viernes, 22 de octubre de 2010

León de la Riva y el café de la mañana




"Para P… tu madre" (*) exclamó indignada Marga, sentada a mi lado y con una taza de café en la mano, cuando las palabras dedicadas a Leyre Pajín por parte del ginecólogo de Valladolid y sempiterno alcalde de esa misma ciudad, León de la Riva llegaron a sus oídos. Me asustó su reacción por lo temprano, y por la viveza de la misma. Tan de mañana no se suelen tener esas reacciones. Le salió muy de dentro y no solo por solidaridad de género. Ella, que fue cargo socialista y sindical hace muchos años, antes de que hubiese cuota alguna, no es que sea una feminista militante.

Este tipo, De la Riva, que llegó a la gran política de la mano de Ana Botella - ayudó a traer al mundo a uno de los hijos de José María Aznar - pertenece a ese género que tanto abunda en la España cañí. Tiene su clientela, vaya que si tiene su clientela. Repasen la cantidad de barbaridades que ha dicho a lo largo de toda su vida política.

Antes que de La Riva, han sido otros, los que desde medios escritos han hecho pretendidas gracias y chistes sobre Leyre Pajín y otras dirigentes socialistas. Llueve sobre mojado. Ussía y Antonio Burgos representantes de esa raza de españoles con pelo en pecho y miradas “castigadoras”, que tienen su ventanuca en La Razón y el ABC, han dejado deslizar si no afirmaciones tan explícitas, si bastantes parecidas a la del alcalde. Solo hay que sembrar desde una pretendida cultura y saber literario para que otros, más torpes y burdos, acaben soltándo lo mismo.

Eso ni es misoginia ni es machismo. Es otra cosa, pone de relieve algo más, es el desprecio a la mujer y a sus capacidades. A ese desprecio va unido de modo indisoluble, el profundo odio a todo lo que suene a izquierda.

Insisto siempre mucho en esto, en España siguen existiendo esas pulsiones que han caracterizado nuestra historia más bochornosa. Esa gente rancia sigue estando ahí, son los legítimos herederos del Cura Merino, se muerden la lengua la mayoría de las veces, pero otras, llegan a su límite. Cuando los distintos odios; a la mujer, a la izquierda, alcanzan un determinado nivel se produce el desbordamiento y el exabrupto sale así, tal como suena, como si estuviese en la barra del bar o en la mesa del casino, totalmente mezclado con la bilis porque este tipo de gente acostumbrados a las bravuconadas y que hacen gala de modo constante de lo racial, se les suele calentar la boca y por lo visto, algo más, casi siempre a destiempo y del modo mas animal que se pueda concebir.

No se engañen, están ahí, en todos los lados. Son como las células durmientes de Al Qaeda que ante determinadas señales despiertan y sueltan todo el resentimiento que acumulan.

León de la Riva pertenece a esa raza de individuos fascistas e intolerantes, que cada día que pasa tienen que hacer tremendos esfuerzos por acomodarse a las formas democráticas. En ese mismo grupo también se acomoda el alcalde de Salamanca Julián Lanzarote y otros del Partido Popular. Pero me pregunto, porque siempre hay que hacerse preguntas, lo siguiente: ¿Cómo es posible que estos tipos, como tantos otros que coleccionan mandatos por mayorías absolutas, sigan ganando elecciones? No esperen a la próxima en la esperanza de que eso no suceda. En este país vende la chulería, el tiráo o la tirá p´alante, tipo Esperanza, Miguel Ángel Rodríguez, Trillo, Lanzarote, De la Riva y Aznar. Nunca se han escondido siempre se han manifestado tal como son y a pesar de ello, pues ya ven… Estamos, casi, donde estábamos.

(*) Soy, en este caso, un notario de un determinado hecho. Tal como lo oí lo expongo sin entrar en otras consideraciones.

Leer más...