domingo, 7 de noviembre de 2010

Jaume Sisa; Qualsevol nit pot sortir el sol. Vídeo del domingo.




Cuando en 1966, Cabriada, Barbero, Caballero y yo llegamos a Barcelona, era principios de Otoño. Acabábamos de salir de la escuela de la Telefónica en Bilbao. Para unos chicos provincianos, que me perdonen los de Bilbao, pero en aquella época, y comparados con Barcelona, había bastante disparidad en cuanto a las costumbres y la capacidad de abrirse a los nuevos aires que llegaban de Europa entre las dos ciudades, y ese bajarnos del tren supuso ya de por sí, la apertura de todo un mundo. Un año después, con la vuelta a Bilbao, era otro Miguel el que llegaba a la casa de sus padres.

Fui destinado a la central telefónica de Gracia en la calle, creo recordar, Rosellón. A los pocos días de estar allí se incendió la central telefónica de Travesera de Gracia y fui trasladado, como otros muchos, a esa central.

El edificio estaba cerca del mítico San Carlos, templo de la música pop por aquel entonces. Allí, en aquel antro de la modernidad tocaban, entre otros, Los Sirex, Lone Star, Los Salvajes y Los Mustang. Las visitas al San Carlos repleto la mayoría de las veces de niños y niñas bien de la sociedad catalana las alternábamos con otras a la UGA (Unión Graciense de Ajedrez). Esta asociación disponía de un amplio salón que destinaba los fines de semana a discoteca. Fue el año en el que los cuatros cumplíamos los dieciocho.

Frente a la central de Travesera había una tienda de discos en la que un día compré un pequeño disco de Joan Manuel Serrat. Creo recordar que en la carátula aparecía un chico delgado, bien parecido, moreno, con un jersey cerrado oscuro y un flequillo que le caía por la frente. A su lado, tenía una guitarra. El disco se llamaba Ara que tinc vint anys. Mas tarde compré otros, suyos y de aquel grupo que se llamo Els Setze Jutges. De él formaron parte también Pi de la Serra, Guillermina Motta, Raimon, Maria del Mar Bonet, Lluis Llacs y Serrat. Había más pero no eran tan conocidos.

Esa música, siempre en catalán, era deudora en muchos aspectos de la Canción Francesa. En Cataluña y en toda España tomó el nombre de Nova Canço. Como uno es un sentimental y añora algunas cosas del pasado, en cuanto vuelvo a escuchar ese tonillo y la lengua, aunque sea con alguna canción muy posterior, siento como afloran los recuerdos de esa época.

Con esta ocasión aún más, por que en este año se cumplen los cien años de la creación de la Editorial Bruguera de Barcelona. De niños devorábamos sus tebeos. Mis hijos mayores, los que muy pronto, para primeros del año que viene me harán abuelo, consumían algo parecido a los tebeos que llamaban cómics. Los de hoy día, como el menor mío, son consumidores de los audiovisuales en gran medida.

Jaume Sisa dedicó esta deliciosa canción, que pienso poner a mis nietos, a los héroes de nuestra infancia. Recuérdenlos y rindan al mismo tiempo, homenaje a los que tan buenos momentos nos dieron durante aquellos maravillosos años de la infancia.



3 comentarios:

  1. Miguel, muy evocador, muy sentimental, muy tierno y muy verídico.
    Por aquellos años yo también trabajaba en las centrales telefónicas de la CTNE, pero no en las de Barcelona. Estuve por las de Madrid, Salamanca y Andalucía.
    En la central telefónica de la Salamanca en donde ahora vives, estuve por el año 1965.

    Un abrazo de excolegas (yo era de Instalaciones de Standard)

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  2. Jesús yo llegue a Salamanca, procedente de Algorta en 1981. Fuí mecánico y posteriormente deje la planta para trabajar en el área comercial. Recuerdo a los compañeros de Standard ampliando la planta o introduciendo los nuevos equipos y tecnologías.

    Lo de las telecomunicaciones, durante un cierto tiempo, generó empleo luego, ya se sabe lo que ha ocurrido al final.

    Saludos cólega.

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  3. Joder que mayores que estamos y que buenas empresas que teníamos para trabajar, yo en Tabacalera.

    Cuidado que eran facha los TBO de Roberto Alcázar y Pedrin.

    Abrazos.

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