miércoles, 21 de octubre de 2009

El buen militante




Viendo a Elena Salgado hoy, en el debate de los presupuestos, durante la réplica a la intervención de Rajoy, me sentí transportado hacia muchos años atrás.

Recordé la intervención de Borrell, que fue su jefe como ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, frente a Aznar, en aquél debate sobre el estado de la nación. En esa ocasión, y ante la barahunda organizada en los bancos del Partido Popular, Borrell no supo reaccionar, no fue capaz de mantener el discurso y su nerviosismo fue palpable.


Salgado, al igual que su jefe en aquél momento, ha actuado sin convicción, sus argumentos quedaban difuminados y el abuso de latiguillos y recursos dialécticos manidos decían muy poco de su capacidad intelectual, algo que esta fuera de duda.

En algunos momentos, su voz ha parecido quebrada y su sonrisa, excesivamente forzada. Tampoco ha sido el día de Rajoy que ha dado más de lo mismo, sin propuesta alguna y que en la segunda parte del debate la ignoró, dando a entender que el verdadero responsable de esos presupuestos era el presidente del gobierno. Aquí, el líder popular ha tocado de refilón sobre lo que parece ser un comentario bastante extendido entre socialistas veteranos (Peces Barba, Sevilla, Solbes, Leguina, Solchaga) , de una pretendida falta de autonomía de los ministros y del exceso de presidencialismo de Zapatero.

¿Cuál debe ser el papel que le toca hacer al buen socialista, a la persona de izquierda, al progresista? ¿Es el silencio y el apoyo sin fisuras, aunque esté en desacuerdo con lo que se viene haciendo? ¿Debe en cambio efectuar siempre la crítica “dentro”, o lo que es lo mismo, aprovechar la asamblea anual de tu pequeña agrupación y hacer allí tu valoración sobre la marcha de las cosas en la esperanza de que esa opinión llegue al presidente del gobierno? ¿Es acaso, el considerar que este partido ya no es el nuestro y abandonarlo, tal como se nos viene aconsejando desde cierta guardia pretoriana? ¿Es el “ora et labora” recomendado por el militante entusiasta, emocional, incluso pasional, que sigue a su partido como si fuese su equipo de fútbol?

Como era previsible el baño de “izquierda” que algunos esperaban en los presupuestos en función de un hipotético pacto con las fuerzas de izquierda del parlamento no ha tenido lugar. De todos modos hubiese sido marxiano (Groucho) esperar a la izquierda para hacer de los presupuestos diseñados por un gobierno de izquierda algo que fuera de izquierda. Serán las fuerzas del centro-derecha (PNV y CC) las que prestaran los votos al gobierno a cambio de un plan específico para Canarias y del blindaje del Cupo Vasco.

No habrá por lo tanto replanteamiento del IVA, la fiscalidad de las SICAV, el IRPF por tramos, la permanencia de los cuatrocientos euros para las rentas más bajas etc. La reforma tributaria es la que es y cuando el gobierno habla de cargar mas sobre los ricos esta faltando a la verdad y eso cualquiera lo sabe. Qué gana el gobierno insistiendo en una lectura progresista de la reforma tributaria ante el conjunto de la ciudadanía cuando la verdad es tan clara, tan diáfana que cualquiera la puede sentir en su propio bolsillo

Cada vez estoy más persuadido de que nos asomamos al final de un tiempo y que a ese final nos vamos acercando presos de un fatalismo en el que muchos no tienen la oportunidad de decir “dentro” lo que opinan. De ver como otros, los que si pueden, dejan hacer, incapaces de decir lo que de verdad piensan, paralizados por el temor de ser desplazados de sus confortables asientos.

Los que llevamos algún tiempo en esto sabemos que no hay ninguna balsa de aceite, que el mar socialista no está tan tranquilo como pueda parecer. No es posible, es muy difícil de creer que haya un asentimiento tan generalizado en torno a algunos nombramientos, competencia de ministros y ministras, política seguida y sobre el exacerbado presidencialismo de Zapatero.

Son demasiados silencios en el interior del PSOE y algunos de estos silencios a quienes mas benefician no es al gobierno y a la actual dirección sino que, objetivamente, el receptor de los beneficios que genera la inacción, la falta de la corrección necesaria en los comportamientos y políticas es el Partido Popular.

¿Tanto han cambiado las cosas en el PSOE en los últimos años? ¿Tanto ha cambiado para que algunos secretarios generales de región o nacionalidad no hablen con Zapatero, como antes lo hacían con González y Guerra, sobre lo que muchos vemos y que seguramente ellos también ven?

¿Cuál es el camino a seguir por el buen militante?

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