Responsabilidad democrática
Racionalidad democrática
Madurez democrática
Siempre hay una razón. Incluso en las mejores condiciones siempre hay motivos para poder esperar algo más del futuro. Siempre hay algo por lo que te obligan a callar y si esto es así, qué podemos esperar entonces de esos momentos en los que sin pintar necesariamente bastos hay algún que otro nubarrón en el horizonte.
Me duele la autocastración, el silencio impuesto aunque quien lo imponga sea la propia conciencia, inducida o no. Me duele cuando alguien desde arriba, da lo mismo si este se encuentra en Madrid o en cualquier otro centro geográfico, dicta lo que hay que hacer, y pide a los demás, que hagan esto o lo otro en virtud de algo tan etéreo como la llamada Responsabilidad Democrática.
En un tiempo se tuvo la desfachatez de manchar el término democrático con un concepto y una práctica política en virtud de la cual se anulaba la libre expresión fuera del período de construcción (?) y se supeditaba todo, al designio de los líderes. Centralismo Democrático ese fue el nuevo invento.
El centralismo democrático era, desconozco la situación actual, una práctica cotidiana en los partidos comunistas. No pocas voces en el seno del PCE atribuyen la pérdida de poder electoral y militante de ese partido al abandono de esa práctica y piden una mas que necesaria vuelta a la disciplina en los frentes de masas y la derogación del método “un hombre un voto”.
La argumentación clásica hacía referencia a que la burguesía y el estado tenía tal fuerza que solo un ejército disciplinado de militantes unidos férreamente podría hacerles frente con éxito. Cualquier reivindicación sobre la libre expresión era tildada de autonomista, aventurera y oportunista.
Cuando hay que conquistar el poder, dicen, es preciso cerrar filas y respaldar de modo unánime lo que y a quien la dirección postula. Esta misma fórmula sirve también cuando existen riesgos evidentes de perder el poder. A este saber calibrar por parte de los militantes lo que es oportuno y necesario en cada momento, se le suele dar el nombre de Racionalidad Democrática. El militante consciente es el que está dispuesto y firme en la renuncia a las ideas propias que se han de supeditar siempre a lo en cada momento se decide en instancias que ni siquiera pertenecen a los órganos colegiados de la dirección de un determinado ámbito geográfico. Es el silencio y el aplauso a lo que otros previamente deciden, lo que en el argot se conoce como Racionalidad Democrática.
Siempre hay una ocasión, una razón y una necesidad histórica para reivindicar todo el apoyo de modo acrítico e incluso entusiasta a políticas y personas. Eso es también una constante histórica, lo que pasa es que habría que tomar la historia aquí como una cadena ininterrumpida de sucesivos momentos. Es decir, siempre y en cualquier circunstancia se reclama el momento histórico por parte del poder, siempre vivimos en un momento histórico.
Madurez Democrática sería la resultante de las dos anteriores. O lo que es lo mismo trasladar la clásica actitud de los tres monos; No oír, no hablar y no ver lo que ocurre fuera de la organización. Eso es lo que se pide a un militante de un partido en su relación con la actualidad, la sociedad, sus demandas y lo que le dicta su propia conciencia. Se pide al militante ser un hooligan, un ciego partidario de su partido/equipo.
Esto no siempre ha sido así, la democracia en los partidos, hablo en especial del PSOE el partido que conozco, viene sufriendo una suerte de involución y eso es lo menos que podría esperarse treinta y cuatro años después de la legalización de los partidos políticos en España. A más democracia, a mayores cotas en la ampliación de las libertades de la ciudadanía, menor desarrollo democrático en el interior de los partidos políticos.
Muchos de los errores en la acción de gobierno deben de ser atribuidas a esa incapacidad de revisar orientaciones políticas en el seno de las formaciones y el autismo creciente forzado por esa bolsa amniótica en la que residen los políticos, bolsa en la que solo perciben el latido de los que en ella viven.
Madurez Democrática es asumir ese comportamiento. Hay en el poder - de los partidos - una actitud enfermiza, patológica que les lleva a entender la democracia como un obstáculo y no precisamente lo contrario, el que es una virtud. No siempre fue así.
Se impuso a Trinidad Jiménez en contra de lo que querían las bases y la dirección local, como la única solución para recuperar la alcaldía de Madrid, se impuso a Miguel Sebastián para lo mismo y ahora hay todo un Secretario General de Madrid que renuncia a poner en marcha lo que sería lógico, porque desde La Moncloa no se ha decidido aún quien debe de ser el candidato. Se señaló a los socialistas de Castilla y León quien habría de ser su Secretario General y la organización en su conjunto, en virtud del centralismo democrático, por responsabilidad democrática, por racionalidad democrática y por madurez democrática al final, digo al final, lo acepto. Ahora, nuevamente, en otro ámbito y a la espera de tiempos mejores, con confianza ciega en el que antes era denostado, todos los afiliados representados otorgan una carta blanca para que decida, en la soledad de su inmenso poder, cuál y quiénes han de salvar el reto del ascenso imparable de la derecha en Andalucía.
Cuando la reflexión, el consejo y la decisión reside en una misma persona y eso es lo que ocurre, no nos engañemos con la existencia de consejeros porque los consejeros con este tipo de personas solo emiten lo que esa persona quiere oír, eso acaba por resultar la expresión de una enfermedad. Ese es el mal que nos aqueja, ese es el problema al que hay que hacer frente y ese problema antecede y marca cualquier solución que se quiera aplicar a las inquietudes de los ciudadanos.
Racionalidad democrática
Madurez democrática
Siempre hay una razón. Incluso en las mejores condiciones siempre hay motivos para poder esperar algo más del futuro. Siempre hay algo por lo que te obligan a callar y si esto es así, qué podemos esperar entonces de esos momentos en los que sin pintar necesariamente bastos hay algún que otro nubarrón en el horizonte.
Me duele la autocastración, el silencio impuesto aunque quien lo imponga sea la propia conciencia, inducida o no. Me duele cuando alguien desde arriba, da lo mismo si este se encuentra en Madrid o en cualquier otro centro geográfico, dicta lo que hay que hacer, y pide a los demás, que hagan esto o lo otro en virtud de algo tan etéreo como la llamada Responsabilidad Democrática.
En un tiempo se tuvo la desfachatez de manchar el término democrático con un concepto y una práctica política en virtud de la cual se anulaba la libre expresión fuera del período de construcción (?) y se supeditaba todo, al designio de los líderes. Centralismo Democrático ese fue el nuevo invento.
El centralismo democrático era, desconozco la situación actual, una práctica cotidiana en los partidos comunistas. No pocas voces en el seno del PCE atribuyen la pérdida de poder electoral y militante de ese partido al abandono de esa práctica y piden una mas que necesaria vuelta a la disciplina en los frentes de masas y la derogación del método “un hombre un voto”.
La argumentación clásica hacía referencia a que la burguesía y el estado tenía tal fuerza que solo un ejército disciplinado de militantes unidos férreamente podría hacerles frente con éxito. Cualquier reivindicación sobre la libre expresión era tildada de autonomista, aventurera y oportunista.
Cuando hay que conquistar el poder, dicen, es preciso cerrar filas y respaldar de modo unánime lo que y a quien la dirección postula. Esta misma fórmula sirve también cuando existen riesgos evidentes de perder el poder. A este saber calibrar por parte de los militantes lo que es oportuno y necesario en cada momento, se le suele dar el nombre de Racionalidad Democrática. El militante consciente es el que está dispuesto y firme en la renuncia a las ideas propias que se han de supeditar siempre a lo en cada momento se decide en instancias que ni siquiera pertenecen a los órganos colegiados de la dirección de un determinado ámbito geográfico. Es el silencio y el aplauso a lo que otros previamente deciden, lo que en el argot se conoce como Racionalidad Democrática.
Siempre hay una ocasión, una razón y una necesidad histórica para reivindicar todo el apoyo de modo acrítico e incluso entusiasta a políticas y personas. Eso es también una constante histórica, lo que pasa es que habría que tomar la historia aquí como una cadena ininterrumpida de sucesivos momentos. Es decir, siempre y en cualquier circunstancia se reclama el momento histórico por parte del poder, siempre vivimos en un momento histórico.
Madurez Democrática sería la resultante de las dos anteriores. O lo que es lo mismo trasladar la clásica actitud de los tres monos; No oír, no hablar y no ver lo que ocurre fuera de la organización. Eso es lo que se pide a un militante de un partido en su relación con la actualidad, la sociedad, sus demandas y lo que le dicta su propia conciencia. Se pide al militante ser un hooligan, un ciego partidario de su partido/equipo.
Esto no siempre ha sido así, la democracia en los partidos, hablo en especial del PSOE el partido que conozco, viene sufriendo una suerte de involución y eso es lo menos que podría esperarse treinta y cuatro años después de la legalización de los partidos políticos en España. A más democracia, a mayores cotas en la ampliación de las libertades de la ciudadanía, menor desarrollo democrático en el interior de los partidos políticos.
Muchos de los errores en la acción de gobierno deben de ser atribuidas a esa incapacidad de revisar orientaciones políticas en el seno de las formaciones y el autismo creciente forzado por esa bolsa amniótica en la que residen los políticos, bolsa en la que solo perciben el latido de los que en ella viven.
Madurez Democrática es asumir ese comportamiento. Hay en el poder - de los partidos - una actitud enfermiza, patológica que les lleva a entender la democracia como un obstáculo y no precisamente lo contrario, el que es una virtud. No siempre fue así.
Se impuso a Trinidad Jiménez en contra de lo que querían las bases y la dirección local, como la única solución para recuperar la alcaldía de Madrid, se impuso a Miguel Sebastián para lo mismo y ahora hay todo un Secretario General de Madrid que renuncia a poner en marcha lo que sería lógico, porque desde La Moncloa no se ha decidido aún quien debe de ser el candidato. Se señaló a los socialistas de Castilla y León quien habría de ser su Secretario General y la organización en su conjunto, en virtud del centralismo democrático, por responsabilidad democrática, por racionalidad democrática y por madurez democrática al final, digo al final, lo acepto. Ahora, nuevamente, en otro ámbito y a la espera de tiempos mejores, con confianza ciega en el que antes era denostado, todos los afiliados representados otorgan una carta blanca para que decida, en la soledad de su inmenso poder, cuál y quiénes han de salvar el reto del ascenso imparable de la derecha en Andalucía.
Cuando la reflexión, el consejo y la decisión reside en una misma persona y eso es lo que ocurre, no nos engañemos con la existencia de consejeros porque los consejeros con este tipo de personas solo emiten lo que esa persona quiere oír, eso acaba por resultar la expresión de una enfermedad. Ese es el mal que nos aqueja, ese es el problema al que hay que hacer frente y ese problema antecede y marca cualquier solución que se quiera aplicar a las inquietudes de los ciudadanos.
Creo que habría que distinguir entre convecciones ideologicas, responsabilidades políticas y madurez democrática.la madurez democrática incluye ambos conceptos en todos los ámbitos tanto intra-institucionales como extra-istitucionales. Lo más importante es ser un militante convencido de su ideología y libre para defenderla pase lo que pase. Otra cosa es el servilismo y el silencio dentro de las formaciones políticas que la conviertan en instrumentos para intereses personales. Tanto la responsabilidad democrática como el centralismo son excusas de los que quieren oprimir como de los que se sienten oprimidos.
ResponderEliminarMe gusta tu blog y este artículo es excelente. Solo tengo un pero y no es por este post, que seguro lo leeré más lentamente y responderé a algo que creo que tendríamos que matizar, si quieres entre ambos. Mi "pero" es el diseño del blog.
ResponderEliminarYo te leo, pero te leo desde el lector de Feeds, porque se me hace imposible leerte desde la web, el blanco sobre negro quema.
Un saludo ;)
Samir quiero referirme a la tergiversación y la utilización bastarda que suele hacerse de los conceptos.
ResponderEliminarResponsabilidad democrática es igual "No muevas las cosas, no es hora de plantear lo que pide ten responasbilidad en este momento tan delicado"
Racionalidad democrática es igual a tragar ruedas de molino, propuestas claramente de derechas, tratar de defender como buenas auténticas agresiones a los trabajadores etc.
Madurez democrática es no mover asientos, no pedir asunción de responsabilidades en caso de profundos errores porque el no es tiempo, porque hay que sumar, porque hay que permanecer unidos ante la agresión exterior.
He tomado conceptos, salvo el de centralismo democrático, que son utilizados de modo bastardo en seno de bueno... ya sabes, auqnue sería extensible supongo a otros partidos.
saludos,
Gracias Reven por lo que me toca en cuanto a los contenidos del blog.
ResponderEliminarLo del diseño obedece a un planteamiento previo que tenía un cierto sentido. No eres el único que me ha expresado las dificultades paar leer un blog con este diseño y estos colores.
Te parecerá una gilipollez pero este blog nació con la finalidad de ser un depósito de impresiones con pocos destinatarios; algunos compañeros del sindicato, nada más y para emplear el tiempo de un jubilado en algo.
El color negro obedece a una disposición lo mismo que Jhonny Cash, mi posición ideologia está a medio camino entre lo negro y lo rojo o los dos al mismo tiempo y es por eso el negro.
Como te dije, una auténtica gilipollez, ahora me cuesta cambiar y el tener acceso a mas gente si cambio de color pues como que me cuesta, ya ves,
saludos
Hola amigo Miguel:
ResponderEliminarMe encanta la coincidencia de criterios que tengo contigo, esto es algo que, además, se está generalizando; cada día somos más las personas que pensamos de idéntica manera y lo hacemos orientados por nuestras propias cabezas, aquí no hay ninguna disciplina que nos obligue.
Tienes toda la razón en lo que planteas, los partidos políticos, incluidos los de izquierda (esa es la pena) son organizaciones de hooligan; pero lo curioso es que a la larga esos señores con todo el poder omnimodo no hacen otra cosa que encargar encuestas y ver qué es lo que deseamos los ciudadanos. Esto, al final, va a ser una democracia teledirigida; pero teledirigida por los ciudadanos que osamos pensar y tener opinión.
En mi bitácora, en el último post, hablo del voto dialéctico. Tu aportación al mismo es muy interesante. Resulta que esos jefes que dominan de una forma absoluta los partidos están pendientes, cada día más, de ese 10% o 15% del electorado que decide quién gobernará en un país, en una comunidad autónoma o en un ayuntamiento.
Los votos incondicionales que manejan no les son ya suficientes, ahora requieren del apoyo de aquellos que nos da por pensar y saben que ese respaldo sólo se consigue haciendo las cosas como se deben de hacer.
Al final nuestros políticos y responsables institucionales, por salvar el sillón, terminarán siendo una especie de simples administradores de fincas urbanas.
Ya se han dado cuenta que con algunos no les vale eso de vendernos a precio de saldo a la patronal con reformas laborales o incrementos de la edad de jubiliación para luego colocarse en algunas de sus empresas como consejeros bien remunerados.
Ahora si quieren el sillón ha de justificar su percepción. De no ser así los dejamos caer electoralmente y listo. Parece que esto ya lo han aprendido.
Recibe un muy fuerte abrazote amigo.
No resulta fácil opinar, llevo tantos años escuchando esas cosas. Pero yo la frase que mas odio es “los trapos sucios se lavan en casa”. Contiene el consentimiento de cosas mal hechas y que el denunciarla es de ser desleal.
ResponderEliminarHay otra que me revuelve también, pero en segundo lugar. ¿Ahora vamos a recurrir a los estatutos? Es como un insulto el recurrir a ellos, el exigir que se cumpla lo que acordamos en los congresos.
Luego otro recuerdo terrible, es el frío que se siente, cuando el Jefe, Guru, Dios, te sacude una repasata en publico, por haber tenido la osadía de exigir respeto democrático a tus pretensiones.
Todo esto es la subversión del sistema democrático en los entes encargados de defender nuestros derechos.
Los partidos, las instituciones, los sindicatos, se han convertidos fines en si mismo.
Como ejemplo, las federaciones sindicales, están siendo dirigidas, por los empleados del sindicato, no por trabajadores liberados, para dedicarse a la actividad sindical, no, son los asalariados de las sedes, que han decidido hacer la devolución de proletariado y apropiarse de los medios de producción.
JODER QUE LOS BOLCHEVIQUES ESTAN TOMANDO EL PODER.
Abrazos
Miguel, todo tu artículo es una excelente reflesión que ya leí ayer noche y que he vuelto a leer a esta hora tempranera. De todo lo que dices y cuya reflexión comparto, me quedo con tu definición de "madurez democrática" y de como señalas lo que está ocurriendo en los partidos políticos que les lleva a entender esa virtud como un obstáculo para ejercer el poder. Cada vez el pensamiento único se extiende más y más, por cierto en todas partes, pero muy especialmente en los partidos políticos. Resultado: una preocupante, muy preocupante, desafección de los ciudadanos antes sus representantes.
ResponderEliminarUn beso
Recuerdo perfectamente ciertos comentarios sobre la imposición tanto de Trinidad Jiménez como de Miguel Sebastian. Esos comentarios hablaban, en el primer caso, de pago de favores - la trayectoria de Trinidad Jiménez es muy clara. No deja de ser clarificador que una licenciada en derecho y relaciones internacionales, especializada en latinoamérica esté al frente del Ministerio de Sanidad, ¿Tiene alguna otra lógica que el pago de favores?-, y en el segundo caso de personaje respaldado por empresas y entidades bancarias muy definidas - sólo hay que ver la trayectoria del Ministerio de Industria y el chiringuito que se han montado para saber cuales son esas empresas y esas entidades bancarias. Miguel Sebastian ha conseguido, aparte de montar el chiringuito, hacerse con la dirección de facto del Ministerio de cultura y de educación en sus áreas técnológicas. Es demostrable e impepinable-.
ResponderEliminarTanto en el primero como en el segundo caso, dejando aparte los comentarios por lo bajini, nadie dijo la más mínima por centralismo democrático, por responsabilidad democrática, por racionalidad democrática y por madurez democrática... aunque yo cambiaría en todos estos términos lo de democrática por política, creo que aclara más los conceptos de los que hablamos. Es más, si la dirección del PSM hubiera querido nadie les habría impuesto nada de nada... pero ya se sabe, esto es una maquinaria que poco o nada tiene que ver con ideales o con el sentir de la militancia.
Recuerdo que, cuando el PSOE cambió lo del NO a la OTAN por el SÍ, en juventudes socialistas, ya sabe, es que los jóvenes son la hostia, se llegó a hablar incluso de escisión de JS del PSOE - lo que son las cosas, había quien ponía como ejemplo al PNV-. En una asamblea nacional se dejó claro que JS estaba en contra del SÍ, pero, aún así, y en contra de la decisión cuasi unánime de la asamblea, la dirección de JS sacó un tríptico en el que se podía leer que JS apoyaba el SÍ. Más tarde se nos decía a los afiliados que se había hecho por una cuestión de centralismo democrático, responsabilidad democrática, racionalidad democrática y madurez democrática... o lo que es lo mismo, por imposición de la dirección del partido.
¿Sabe usted dónde están aquellos que sacaron el tríptico de marras, yendo en contra de la decisión democrática tomada en la asamblea, y dónde están los que, a grito pelado, dijeron a los cuatro vientos que JS quería el NO y sacaron panfletos y fancines paralelos? Pues no creo que tenga usted que echarle mucha imaginación.
Estamos en una encrucijada. Por un lado nos encontramos con que somos militantes de un partido político que amamos y al que hemos dedicado mucho de nuestro tiempo y esfuerzo, creyendo en unos ideales que, con el paso del tiempo, hemos pulido a base de pragmatismo, realismo, vaivenes... pero por otro lado tenemos claro que un partido político - no sólo este en el que militamos, todos- es una maquinaria engrasada que se mueve de muy diferente manera a como se mueve, piensa y siente la militancia, la de verdad, no la que se arrima cuando toca, sino la que está para las duras y las maduras. Y, en medio de esta encrucijada, la militancia se encuentra con que, cuando no está de acuerdo en algo, y esta crisis ha demostrado que no estamos de acuerdo en muchas cosas porque sabemos, tenemos claro, es demostrable que no funcionan y que sólo favorecen a unos cuantos que, desde luego, no son los que peor lo están pasando, se nos replica con lo del centralismo democrático, la responsabilidad democrática, racionalidad democrática y madurez democrática, que, como dije antes, hay que cambiar lo de democrático por político para hacer plausible y entendible la réplica que nos dan.
[suma y sigue...]
[...]
ResponderEliminarYo creo que a estas alturas de la película sabemos, tenemos claro que la solución a esto, la solución a la inmensa mayoría de los problemas que nos afectan como ciudadanos, la solución a las aspiraciones que tenemos para esta sociedad en la que vivimos, española y europea, no está en esa maquinaria engrasada, porque aquello que hace la maquinaria no es reflejo de aquello que quiere la ciudadanía y, ni mucho menos, la militancia.
El PSOE va a perder las próximas autonómicas y generales en la inmensa mayoría de la geografía española. Maldita la pena, se lo han buscado a pulso. Lo que tenemos que tener claro es que esas elecciones no las va a perder el socialismo ni la socialdemocracia, las va a perder el PSOE, que ha dejado de ser un partido de izquierdas para ser otra cosa. Sé, entiendo, leyendo su post, que aboga por que se permita y se haga caso de la crítica interna y pública, y que no se estigmatice a quien la haga, porque la crítica, se supone, enriquece la discusión y el discurso, pone puntos en común y hace aflorar soluciones... tiene usted razón, pero puñetero el caso que van a hacer, porque la maquinaria jamás ha hecho caso de dicha crítica y menos cuando es pública. Cuando ha discutido ha sido desde el pragmatismo de posturas no ideológicas sino organizativas de cara a defender cosas ajenas a la militancia o a la ciudadanía, es decir, aquí no hablamos de aspiraciones por parte de una organización política a defender los derechos y el sentir de los ciudadanos, hablamos de sobrevivir como organización política desde el punto de vista económico. Seamos claros. Si hasta el momento hemos visto cosas asombrosas - subida del IVA, reparto de subvenciones a tutiplen entre empresas y macroempresas, restricción de derechos ciudadanos favoreciendo a grupos económicos minoritarios pero bien definidos, etc, etc-, en estos dos años que quedan se nos va a revolver el estómago... puedo incluso adelantarle alguna cosa, si quiere.
Ya no es que la ciudadanía se sienta desafectada ante sus representantes, es que no son sus representantes, porque ni aspiran ni quieren representarlos.
No es un problema sólo de España, o de Europa en su conjunto, los partidos políticos no son la solución. La solución tiene que partir de esa propia ciudadanía, con independencia de su filiación ideológica y a través de los instrumentos democráticos que tiene a su disposición. Porque, seamos claros Don Miguel, esto es una Democracia, pero un partido político no es el único instrumento democrático a disposición de la ciudadanía. Es sólo que el ciudadano se da cuenta de que los partidos políticos no le representan, pero no se da cuenta de que no los necesita para ejercer sus responsabilidades democráticas y ejercer sus derechos.
De ahí que cada vez que usted, o yo, o quien sea habla de Democracia participativa vs. Democracia representativa a la gente de organización le sale las culebras por la boca... aunque más bien se cagan de miedo.
Es cuestión de tiempo.
Ôo-~
Javier, si es que no se inventa nada. El ejercicio de pensar libremente, una mínima formación, tampoco hace falta mucha, y un no temer, por que nada se tiene y nada se espera, amén de la coherencia personal da por resultado un pensamiento que es un común denominador. En esa tesitura estamos muchos, aunque intentos de desprestigio al uso no faltan y aunque el coro de hooligans grita y grita o inunda con soflamas cualquier ámbito en el que nos movemos, en realidad esta en su papel y hay que respetarlo porque es lo que creen o lo que mas conviene a sus propios intereses que de todo hay.
ResponderEliminarUna divergencia con lo que expresas: No me consta que hayan aprendido lo de la franja del electorado consciente que en parte se encuentra instalado en el propio partido, se han dado cuenta, algunos, que ahí existe una vía de agua. Aprender y asumir ese hecho implicaría una determinada voluntad de solucionar ese problema. Hoy por hoy detecto una mayor intensidad en la red de actuaciones para tratar de coparla mediante mensajes positivos, eso al fin y al cabo, tambien pertenece a la libre expresión pero si con ello se quiere contrarestar el mensaje crítico no creo que se logre.
saludos,
Feluky, a esto lo llamo yo el mal de nuestro tiempo. Es cierto lo que dices de la apropiación por parte de funcionarios y liberados de organización de los puestos de dirección. En la última Comisión Ejecutiva de la que forme parte cinco de los nueve miembros eran "trabajadores de la casa".
ResponderEliminarEl problema para mí surge de la falta de formación y del sentido de lo que es una organización democrática.
Convendrás conmigo que si echas una vista al sindicato y algunas ejecutivas te haces cruces sobre la cualificación ( no me refiero a la académica) y la capacaidad política.
Yo veo el asunto así, algunos listos están procediendo a reconvertir el partido y el sindicato dando entrada a gente cuyo único valor es la obediencia ciega, nada sabe de política, su sentimiento de clase¿ cabe hablar de esto a estas alturas? es inexistente y así va todo.
Algunos compañeros considera que la vieja guardia "instalada" es un obstáculo para abrir el partido, puede que en algunos casos así sea pero no solo debería de atender eso, hay que fijarse en la nueva guardia que entra, que no toda es jóven, sus aspiraciones, sus sentimientos y su modo de entender la democracia y el sentimiento partidario.
Saludos,
Cármen, muy agradecido por tu manifestaciones. Como ves este blog es lo que en el argot se puede denominar como "peñazo". Se emplean paquetes de información por uno y otro lado, no funciona el telégrafo.
ResponderEliminarLo bueno de esta situación que estamos viviendo es que el mensaje único, la lectura única, el tipo en el atril dando sus razones, se viene sustituyendo por muchos/as que se suben al atril y dan sus razones, con mayor o menor fortuna, En realidad tengo una cierta preocupación por esta libertad en la red que estamos disfrutando es una bomba de relojería para cualquier poder. Ya no hace falta tener una imprenta , publicar panfletos, repartirlos en la boca del metro o buzonear. El que tiene algo que decir, lo dice y sus receptores lo serán pocos o muchos en función de la calidad de su mensaje. Se ha roto un monopolio en la expresión política, la próxima batalla es que la expresión sea util, modificando la acción política de nuestros representantes o llevando a la sociedad civil a iniciativas políticas que serán, salvo pérdidas importantes, llevadas a cabo por nuestros representantes de la izquierda.
Gracias por tu visita saludos,
Don Santiago,
ResponderEliminarQueda entendido que cuando a todos esos nombres le pongo el adjetivo democrático o democrática lo pongo en la boca de los que lo utilizan, porque así se expresan no porque yo considere que el adjetivo es el adecuado. Lo más adecuado es el que usted utiliza (politico) y ni siquiera ese, porque esa palabra en su total dimensión tiene una grandeza aunque la práctica torticera se haya encargado de arrastrarla por el fango.
Cuando lo de la OTAN me cogió a mi de presidente del partido en mi provincia, recuerdo que me hicieron una entrevista en la prensa, de la que guardo aún el recorte, sobre mi posición al respecto. Allí reivindique mi libertad y coherencia y dije que votaría no como así fue. La respuesta vino en Septiembre del 87 con ocasión de otra defensa de la expresión libre. La Agrupación provincial fue disuelta, muchos militantes, 600, expulsados, una nueva mayoría. A mi no me pudieron expulsar, era cargo público y debía de hacerlo la CEF y no lo hizo porque tenía una serie de argumentos en mi mano que lo hacía imposible, la expulsión, no se porque cuento esto pero ahí esta.
Estoy de acuerdo con usted en que los partidos políticos han entrado en una situación de descomposición al no cumplir adecuadamente con un aspecto esencial, reclamable por la ciudadanía y su militancia mas independiente y consciente. Esto puede seguir así y al final puede ocurrir que nos encontremos con jornadas electorales en la que uno u otro partido puede acceder a un gobierno en unas elecciones en la que el porcentaje de voto válido pueda a ser muy inferior al 50% del censo. A la derecha no le importa pero es un problema en los partidos de izquierda. Hay una dirección que mira hacia otro lado, lo de la bolsa amniótica que decía, y no se percata del peligro en el que se está embarcando. Quizá Bono sea el único que se esta dando cuenta de este problema aunque él al igual que otros la credibilidad que pueda ofrecer es mínima.
Estoy de acuerdo en que el partido es un fin en si mismo, asi tambien se ha definido en los comentarios de este post, con ello, se vuelve a la concepción previa de los partidos, ante de partidos había facciones, que se encargaban de defender intereses que coincidían la mayor parte de las veces con el propio de los representantes.
(...)
ResponderEliminarSartori en su estudio sobre los partidos políticos citaba a Michels y Ostrogorski en sus estudios sobre lso partidos en fechas previas a la I Guerra Mundial; "... pese a importantes diferencias, a ambos les preocupaba, y también les desalentaba el carácter antidemocrático y oligárquico de los partidos, y no como intervenían los partidos - como subsistema - en la teoría y práctica de la democracia. Su problema era la democracia fuera o dentro de los partidos.." Como se ve el problema viene de lejos.
Estoy plenamente de acuerdo con usted en este paraje:
"No es un problema sólo de España, o de Europa en su conjunto, los partidos políticos no son la solución. La solución tiene que partir de esa propia ciudadanía, con independencia de su filiación ideológica y a través de los instrumentos democráticos que tiene a su disposición. Porque, seamos claros Don Miguel, esto es una Democracia, pero un partido político no es el único instrumento democrático a disposición de la ciudadanía. Es sólo que el ciudadano se da cuenta de que los partidos políticos no le representan, pero no se da cuenta de que no los necesita para ejercer sus responsabilidades democráticas y ejercer sus derechos"
de ahí que reivindique, siguiendo en parte una opinión que se viene abriendo paso la articulación de plataformas, asociaciones y colectivos de defensa y propuesta de iniciativas paar elevar a nuestros "no-representantes" para que solucionen la papeleta. En el blog de Javier Caso comenté que hay una franja, consciente e independiente en el colectivo del voto PSOE entre el 5% y 10% (él lo eleva al 15%) que no es un voto cautivo, es un voto instrumental, "me vales te voto, no me vales, no te voto, me quedo en casa, voto en blanco o voto a otro que sin ser PP crea yo que puede servir para algo"
La red nos está permitiendo la libre expresión, nos permite la coincidencia de análisis, en mayor o menor grado, y debe de permitir la conjunción de iniciativas, en una primera instancia, que trasladar a quienes gobiernan en nuestro nombre. Su cumplimiento o no determinará las respuestas y su intensidad o debería de permitirla.
Saludos y muchas gracias por su intervención.