martes, 7 de junio de 2011

La Lola se va al monte




Nada que ver con la obra de los hermanos Machado La Lola se va a los puertos. El tremendismo es algo muy racial, muy español. Pasados por el euro, lo digital y lo tridimensional este pueblo no olvida una de sus esencias; La exageración en todas sus formas. La gente ávida de juerga y jaleo celebra los gritos, los desplantes, y a los bocazas de los que tan sobrados estamos.

Los excesos siempre provocan reacción en los demás. Se alimenta de ese modo una espiral que crece y crece, aumentando la presión en la caldera de lo cotidiano.

El tremendismo sale barato a sus autores, porque tras la explosión, tras los fuegos artificiales todo se desvanece y nada queda en la ciudadanía, que debiera ser la que tendría que juzgar severamente los excesos, las mentiras, las exageraciones sin fin y por último, la zozobra en la que se nos hace vivir. Lo que he dicho antes, al personal le va la marcha y es muy benévola con quienes practican ese modo de hacer política.

Lola Cospedal número dos del Partido Popular, presidenta “in pectore” de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha no se ha ido desde San Fernando a Los Puertos a expandir su arte, se ha tirado al monte sin más. Corto se queda el secretario de organización socialista, siempre tan educado y mesurado él, cuando los califica de gamberros.

Recordemos que esta señora fue la misma que se enfrento a una periodista de TVE sobre las preguntas políticas que hacía. Apuesten ustedes cuánto durará esa periodista una vez que los populares lleguen al poder. Es la misma que acusó sin pruebas - ni idea tengo de cómo anda ese asunto en los tribunales - a los socialistas por espionaje telefónico a algunos líderes del Partido Popular.

Los políticos de cualquier partido se dividen entre técnicos, populistas y aparatchiks. De todos ellos, los peores a mi juicio son los últimos, porque son los que anteponen las “razones de partido” por encima de todo lo demás. Los técnicos se enfrentan a la política, a lo humano, como si fuesen ecuaciones o integrales carentes de alma y empatía con la ciudadanía. Los segundos emplean la zalamería y el engaño para ganar, aunque tenga que perder el interés común. A los aparatchik, Lola es una de ellos, no les importa dinamitar instituciones, economías y haciendas con tal de hacer prevalecer el interés del partido. Lola es una maestra en sembrar de minas el campo de la convivencia, es el Trillo o el Pujalte de su género, en élla veo más Aznar que Rajoy. Todos los demás son almas de la caridad a su lado. Puro peligro.

Lo lamento por los castellanos-manchegos, espero que Rajoy, de ganar, la deje en su región y no le nombre ministra, allí tendrá con que entretenerse. La padecerán sus paisanos y el resto podremos vivir algo en paz ajenos a su práctica gamberril. Malos tiempos se avecinan.

Leer más...