lunes, 6 de septiembre de 2010

José Blanco o la Ley del Embudo





Pepe Blanco es un gallego listo, con ello no quiero decir que el común de los gallegos no lo sean, muy al contrario. Tengo en gran estima a los naturales de Galicia, los considero trabajadores, leales, perseverantes y con una perspicacia natural de la que somos especialmente conscientes cuando entramos en la transacción con ellos. Como siempre, esa tendencia mía a generalizar y buscar arquetipos puede llegar a ser injusta. En esas ocasiones, como en otras, siempre salgo del brete por el mismo lado. Sin la intención de generalizar y tratando de corregirme, esa es una de las impresiones que sobre ellos tengo.

En El País de ayer coincidían, una entrevista, la publicación de una encuesta y el artículo de una afamada comentarista. La entrevista era con José Blanco, la encuesta correspondía al Barómetro Social de Septiembre de Metroscopia y el artículo de opinión era de Soledad Gallego Díaz sobre las primarias de Madrid. Tres piezas periodísticas íntimamente ligadas. Un hilo conductor recorre de modo ordenado desde la fotografía de una realidad con sus comentarios (la encuesta), una interpretación kafkiana de esa realidad (la entrevista al ministro), y culminar con una reflexión sobre los retos y las sombras del Partido Socialista en las seis próximas semanas (el análisis).

En la encuesta observamos como aumenta la distancia con el Partido Popular. Son nueve ya los puntos que separa al PSOE del PP. Dos tercios de los electores propios en cada partido rechaza el que los líderes actuales repitan, y el presidente del gobierno, desciende hasta los últimos puestos en la consideración de los ciudadanos. Zapatero no inspira confianza al 62% de sus antiguos votantes. Los titulares son elocuentes; El 76% de los ciudadanos no quieren que Zapatero y Rajoy vuelvan a ser candidatos. Mal de todos, consuelo de tontos. Eso podríamos decir si divertimos la caída del presidente con la poca aceptación de Rajoy. La encuesta, otra mas, refleja a las claras una realidad que debería de ser atendida, y mucho, en la iglesia de las encuestas, porque es innegable que en función de la credibilidad que se otorga en Ferraz y Moncloa a los estudios demoscópicos lo que machaconamente se viene reflejando debería ser algo muy parecido a las sagradas escrituras en esas casas.

Siguiendo el hilo y doblando la página del diario nos encontramos con una larguísima entrevista con José Blanco; Llamádme Pepe diría, al igual que el presidente andaluz. Alectoria1 comentarista ocasional de este blog reflejó un estado de ánimo en la entrada “De fresa y nata”. Lo conozco algo y sé que es alérgico a los partidos, no diré nada mas porque seguro que saldrá a contradecirme. En él decía que le provocó una enorme risa la intervención de la ministra en el vídeo pero luego, le pareció tenebroso, supongo que por su artificialidad y la mentira que destilaba. Ayer viendo las fotos de Pepe Blanco había algo inusual. Se veía a una persona segura, transmitía el “ordeno y mando” . No era el Blanco de siempre, de ojillos pequeños y sonrisa pícara. Era el Blanco cónsul. Ustedes sabrán que los cónsules en Roma eran los llamados, de modo habitual, a la sucesión del Cesar.

Fotos de un Blanco erguido, mayestático, con la cabeza hacia atrás y el mentón levemente adelantado. No me gustan esas fotos. No se si fue una idea del fotógrafo, del propio Blanco o de algún asesor. Recuerdo fotos de ese estilo en el pasado, las del mentón adelantado, y siento lo mismo, por otras causas, que Alectoria1 cuando vio el vídeo de la ministra. No quiero ir mas allá porque no quiero que se me malinterprete. En política el mentón adelantado de los líderes tienen un significado especial. Simplemente ha sido algo desafortunado, ahí lo dejo.

Por el contenido, mas de lo mismo. La ley del embudo como práctica del aparato. La ley del embudo como discurso del aparato. Las primarias son buenas en Madrid, son fatales en Andalucía. Trini, según las encuestas, para dentro de un año y cuando se ha trabajado a fondo para que Tomás no levante la cabeza en los medios durante todo el período anterior, es la mejor colocada, incluso está bien colocada cuando da una intención de voto inferior a Aguirre. Esa santa biblia de las encuestas no tiene valor, ley del embudo, cuando se aplica a Zapatero; Repetirá el presidente, repetirá por que es el mejor. Repetirá porque es joven y aún tiene un proyecto que desarrollar. Repetirá porque es un hecho providencial, esto lo digo yo, el que rija los destinos del PSOE y la nación.

Blanco, en este caso, pasa de encuestas. Pasa de que otros compañeros y compañeras del partido y del gobierno estén mejor colocados. Pasa del hecho, histórico, de que sea el presidente de la democracia que mayor rechazo haya cosechado; 76% del conjunto y 62% de los propios.

La rueca sigue girando y aquí, en ese girar y girar, no se dice la verdad. Verdad es que el PSOE ha dado definitivamente por perdida las próximas elecciones y solo esperan que ese 9% acabe siendo un 5% tan solo. Verdad es que hay que ganar tiempo para dejar atadas las cosas lo máximo posible. Verdad es que una vez que el barco ha perdido arboladura y su carena esta lastrada por cientos de parásitos solo aspira llegar al abrigo de la costa olvidando su singladura primera. Verdad es que hay mucho que hacerse perdonar… Ya no se juega al póker, se juega al tute. Desde el poder y desde sus aledaños. Desde los medias que apoyan una opción diferente a la Partido Popular se está preparando ya el postzapaterismo. La política española ha devenido en ser una enorme partida donde juegan grupos mediáticos apoyados y sostenidos por grupos de intereses. Y aquí, a la gente, se les emboba con el ganar a Aguirre. Controlada Galicia, Extremadura, Canarias, Murcia, Andalucía, Castilla y León y algunas más, queda por hacer lo mismo con Madrid. Esa es la batalla, no es electoral, es crudamente orgánica.

El lector de este blog sabe, porque lo he comentado en variadas ocasiones, que siempre he defendido que no se trata de ganar Madrid para la ciudadanía, se trata de ganar Madrid para los que han de suceder a Zapatero. Esa es la cuestión y para eso es preciso plantear en el próximo congreso la necesidad de que portavoz en la oposición (Trini) sea a la vez Secretaria General del PSM para mayor gloria del sucesor.

Doblamos el periódico y por fin accedemos al artículo de opinión de Soledad Díaz. Esta periodista es la primera que pone negro sobre blanco y un periódico que apuesta decididamente por el zapaterismo, su filosofía, para el día después de la partida del presidente. Es algo a lo que por una reflexión muy sencilla se llega. Lo sabe Trini, lo sabe Tomás, lo saben todos, todos menos una enorme, es un decir, legión de socialistas que se tragan milonga tras milonga. No es cuestión de programas es simplemente poder.

Es evidente, que sin ser militante en Madrid mi opción es la de Gómez. Es vital para el socialismo y para el PSOE el contraste de personas, pareceres y políticas en su interior. Es la única forma de evitar que lo que ha sido un partido acabe siendo un movimiento, un movimiento férreamente estructurado al servicio de intereses que no votan pero mandan.

7 comentarios:

  1. Barbilla hacia afuera cabeza levantada mirada fija, brazos cruzados,

    huy huy huy huy.

    menos mal que no tiene gorra de plato y camisa negra, que si no era pa salir corriendo

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  2. Bennito,

    Desde luego, creo que lo dejo absolutamente claro, que es una foto desafortunada. Una pose que estoy seguro, a estas alturas no deje contento a Blanco. Precisamente por lo que has dicho.

    No se que le pasa a los miembros de este gobierno o mejor dicho que les pasa a todos los políticos españoles antes con la mitad de asesores que ahora tienen no cometían errores de imágen de tanto bulto. De todos modos no deja de ser una anecdota que me ha interesado señalar para dejar constancia de lo mal que se hacen algunas cosas.

    saludos,

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  3. Estoy convencido que Tomás ganará las primarias en Madrid porque tiene el apoyo de los militantes. Y estoy convencido que si desde el aparato de Ferraz piensan en lo mejor para el PSOE y para España, Zapatero no debe ser de nuevo el candidato.

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  4. bueno a ver que pasa, todo son conjeturas y donde menos se espera, salta la liebre. Interesante entrada.

    saludos a todos.

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  5. Nicolás estoy de acuerdo contigo en lo segundo, en cuanto a lo primero no las tengo todas conmigo. La verdad es que, según el movimiento que estamos viendo en Madrid, y el entusiasmo de la militancia, los que estan a favor de Trini y los que lo hacen a favor de Tomás el argumento de las primarias es altamente movilizador. Es de lamentar de que eso no sea así en todos los sitios en los que hay más de un candidato.

    saludos,

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  6. Ana,

    Gracias por pasarte por este blog. Ciertamente son impresiones que se destilan de una serie de acontecimientos. El futuro nadie lo puede dar por seguro. No obstante es un análisis en los que vienen incidiendo ya mucha gente.

    saludos,

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  7. Nunca había visto el Ministro sin gafas. Le cambia mucho el rostro :-O

    Ahora que tengo el gusto de relacionarme con gallegos puedo decir mi impresión sobre el conocido cliché étnico. La mayoría de los que yo conozco sí tienen un aire característico de astucia y perseverancia. Luego, "cada uno es de su padre y de su madre" —como dicen los humoristas manchegos de "La hora chanante"—, pero puede que haya un trasfondo cultural en esto.

    Asombroso: dos tercios de los electores propios en cada partido rechaza el que los líderes actuales repitan.

    Veo que vd. también ha notado algo distinto en esa fotografía. De mi paso por un estudio fotográfico —yo estuve en administración— le diré que quizá el 1% de las fotos que vemos publicadas no están retocadas para embellecerlas.

    De todos modos, el Blanco astuto ya ha dejado salir otras veces, aunque sea fugazmente, a un Blanco algo autoritario. Recuerdo cuando se "ganaron" —creo que— las segundas elecciones del P.S.O.E. Zapatero. En el balcón, el candidato que al parecer reunía mayoría simple, el hoy Pte. del Gobierno. A su lado, el hoy Ministro. La multitud aclamando. Y Blanco, de repente impaciente —y no había pasado tanto tiempo— dice por el micrófono a ésos a los que les debía el voto: "callaos, que va a hablar el Presidente" ¡! Pero, hombre. Que te están aclamando. Que te debes a ellos. Sé un poquito más humilde. Eso dijo. Al lado, ése al que se acababan de referir como "el Presidente" a pesar de que aún no había sido investido, le hizo un gesto conciliador con la mano, indicándole que tuviese paciencia con la multitud. No me gustó un pelo, pero sobre todo tomé nota mental del hecho porque era algo novedoso que había salido desde detrás de su pose calculada habitual.

    Un saludo,

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