domingo, 19 de septiembre de 2010

Labordeta; El final de un tiempo



Algunas noches son largas. A mi gustaría que fueran los días, pero evidentemente no se puede elegir, siempre son las noches. Jose Antonio Labordeta nos ha dejado en esta pasada. Lo he podido oír de madrugada en uno de esos parones del sueño.

Hubiese querido llorar pero no he podido. Uno tras otro nos van dejando. Algunos se van de modo definitivo como Labordeta y otros se mueren antes de morir porque ya su voz no se escucha. Referencia de un tiempo. Ningún tiempo pasado fue mejor. Nada de eso. Simplemente era distinto.

Porqué no se oyen ya esas voces claras, nítidas, rotundas. Voces valientes que nos decían lo que en realidad sentían. Hasta eso ha desaparecido. También los cantautores y escritores se han vuelto tácticos, también se ponen de canto para no significarse ante el poder y seguir de ese modo tirando, hay fincas y chalets que aún están pendientes de pagar. No se puede violentar a los políticos, no se puede violentar a los grandes grupos mediáticos, no se puede incomodar a esas poderosas empresas que ejercen de sponsors.

Uno tras otro, los que fueron referencia de un tiempo se van. Ley de vida exclamará más de uno. Así es, pero no solo se van las personas. Se va, eso es lo peor, un tiempo con un determinado modo de hacer las cosas. Y aquí sí, ustedes me van a permitir que pueda quejarme sobre este espacio de vulgaridad, llamado España, en el que nos toca vivir. No lucharon, no luchamos, perdonen esta referencia personal, no se batalló para esto. En un tiempo esos escritores y cantautores fueron un ejemplo hoy, ante las nuevas y viejas generaciones se echa mano de espíritus planos que nada tienen que decir aparte de ser ejemplos de trabajo y voluntad como ocurre con nuestros campeones del mundo en variados deportes.

Enrique Castro amigo de la blogosfera comenta algo en mi última entrada sobre mi pesimismo. Si uno se detiene y observa atentamente nuestra realidad política y social solo puede ser pesimista. Dejemos a Gómez Navarro y Guillermo de la Dehesa que crean en nuestras posibilidades como pueblo y en los métodos que utilizan para que nosotros sigamos creyendo en nuestras posibilidades. Están en su función. La nuestra debía ser la de siempre, la de no conformarse y la de seguir denunciando pero, dónde y con quienes.

Labordeta era básicamente un tiempo, quedan uno o dos como él. Otros vendieron en gran parte su alma cuando se sacaron una foto con un ridículo índice por encima de su ceja. Ser intelectual orgánico tiene esas cosas. Cayeron como tantos otros en una nueva cultura que nada tiene que ver con lo que en un tiempo defendieron.

Labordeta en una de sus últimas intervenciones en el Congreso hablo al Partido Popular de modo tajante, al grosso modo, como era esperable en él y en todas las personas auténticas cuando se inflan en demasía lo que no se tenía que inflar. Los mandó literalmente a la mierda. Es posible que ese sea el último recurso que nos quede.





Canto a libertad



Habrá un día en que todos
Al levantar la vista
Veremos una tierra
Que ponga libertad (bis)

Hermano aquí mi mano
Será tuya mi frente
Y tu gesto de siempre
Caerá sin levantar
Huracanes de miedo
Ante la libertad

Haremos el camino
En un mismo trazado
Uniendo nuestros hombros
Para así levantar
A aquellos que cayeron
Gritando libertad

Sonarán las campanas
Desde los campanarios
Y los campos desiertos
Volverán a granar
Unas espigas altas
Dispuestas para el pan

Para un pan que en los siglos
Nunca fue repartido
Entre todos aquellos
Que hicieron lo posible
Para empujar la historia
Hacia la libertad

También será posible
Que esa hermosa mañana
Ni tú, ni yo, ni el otro
La lleguemos a ver
Pero habrá que empujarla
Para que pueda ser

Que sea como un viento
Que arranque los matojos
Surgiendo la verdad
Y limpie los caminos
De siglos de destrozos
Contra la libertad

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