martes, 28 de septiembre de 2010

Películas y canciones para una huelga (IV); Novecento, Bertolucci y Ennio Morricone






Dentro de unos minutos comenzará la jornada de huelga del día 29. la cuarta y última entrega de la serie películas y canciones para una huelga recala en el Novecento de Bertolucci y la esplendida música de Morricone. Este temprano jubilado en el día de mañana se unirá a los piquetes que recorreran mi ciudad y asistirá a las manifestaciones que tengan lugar.


Les dejo con dos secuencias. La primera es el tema central de la película. La segunda es la del Canto de la Libertad de las mujeres, esta última para poder verla habrá que pulsar este enlace.









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Entre los faramallas y la farfolla. Notas para una huelga



Pulula por ahí una especie que insiste e insiste en tratar de salvar la cara a un partido, un gobierno y un presidente tratando de decirnos que lo que están haciendo es inevitable.

No hay otra salida, parece ser su principal argumento. Al mismo tiempo, tratan de rebozarnos una y otra vez, que son de los “nuestros”, que parece mentira, que ahí, a la vuelta de la esquina están Rajoy, Aguirre y Aznar, y que esos, son peores. Cierto, esa es una verdad como un puño. La derecha es peor, pero a estas alturas que mas da, si el daño es daño y el daño que nos están haciendo, AHORA, nos lo infligen los “nuestros”.

Zapatero es un oportunista declarado, siempre lo fue. Frecuentemente he de oír que el que esto escribe tiene una fijación especial con el presidente del gobierno y además es un visceral sin talante. Podría ser cierto si por fijación se entiende lo que viene a ser una simple pero constante crítica política. De todos modos es algo que me preocupa muy poco.

Un congreso soberano decidió que Zapatero fuese secretario general del PSOE. En aquél momento muchas personas de su provincia y de su comunidad autónoma se llevaron las manos a la cabeza ante esa decisión soberana. Zapatero y poder van intimamente unidos, tanto como un nombre y un apellido lo van. Conservar el poder marca la política del día a día. Incluso la toma de una decisión, valiente nos dicen algunos, en un día de Mayo cuando las finanzas españolas entraban en quiebra fue tomada precisamente por eso, para conservar el poder un poco más, lo contrario era dimitir allí mismo y formar un nuevo gobierno de más amplio espectro.


En definitiva, ganar tiempo. Pactar con el PNV una transferencia determinada que ofrece no pocas dudas sobre la ruptura de la caja única de la Seguridad Social obedece también a esa necesidad de que nombre y apellido sigan unidas. Embaucar, como durante un tiempo hizo a mas de un líder sindical tenía también esa razón última. Todo funcionó mientras las arcas del Estado estaban bien dotadas, en todo ese tiempo para nada funcionó el necesario cambio del sistema productivo. Tirar mientras se pueda, a eso se llama oportunismo. El mismo que muchos seguidores, instalados en las instituciones, alimentan con tal de seguir.

La huelga general es una necesidad, es la necesidad que experimentan a lo largo de la vida los hombres libres. La izquierda, los militantes de la izquierda también tienen derecho a ser hombres libres, no es patrimonio en exclusiva de los no afiliados al PSOE.

Miren, recreénse en ello, si tienen tiempo. Estos vídeos y la contundencia que en ellos se muestra, primero con voz y después sin ella, atendiendo tan solo a los gestos. En Andalucía se sigue denominado faramalla a la persona que siempre va con el engaño por bandera y que además, se manifiesta con un énfasis exagerado. Farfolla es otra palabra que también se usa. Por farfolla es lo que solo tiene apariencia. Muy parecida a las flatus vocis de la polémica medieval; palabras huecas, vacías.

El público jaleaba en ambos mítines, la cuestión, era saber cuantos de los que allí jaleaban y vitoreaban sabían que lo que de los altavoces salía era farfolla y que quien les hablaba era algo muy cercano a un faramalla. Ese es él, un poder que se ejerce de modo absoluto en nombre del cierre de filas. Siento la tentación de reproducir algunas de las muchas líneas del artículo que sobre Tony Judt se publicó en El País el pasado domingo, pero son demasiadas y todas muy buenas.

Perdonen la contundencia de este escrito, el que esto escribe decidió hace mucho tiempo dejar de ser políticamente correcto. En ese sentido, se siguen aquí esas recomendaciones de Judd desde mucho tiempo, antes de que supiera que ese filosofó pensaba del mismo modo. Es el derecho a escupir que menciono en un apartado de este blog, acompañado siempre de la necesaria indignación ante lo que ocurre, todo eso forma parte del libro de estilo del firmante. Además, no está el horno para bollos y andarse encima con remilgos.

Otra salida es posible

Rodiezmo 2009







Mitin pabellón Vista Alegre 2009







Anuncio de reformas Mayo 2010








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