martes, 7 de abril de 2009

¿Quién va a dirigir la economía de este País?





Conocí a Elena Salgado cuando era Secretaria General de Comunicaciones en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones que dirigía Josep Borrell en el tercer mandato, creo recordar, de Felipe González.

Tenía yo por entonces la responsabilidad del Sector de Telecomunicaciones de la UGT y era frecuente mi asistencia tanto a la Permanente como al Pleno del Consejo Asesor de Telecomunicaciones que ella frecuentemente presidía.

Fue un período en el que la liberalización de las telecomunicaciones y la transposición de las directivas europeas al marco legal español era constante. Ya en aquella época tanto Borrell como Salgado eran muy conocidos por su actitud distante y poco negociadora. La falta de cintura de ambos era manifiesta y la confrontación con todos era lo habitual.

Hoy me he desayunado con la posibilidad de que Elena Salgado sea nombrada vicepresidenta segunda del gobierno y con responsabilidades en Hacienda y/o Economía. Elena Salgado no se ha señalado nunca por su ferviente militancia socialista. Es mas, dudo de que la pueda tener o al menos no me consta. Su paso por la administración ha tenido una singular virtud salvo en la ley antitabaco no se le conocen otras acciones que la de ser una firme ejecutora de lo diseñado por otros. Por eso su marcha la mas de las veces ha sido una marcha plana casi imperceptible.

Su curriculum académico compuesto de graduación y licenciatura en Ingeniería y Economía puede avalarla para un conocimiento de los fundamentos de la economía pero de ello no puede concluirse que sea lo que la economía española precisa para despegar. Por otro lado, su actitud, siempre distante y elitista hará muy difícil, a mi parecer, la interlocución con los agentes sociales, siempre que estos no sean grandes banqueros o empresarios.


Entonces, porqué Zapatero la puede elegir, tal como anuncian los medios, para una vicepresidencia económica, para lo que ha de ser la punta de lanza de la política del gobierno los tres años próximos.

Puede haber varias razones y a muchas de ella no es ajena la peculiar psicología y modo de hacer del presidente del gobierno.


Zapatero es un político castellano-leonés. Los políticos de esta región añaden a muchas virtudes algunos defectos, perdón por la generalización, pero esta obedece a casi treinta años de observancia del discurrir político en Castilla y León y eso independientemente del sindicato o partido al que se pertenezca o se milite.

Hay una constante. Suele haber en los dirigentes políticos de esta tierra una natural desconfianza hacia el trabajo en equipo, a la concesión de autonomía en la gestión, un abuso del dirigismo y el continuo quebrantamiento de las formas. El ejercicio del presidencialismo en sus formas más severa es algo que ha supuesto o supone una constante en el quehacer de Lucas, Aznar, Herrera, Zapatero y en otros tantos responsables de instituciones y colectivos. Es el modo de gobernar que socialistas, comunistas, centristas y conservadores han ejercido en Castilla y León. Eso que se considera natural aquí, la sumisión al que manda, puede chocar y de hecho lo hace en otros ámbitos geográficos.

He oído comentar en una tertulia radiofónica, no se alarme el lector, cercana al partido socialista y por parte de un señalado comentarista político que quizá quién realmente sea el minsitro de economía sea el propio Zapatero. Si esto fuese así entroncaría de modo claro con un modo de ser del propio Zapatero y también deberíamos convenir que mucho habría aprendido en economía desde aquella famosa frase de Jordi Sevilla que dio a conocer un micrófono traidor: “…Jose Luis, no te preocupes con dos clases y en dos días dominas esto”. Se refería a la economía.

Sin embargo, me temo que no sea Zapatero el que la proyecte aunque si el que puede dirigirla, tampoco creo que sea Sebastián. ¿Quién será?, ¿Estarán en la Moncloa como un grupo de asesores no nominados?, ¿Será algún premio nobel o antiguo asesor de Bill Clinton?, ¿Será una consultoría o un pool de consultores?.

Cualquiera de estos esquemas, no estoy hablando de política ficción ni me estoy volviendo loco, estoy hablando de cosas reales, pueden ser la solución.

Debemos de convenir que la economía necesita de un director y debe de tener alguien con la suficiente competencia técnica, experiencia política y la cintura precisa para acordar y negociar con agentes sociales, colectivos e instancias internacionales.

No, Elena Salgado no puede ser esa persona y directora del ministerio.

Si hay algo que me gustaría leer en un futuro serían las memorias de Pedro Solbes una persona de su experiencia, conocimiento y acreditado saber político no puede haberse caído de ese modo sin que su desencanto haya sido el detonante. El desencanto no puede haber venido tan solo por la situación económica. Solbes no es de esos, debe de haber algo más.

Como es probable que el lector diga ¿Y de los demás previsibles nombramientos qué?

Considero que Chaves es una de las raíces más fuerte y comprometidas del PSOE, confío en que pueda hacer las cosas como las han hecho los buenos socialistas siempre, y quiero creer que puede ser la persona que puede frenar a Zapatero en las frivolidades a las que nos tiene acostumbrados. No quisiera pensar que el paso por el ministerio pudiera ser la antesala de su retiro político, cosa que me temo, la financiación autonómica es una patata caliente. Que no le ocurra lo que a tantos buenos socialistas; Caldera, Sevilla, Ibarra, ¿Chaves?.

No quisiera que la retirada fuera en las cuatro operaciones clásicas: 1º Privémosle del territorio. 2º Mandémosle a un ministerio. 3º Cesémosle del ministerio. 4º Le damos un homenaje de reconocimiento.

El PSOE y la izquierda necesita de Chaves y vista las cosas lo va a necesitar por mucho tiempo.










Leer más...