lunes, 19 de enero de 2009

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Bibliografia de Albert Camús

Libros de Albert Camus

Moral y Politica (recopilacion de artículos en Combat)1944/1947
El primer hombre 1994
El exilio y el reino 1957
La caída 1956
El rebelde 1951
Los justos 1950
Cartas a un amigo alemán 1948
Estado de sitio 1948
La peste 1947
Calígula 1944
El malentendido 1944
El extranjero 1942
El mito de Sísifo 1942
Bodas 1939

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Albert Camús y el Futbol


Artículo de Albert Camús sobre el significado del futbol en su vida






Sí, lo jugué varios años en la Universidad de Argel. Me parece que fue ayer. Pero cuando, en 1940, volví a calzarme los zapatos, me di cuenta de que no había sido ayer. Antes de terminar el primer tiempo, tenía la lengua como uno de esos perros con los que la gente se cruza a las dos de la tarde en Tizi - Ouzou. Fue, entonces, hace bastante tiempo, en 1928 para adelante, supongo. Hice mi debut con el club deportivo Montpensier. Sólo Dios sabe por qué, dado que yo vivía en Belcourt y el equipo de Belcourt- Mustapha era el Gallia. Pero tenía un amigo, un tipo velludo, que nadaba en el puerto conmigo y jugaba water-polo para Montpensier. Así es como a veces la vida de una persona queda determinada. Montpensier jugaba a menudo en los jardines de Manoeuvre, aparentemente por ninguna razón especial. El césped tenía en su haber mas porrazos que la canilla de un centro forward visitante del estadio de Alenda, Orán. Pronto aprendí que la pelota nunca viene hacia uno por donde uno espera que venga. Eso me ayudó mucho en la vida, sobre todo en las grandes ciudades, donde la gente no suele ser siempre lo que se dice derecha. Pero al cabo de un año de porrazos y Montpensier en el "Lycée" me hicieron sentir avergonzado de mí mismo: un "universitario" debe jugar con la Universidad de Argel, R.U.A. En ese periodo, el tipo velludo ya había salido de mi vida. No nos habíamos peleado, sólo que ahora él prefería irse a nadar a Padovani donde el agua no era tan "pura". Ni tampoco, para ser sinceros, eran ¨puros¨ sus motivos. Personalmente, encontré que su motivo era ¨adorable¨, aunque ella bailaba muy mal, lo que me pareia insoportable en un a mujer. ¿Es el hombre, o no es, quien debe pisarle los dedos de los pies?El tipo velludo y yo prometimos volver a vernos. Pero los años fueron pasando. Mucho después comencé a frecuentar el restaurante de Padovani (por motives "puros") pero el tipo velludo se había casado con su paralítica, quien seguramente le prohibía bañarse, como suele ocurrir.

¿Pero qué es lo que estaba diciendo? Ah sí, el R.U.A. Estaba encantado, lo importante para mí era jugar. Me devoraba la impaciencia del domingo al jueves, día de práctica, y del jueves al domingo, día del partido. Así fue como me uní a los universitarios. Y allí estaba yo, golero del equipo juvenil. Sí, todo parecía muy fácil. Pero no sabía que se acababa de establecer un vínculo de años, que abarcaría cada estadio de la provincia, y que nunca tendría fin. No sabía entonces que veinte años después, en las calles de París e incluso en Buenos Aires (sí, me ha sucedido) la palabra R.U.A. mencionada por un amigo con el que tropecé, me haría saltar el corazón tan tontamente como fuera posible. Y ya que estoy confesando mis secretes, debo admitir que en París por ejemplo, voy a ver los partidos del Racing Club, al que convertí en mi favorito solo

porque usan las mismas camisas que el R.U.A., azul con rayas blancas. También debo decir que Racing tiene algunas de las mismas excentricidades que el R.U.A. Juega "científicamente" pierde partidos que debería ganar. Parece que esto ahora ha cambiado (eso es lo que me escriben de Argel), cambiado - pero no mucho- . Despues de todo , era por eso que quería tanto a mi equipo, no solo por la alegría de la victoria cuando estaba combinada con la fatiga que sigue al esfuerzo, sino tambien por el estúpido deseo de Ilorar en las noches luego de cada derrota.

Como zaguero esta el "Grandote" - quiero decir Raymond Couard. Le dábamos bastante trabajo, si mal no recuerdo. Jugábamos duro. Los estudiantes, los nenes de papá, no escatiman nada. Pobres de nosotros -en todo sentido- ¡ muchos nos burlábamos de la dureza de nuestros propios pies ! No teníamos más remedio que admitirlo. Y teníamos que jugar "deportivamente", porque ésa era la dorada regla del R.U.A., y "firmes", porque, cuando todo está dicho y hecho, un hombre es un hombre. iDifícil compromiso! Eso no puede haber cambiado, estoy seguro. El equipo más difícil era el Olympic Hussein Dey. El estadio quedaba detrás del cementerio. Ellos nos hicieron notar, sin piedad, que podíamos tener acceso directo. En cuanto a mí, jpobre golero!, vinieron por mi cadáver. Sin Roger ¡lo que hubiera sufrido! Estaba Boufarik, ese centro forward grande y gordo (enlre nosotros lo Ilamabamos "Sandia") se excusaba con un: "Lo siento nenito" y una sonrisa franciscana. No voy a seguir. Ya me excedí de mis Iímites. Y entonces, me pongo reblandecido. Hasta en "Sandía" veo bondad. Además, seamos sinceros, bien que esto era lo que habían enseñado. Y a esta altura, no quiero seguir bromeando. Porque, después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de moral v de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol, lo que aprendí con el R.U.A, no puede morir. Preservémoslo. Preservemos esta gran y digna imagen de nuestra juventud. Tambien estara vigilándolos a ustedes

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Frases célebres de Albert Camús

En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio.

No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo.

Para la mayoría de los hombres la guerra es el fin de la soledad. Para mi es la soledad infinita.

El éxito es fácil de obtener. Lo difícil es merecerlo.

Me decían que eran necesarios unos muertos para llegar a un mundo donde no se mataría.

La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas.

El hombre tiene dos caras: no puede amar sin amarse.

Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol.

La estupidez insiste siempre.

He comprendido que hay dos verdades, una de las cuales jamás debe ser dicha.

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El pensamiento de Albert Camús (algunas opiniones)

Albert Camus nació el 7 de noviembre de 1913 en Argelia. Su padre, un pobre granjero que se enseñó a sí mismo a leer y escribir, murió en la batalla de Marne en 1914. Su madre, que había quedado sorda y con un impedimento de habla por un accidente en la infancia, era iletrada. Después de la muerte de su esposo ella mantuvo a su familia con largas horas de trabajo como criada. Aunque hubo poco despliegue de afecto o comunicación entre ellos, la relación de Camus con su madre fue una profunda y duradera influencia en su vida.
La pobreza y la soledad que Camus conoció como niño no dejaron amargura, y su recuerdo de esos años ayudaron a formar su pensamiento posterior. Su infancia y juventud fueron tiempos en que las dificultades de la existencia se balancearon por un sentimiento de armonía con el mundo natural. La pobreza contribuyó para enfocar su visión de la existencia; la miseria y la felicidad de la vida humana sobresalían más claramente contra un riguroso ambiente. Camus hablará de su juventud en Argelia como un tiempo en que encontró aquellas “dos o tres imágenes grandes y simples a las que el corazón se abrió por primera vez” y que subyacen en la estructura de toda su obra: el sol argelino, el fresco mar mediterráneo y la madre silente y sufriente.
En 1932 Camus ganó una beca para el lycée en Argelia, donde estudió bajo el filósofo Jean Grenier. El humanismo de Grenier influyó en el pensamiento de Camus; le enseñó a ser escéptico de las ideologías políticas abstractas, y Camus también le atribuyó a él su despertar de un más profundo sentido de la vida: “Personalmente, tenía suficientes dioses: el sol, la noche, el mar… Alguien tenía que recordarme de lo misterioso y sagrado, de la finitud del hombre y de su amor imposible, para que pudiera un día regresar a mis dioses naturales con menos arrogancia.”
También fue influenciado por filósofos pesimistas como Schopenhauer y Nietzsche. Los artículos que escribió mientras estaba en el lycée muestran estas influencias. Ya había decidido que no había explicación racional del mundo; buscaba una salvación en un mundo que parecía no tener sentido. Tanto en estos artículos tempranos como más adelante, Camus tiende a utilizar terminología religiosa, aunque nunca aceptó ningún sistema religioso. “Tengo”, escribió después, “un sentido de lo sagrado, y no creo en una vida futura.”
Después, buscando una carrera en la enseñanza, Camus estudió filosofía en la Universidad de Argelia. En su tesis de postgrado por la que fue premiado con el diplóme d´etudes superieures, describe cómo la temprana iglesia cristiana se apropió de las formas y métodos de los neoplatonistas, particularmente Plotino.
Aun en su tesis hay insinuaciones de los problemas que Camus buscaba equilibrar. Para poder hacer proselitismo exitosamente entre los griegos, la temprana iglesia tenía que reconciliar su sentido del pecado, el Terror y la irracionalidad de la existencia terrenal con la necesidad griega de encontrar coherencia y orden en el mundo tangible. Camus contrasta la dos sensibilidades: la preocupación cristiana con el pecado y con la salvación eterna, y la creencia griega en la inocencia y en la importancia del mundo natural. Estas dos visiones son paralelas en el propio sentido de la dicotomía de la existencia de Camus, tal como lo expresó en su primer ensayo, L´Envers et l´endroit, publicado en 1937, año en que presentó su tesis. El mundo que describe es uno en que la muerte, lo extraño y la soledad predominan a menudo, pero en que el hombre encuentra belleza y trata de darle algún sentido a la vida. Camus hubiera estado de acuerdo con los griegos en que “nuestro reino es de este mundo” y con los cristianos en que este mundo es un lugar de tragedia, donde la muerte es siempre inminente.
La preocupación con la muerte y la salvación y la creencia tenaz en la importancia de los sentidos son indudablemente reflexiones de la experiencia directa de Camus sobre la fragilidad de la vida, ya que a la edad de 17 años fue atacado por la tuberculosis; esta enfermedad fue recurrente en varios momentos de su vida. Un segundo ataque en 1937 impidió su pase del examen físico requerido a los candidatos para la agrégation.
Quizás por sus luchas tempranas contra la enfermedad, Camus desarrolló un fuerte sentido de la necesidad de autodominación y control: “Es una cuestión de estar en silencio, de suprimir todo lo que es público y de saber cómo juzgarse a uno mismo. De balancear. De abandonar toda pretensión y de aplicarse uno mismo una doble tarea de liberación, con respecto al dinero y con respecto a las propias vanidades y actos de cobardía.”
Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue rechazado para el servicio militar, anotó: “Si no quieren que luche, es porque soy constantemente elegido para permanecer a un lado. Y es desde esta lucha de mantenerme como un hombre normal en condiciones excepcionales que siempre he sacado mi mayor fuerza y mi mayor utilidad.”
Los años en la universidad y aquellos que siguieron inmediatamente hasta el comienzo de la guerra fueron, a pesar de su enfermedad, un período de actividad considerable y variada para Camus. Durante varios años fue miembro del partido comunista, y trabajó para él entre los musulmanes. Dejó el partido disgustado por el cambio de su política hacia la población árabe de Argelia. Escribió su primera obra de teatro, Calígula, y una novela, La mort hereuse, que nunca fue publicada, pero que puede ser considerada un adelanto de L´Etranger. Leyó a muchos de los autores que influenciaron su trabajo: “Entre los modernos: Grenier, Malraux, Montherlant. Entre los antiguos: Pascal, Moliére, literatura rusa del siglo 19. Los españoles.”
Camus se mantuvo en la universidad con trabajos varios, y fue miembro de una compañía de arte dramático patrocinada por Radio Argelia. El teatro y el deporte fueron pasiones continuas para él. Aunque consideraba a los grupos intelectuales insoportables, podía trabajar felizmente con otra gente en el escenario o en el estadio. Estas actividades, dentro de un mundo cerrado más allá de las preocupaciones morales normales, se hicieron un medio para recapturar la inocencia perdida en la infancia. Camus ayudó a formar un pequeño grupo de teatro en Argelia para llevar el teatro a las clases trabajadoras. Adaptó varias obras y contribuyó en una obra escrita colectivamente, Révolte dan les Asturias, basada en la guerra civil española.
Durante sus años de estudiante Camus hizo varios viajes a Francia, Italia y Austria. La importancia de viajar como medio de autodescubrimiento es un tema de L´Envers et l´endroit, su primer libro de ensayos. En su libro de notas del período habla humorísticamente de las dificultades de viajar siendo pobre: “Es una protección contra el diletantismo. No diría que de lo que carecen Gide y Montherlant es de haber reducido las tarifas de los trenes que los obligaron a quedarse seis días en la misma ciudad. Pero sé que realmente no puedo ver las cosas como Montherlant y Gide lo hicieron, debido a las reducidas tarifas de los trenes.”
Las reflexiones causadas por su contacto con otra cultura mediterránea, la de Italia, son la base de algunos de sus ensayos líricos en Noces, el segundo libro de Camus. La habilidad de la cultura mediterránea para contrarrestar los excesos del pesimismo norteño permanecieron como tema constante en su obra.
En 1937 Camus rechazó un puesto en la Universidad de Sidi-Bel-Abbés. Esta decisión fue dolorosamente difícil. Se debatía entre la necesidad de ganarse la vida y la más presionante necesidad de evitar una situación en la que todo su ser podría entumecerse en rutina monótona. En 1938 Camus pudo ganarse la vida como periodista, otra de las carreras que perseguiría intermitentemente a través de su vida. Escribió artículos políticos y literarios como reportero del Alger-Republicain, siendo por breve tiempo editor de la edición nocturna.
El trabajo más importante de Camus para el periódico fue una serie de artículos sobre la lamentable vida de los árabes en la región de Kabilia. Aunque a veces escritos en lenguaje emocional, constituyen un estudio cuidadoso de la injusticia de la administración francesa hacia la población árabe. Fueron escritos en 1939, pero aun son útiles para entender la tragedia de Argelia. La posición básica de Camus sobre el problema de Argelia jamás cambió. Sentía que Argelia era un país peculiarmente mezclado, en que las poblaciones francesas y musulmanas necesitaban derechos totales como ciudadanos, y que una economía viable sólo podía lograrse por medio de la asociación continua con Francia. La insistencia de Camus para preservar los nexos con Francia se acompañaba con una exigencia de igualdad económica y social para la población musulmana.
El Alger-Republicain dejó de circular al iniciarse la guerra. Debido en mucho a la hostilidad hacia los artículos de izquierda y pro-árabes, Camus no pudo encontrar trabajo como periodista en Argelia, y se fue a trabajar en París. Después de la invasión alemana Camus se fue a Lyons con los periodistas del París-Soir. Ahí se casó y regresó a Oran con su esposa. Volvió a Francia en 1942, y como resultado del aterrizaje aliado en Argelia, se separó de su esposa por el resto de la guerra. La separación de familias y amantes es uno de los temas dominantes de La Peste, novela que es parcialmente una alegoría de la Ocupación Alemana y en la que Camus trabajó desde 1941 hasta 1947. L´Etranger y Le Mythe de Sisyphe, publicadas en Francia en 1942, le trajeron fama súbita. Ellas describen la absurda discrepancia entre la realidad y el deseo del hombre.
En 1943, indignado por la ejecución de un trabajador involucrado en un levantamiento comunista contra los nazis, Camus se unió al movimiento de Resistencia “Combat”. Se hizo editor del periódico clandestino. Aquí rechazó la actitud nihilista que lo había tentado desde su juventud; y marcan el punto en que su trabajo se mueve más allá de la descripción de lo absurdo para intentar encontrar una nueva base de valores humanos. El deseo de superar el nihilismo está implícito en algunos trabajos anteriores; en 1938 criticó a Le mur de Sastre diciendo que la descripción de lo absurdo sólo puede ser un comienzo, no un fin. Sin embargo, el impacto de la guerra en el pensamiento de Camus, así como en muchos filósofos que habían aceptado la relatividad de todos los valores morales, fortalecieron la necesidad de encontrar una positiva base ética para la acción.
Aunque sus artículos se centraban principalmente en la lucha contra Vichy y los nazis, en 1944 Combat comenzó a divulgar su esperanza de que algún tipo de socialismo se estableciera después de la guerra. No se definía qué tipo, pero se nacionalizarían industria importantes y se acabarían con los monopolios, mientras que los a negocios privados les sería permitido una menor sección de la economía vital. Los partidos políticos del viejo régimen eran regañados; Combat ponía su fe para el futuro en los “nuevos hombres” revelados por el movimiento de resistencia. El lema del nuevo Combat, que comenzó su publicación abierta en agosto de 1944 con Camus como editor, era “De la resístanse á la Révolution”.
Como estaba convencido de que las medias verdades de la mayoría de los periódicos contribuían a la injusticia social, Combat sería una fuerza mayor en la construcción de una nueva Francia. Sus primeros editoriales reflejan el fervor idealista de Camus y su esperanza de que la experiencia de la guerra había traído un nuevo deseo por a libertad y la justicia en el pueblo francés, Camus se volvió concientemente desilusionado a medida en que la deseada revolución se coartaba por el regreso de los viejos políticos y el viejo orden económico. También estaba impaciente con el funcionamiento normal de la política. No deseando entregar sus energías a una diaria consideración de temáticas menores, se fue retirando gradualmente del periodismo. Aunque continuó escribiendo editoriales, dejó de ser editor de Combat a finales de 1945. En los años siguientes sólo escribió sobre claros temas morales a los que daba gran importancia. Habló en contra de la ayuda a Francia, la pena capital, la represión rusa en la revuelta húngara, y el terrorismo y la violencia a ambos lados del conflicto de Argelia.
Los años de la guerra y los inmediatamente siguientes fueron el período más creativo de Camus. En 1943, en Lyons, completó su segunda obra de teatro, Le Malentendu, la más amarga y nihilista de sus obras. Con Calígula, L´Etranger y Le Mythe de Sisyphe se conforma la fase “absurdista” de la obra de Camus que luego fue balanceada con la fase “rebelde” de Les Justes, L´Etat de siége, La Peste y L´Homme révolté, los libros de la etapa posterior a la guerra. Los libros de notas de Camus muestran que, tan temprano como 1940, escribió un plan para una serie de libros que reflejarían su visión de la vida desde varios ángulos. Comenzó por describir “lo absurdo”, un estado de oposición entre el hombre y el universo que transforma en sin sentido los valores morales normales. Más adelante trató de formular las reglas morales que podrían ser deducidas de un conocimiento del “absurdo”.
Si L´Etranger expresa la tabula rasa moral de los años de guerra, La Peste aboga por la revuelta como medio hacia la creación de una nueva conciencia moral. Con la publicación de La Peste en 1947, Camus ya era una figura mayor en el París de la posguerra. Para su irritación, se volvió un mentor moral para las jóvenes generaciones francesas. Aunque sus obras de teatro son la parte menos exitosa de sus obras creativas, Camus mantuvo un apasionado interés por el teatro. En los 1950s hizo una serie de hábiles adaptaciones y traducciones: Devoción a la Cruz de Calderón, El Caballero de Olmedo de Lope de Vega, Requiem for a Nun de Faulkner, Los Poseídos de Dostoyevski; estos trabajos quizás contengan un mayor talento para la forma y técnica dramáticas que las propias obras de Camus. También fue director y productor teatral: y hacia el final de su vida el teatro era como una liberación de las tensiones creadas por su posición en el mundo literario de la posguerra, especialmente después de L´Homme révolté.
Después de un severo ataque de tuberculosis en 1949, Camus se retrajo de la actividad pública. Durante los próximos dos años completó L´Homme révolté, que produjo una reacción violenta en la prensa literaria y política de París. La más larga y celebrada controversia fue entre Camus y Sartre; Camus había discutido antes con Sartre sobre el tema del trabajo de esclavos en Rusia. Los artículos controversiales aparecieron en Temps modernes en abril y agosto de 1952. La base de la discusión fue un artículo de Francis Jeanson que afirmaba que L´Homme révolté era una obra idealista que ignoraba las presiones de política práctica y la importancia del movimiento comunista como la única fuerza genuinamente revolucionaria; que al hacer la revolución pura sin teñirla de violencia, Camus se había apartado de la acción efectiva. Camus estaba “en el aire”, ni a la izquierda ni a la derecha, y afirmó que Jeanson ignoraba la mayor crítica del marxismo desarrollada en L´Homme révolté: que la revolución comunista sustituía las metas futuras por una actividad práctica para aliviar la presente injusticia y el sufrimiento. Ni Jeanson ni Sastre respondieron directamente esta tesis crucial. La amargura de estas peleas pesaron mucho en la mente de Camus, y entre 1952 y 1956 publicó sólo L´Eté, una colección de ensayos líricos escritos anteriormente. La Chute (1956) es la novela que refleja el rompimiento con Sartre.
Camus vivió la mayor parte de su vida adulta en París. Su retraimiento de la actividad política comenzó con la desilusión en los años de la posguerra. Se intensificó después de L´Homme révolté. Y en los últimos años de su vida Camus se aisló más con su rechazo para apoyar a ninguno de los lados en la rebelión de Argelia. Estaba consternado por la violencia y el terror en Argelia. En enero de 1956 pidió una tregua exigiendo que tanto el ejército francés como el FLN detuvieran los actos de violencia contra la población civil. No lo escucharon.
L´Exit et le royaume, un libro de cuentos, fue la última obra creativa de Camus. Sus historias son menos amargas, más objetivas en cuanto a la madurez de reflexiones sobre la vida. Quizás indican un punto de cambio que iba a suceder en su ficción: un movimiento alejado de los temas políticos y hacia un realismo mayor con intensidad de detalles naturales. El libro sobre el cual trabajaba cando murió, Le Premier Homme, fue el primero al que Camus se refirió como “novela”, e iba a ser parte de una tercera fase: una novela, una obra de teatro (Don Juan) y un ensayo (Le Mythe de Némesis), todos dedicados al amor.
En 1957 Camus recibió el Premio Nobel de Literatura. Con parte del dinero compró una casa pequeña en Loumarin, al sur de Francia, donde pasaba mucho de su tiempo escribiendo en una atmósfera más agradable y pacífica que la de París. El 4 de enero de 1960, regresando de París con un amigo, Camus murió en un accidente automovilístico.
Alberto Rodríguez Barrera
chinorodriguez@cantv.net
Notas:
Fuente:
http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/6957401.asp

Albert Camus, perfil del hombre
Autor: Alberto Rodríguez Barrera
Fecha de publicación: Octubre 10, 2006 por Revista Per Se

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Biografia de Albert Camús

"Fue en España donde los hombres aprendieron que es posible tener razón y aun así sufrir la derrota. Que la fuerza puede vencer al espíritu y que hay momentos en que el coraje no tiene recompensa. Esto es sin duda lo que explica por qué tantos hombres en el mundo consideran el drama español como su drama personal."

Novelista, dramaturgo y ensayista francés, es considerado uno de los escritores más importantes posteriores a 1945.
Está considerado el representante del existencialismo «ateo». Nació en Mondovi (actualmente Drean, Argelia), el 7 de noviembre de 1913. Hijo de colonos, queda huérfano de padre antes de cumplir los 3 años. Toda su niñez la pasó en uno de los barrios más pobres de Argel y por supuesto con ausencia absoluta de libros y revistas. Gracias a una beca que recibían los hijos de las víctimas de la guerra, pudo comenzar a estudiar y a tener los primeros contactos con los libros. En medio de dificultades económicas cursó su primaria y culminó el bachillerato.
Estudió filosofía y letras y fue rechazado como profesor a causa de su avanzada tuberculosis, por lo que se dedicó al periodismo como corresponsal del Alter Republicain. En 1939 se presentó al ejército como voluntario, pero no le aceptaron por su delicada salud. En ese mismo año publicó Bodas, un conjunto de artículos que incluían reflexiones inspiradas por sus lecturas y viajes. Al año siguiente contrae segundas nupcias, se instala en París y es corresponsal de París-Soir. Durante la Segunda Guerra Mundial fue miembro activo de la Resistencia francesa dentro del grupo Combat, que publica en la clandestinidad un periódico homónimo.
Tras la liberación de París se mantiene en él como redactor en jefe. Antes de finalizar la contienda, publica la novela El extranjero (1942), ambientada en Argelia, como la mayoría de sus narraciones siguientes. Esta obra y el ensayo en el que se basa, El mito de Sísifo(1942), revelan la influencia del existencialismo en su pensamiento, así como las obras de teatro El malentendido (1942) y Calígula (1944). Con la novela La peste (1947) logra el Premio de la Crítica. Aunque en esta novela todavía se interesa por el absurdo fundamental de la existencia, reconoce el valor de los seres humanos ante los desastres y su pensamiento evoluciona hacia un sentido más solidario ante el sufrimiento humano y la rebelión contra la injusticia. Actitud que quedará plasmada en Los Justos (1949) y en el ensayo El hombre rebelde (1951). Este último es sin duda su libro más polémico y complejo, a tal punto que provocaría la ruptura con Sartre. En él se pregunta por qué los ideales se pervierten, por qué cuando vence la rebeldía se transforma en opresión. Confiará en la rebelión pero individua, el hombre rebelde hará de su rebelión un deber de conciencia, donde de lo absurdo se sale con un desplazamiento hacia la vida de los otros.
Camus deja otras obras como las novelas El revés y el derecho (1937), Cartas a un amigo alemán (1948); La caída (1956), inspirada en un ensayo precedente; la obra de teatro Estado de sitio (1948); y un conjunto de relatos, El exilio y el reino (1957) y Los poseídos (1959).
Colecciones de sus trabajos periodísticos aparecieron con el título de Actuelles (3 vols., 1950, 1953 y 1958) y El verano (1954). Una muerte feliz (1971), aunque publicada póstumamente, de hecho es su primera novela. En 1994, se publicó la novela incompleta en la que trabajaba cuando murió, El primer hombre, una autobiografía novelada. Sus Cuadernos, que cubren los años 1935 a 1951, también se publicaron póstumamente en dos volúmenes (1962 y 1964).
Su obra, caracterizada por un estilo vigoroso y conciso, refleja una sociedad abocada al nihilismo, tras la destrucción de sus valores y la sensación de alienación y desencanto junto a la afirmación de las cualidades positivas de la dignidad y la fraternidad humana.
En 1957 recibió el Premio Nobel de Literatura y tres años después murió en un accidente automovilístico en Villeblerin (Francia) el 4 de enero de 1960.

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