Ignacio Buqueras, es Presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, esta comisión independiente integrada por personalidades de muy distintas extracción propone el cambio de horario y adoptar el del meridiano de Greenwich. No debemos de olvidar que este meridiano corta el este de la península ibérica por lo cual cae dentro de su influencia.
La cosa fue así. Resulta que el día 16 de Marzo se cumplió 70 años del cambio de horario y de nuestro alejamiento del horario del meridiano, coincidió con la invasión de Francia por parte de Alemania, el III Reich decidió que toda la zona ocupada tuviera la hora alemana, algunos países tuvieron que cambiarla otros no. La España de Franco, sin estar invadida, se apresuró también a cambiar el horario he hizo suyo el horario de Alemania, había que agradar al Führer y decirle del algún modo que estábamos a su lado.
Hitler perdió la guerra y de modo inmediato los países que habían cambiado por imposición alemana retomaron su horario habitual. España no, aún permanece con un horario distinto al que le debería de corresponder que no es otro que el del Reino Unido, Irlanda y Portugal.
Las consecuencias de esta decisión según la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles son muy lesivas para el progreso del país. Evocaba, no exento de razón, que en los últimos cuarenta años los hábitos horarios de los españoles han cambiado a peor y esto afecta a la productividad, la conciliación de la vida familiar y laboral y el ahorro de energía. Anima a consultar a los “mas viejos del lugar” sobre las horas en las que se hacía la comida del mediodía y se cenaba en España y de como siempre había tiempo tras la cena, para las tareas familiares o simplemente para el ocio.
La comisión ha elevado al gobierno una propuesta de resituar el horario español cuestión mas que lógica en función de su lugar geográfico.
Esta comisión denuncia la típica relación laboral española que se aplica más en la permanencia en el puesto de trabajo, la mayoría de las veces porque “el jefe todavía no se ha ido” frente a un horario que inexcusablemente no debería, salvo casos excepcionales, prolongarse mas allá de las cinco de la tarde y que atendiera mas a la productividad real que al estar en el puesto de trabajo sin más como viene siendo lo habitual en multitud de empresas.
Ciertamente a muchos se les llenaba la boca con la conciliación de la vida laboral y familiar, aunque para ser justos, habría que decir que aquellos ímpetus de hace unos años sobre este problema ha decaído, en la actualidad esta exigencia no forma parte de la agenda de políticos o sindicalistas. Son otras cuestiones, en esto como en otras cosas también funcionan las modas, las que preocupan en la negociación colectiva tanto en la empresa privada como en la administración.
Sabido es que las cuestiones relacionadas con el clima familiar no están muy de moda que digamos en el ámbito de la izquierda, pero algunos padecemos las consecuencias de horarios de trabajo como los del comercio en el que si alguno de los miembros de la familia ha de trabajar en este sector, solo le queda la oportunidad de charlar con el resto de la familia el domingo si su comunidad autónoma no ha fijado ese día apertura comercial. Algunos dirán, que ese no es un grave problema, y que el verdadero problema es estar en el paro, si, claro, el mismo argumento que las patronales y los empresarios utilizan para apretar aún más el dogal de la esclavitud.
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