Jose Luis Rodríguez Zapatero crece. ¿Es necesario aportar mas datos? Desde hace mas de un año se ha pedido desde este blog el tránsito ordenado en el PSOE y el Gobierno a un nuevo escenario. Un escenario en el que no debería de figurar el presidente.

Cuando se apuntó hace ya casi un año el que una de las soluciones podía ser que A. Pérez Rubalcaba dirigiera el gobierno, algunos manifestaron que eso no tendría cabida en el PSOE actual. Pronto, pienso yo, que se colocó el cascabel de la imposibilidad a algo que por día que pasa se hace más evidente. El protagonismo del vicepresidente es superior al del presidente. En Rubalcaba; Un servidor del Estado insinuaba que en caso de dimisión de Zapatero él sería nombrado sucesor.

Esto es tan solo una hipótesis, pero una apuesta que tiene un alto grado de verosimilitud. Sólo se espera el resultado electoral de las municipales o autonómicas para propiciar una salida de Zapatero y en acto seguido la asunción por parte de Rubalcaba de la presidencia del gobierno con el apoyo de CiU y del PNV hasta las próximas elecciones legislativas. A CiU y el PNV no les interesa un Partido Popular con mayoría absoluta y trabajaran, apoyando al PSOE, en este tránsito con el objetivo de que los socialistas recuperen lo suficiente para impedir un gobierno del PP con mas de la mitad de los diputados del Congreso.

Entre tanto, aventuremos los escenarios: Una nueva sacudida, esta más brutal que las anteriores de los “mercados” en Febrero, la nula o insuficiente recuperación del empleo y alguna que otra crisis nacional o internacional y como puntilla, los resultados electorales de autonómicas y municipales. Un año por delante para reconducir la situación una vez efectuadas las reformas. A partir de entonces, si se confirma este escenario, el actual presidente será arrojado y culpabilizado, hay que matar al padre para recuperar algo del electorado.

A algunos barones territoriales del PSOE les gustaría que todo esto se produjera antes para salvar de ese modo la situación, pero el calendario y el reloj no acompañará. Zapatero caerá y arrastrará a muchos de los que hasta hace poco han sido sus fervientes defensores. Esa disciplina ciega que impera en el PSOE les ha jugado, les jugará, esa mala pasada.

¿Todo será tan fácil? No. No es sorprendente que después de la crisis de los controladores el ministro Blanco que había sido atacado por el líder del Partido Popular sea en cambio ensalzado ahora hasta límites ruborizantes por parte de Gallardón y Esperanza Aguirre. Blanco es la baza que maneja el Partido Popular para contrarrestar los movimientos que antes hemos mencionado. Es el único (por su propio interés) que mantendría a Zapatero en contra de la opinión del propio presidente. El Partido Popular y sus medios tratan de combatir, negando sus posibilidades, al vicepresidente, con lo que veremos en el futuro nuevas nadanadas contra él por mucho que la embajada del Imperio lo considere (dixit Wikileaks) el más cercano, el más inteligente y el mas encantador.

Blanco no se resigna, intensifica su presencia mediática y quiere que el electorado le reconozca como el nuevo Guerra; El hombre fuerte del gobierno, el que no se casa con los poderosos, el político de extracción humilde y hecho a sí mismo. Blanco se deja querer. No se fía de Rubalcaba, manda en el partido y si hay sucesor será él o quien el grupo de los afines diga.

Rubalcaba de ser presidente antes de las elecciones tendría el horizonte despejado para ser el nuevo candidato, más tarde reclamaría una dirección en el partido que fuese a su medida y ahí Blanco no podría tener el asiento que ahora tiene. De ahí, que los blanquistas y los zapateristas, excepto ZP que no está ya para estos trotes, se esfuerzan en difundir contra viento y marea que el actual presidente seguirá siendo el candidato y fundamentan su esperanza en el milagro de la calma de unos “mercados” que no se fían de Zapatero ni de los zapateristas o que se espere un repunte del empleo que ayude un tanto a aliviar la presión que el presidente del gobierno tiene sobre sus espaldas. Estemos atento hay un jugador que tiene varios triunfos en la mano, algunos se los ha regalado Assange. Veamos hacia donde moveran las piezas quienes tienen mano para ello. Un seguro Rubalcaba frente a unos imprevisibles Zapatero y Blanco es un movimiento muy deseable por los defensores del orden internacional que por ironías de la vida, suelen ser los mismos que se esconden detrás de eso que se llama "mercados".

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