Tenía yo treinta años. En aquella época, recién casado, no estaba para muchas bromas y por eso, cuando el punk surgió, el menda seguía anclado en los Rolling, en The Animals y The Who que eran, entre otros, la expresión mas singular del rock y blues progresista.
Pues como que no, no me veía vestido de negro, con tachuelas, y mucho menos, llevando piercings y dejandome la consabida cresta.
Con el tiempo, pude conocer el impacto político que el punk tuvo en el Reino Unido de esa época dirigido entonces, por Thatcher. Este aspecto es muy poco conocido y menos aún, estudiado.
Se suele comentar que en la caída de Thatcher, relevada por su propio partido, influyeron como determinantes la implantación del “poll tax” y su dubitativa política europea. Sin embargo, no se ha contemplado el papel que jugó la juventud británica y la cultura de izquierda en la caída definitiva de los conservadores con Major ya en el poder.
El punk político de izquierda tenía dos ramas, y en la cabeza de ambas ramas dos grupos, The Crass, anarquismo puro y The Clash, socialistas revolucionarios. Estos, como otros muchos grupos musicales, y en conjunción con actores, cineastas y artistas gráficos contribuyeron al cambio político en el Reino Unido con una fuerza muy superior a la que pudieron desplegar los sindicatos de entonces.
Ellos, como una gran cantidad de bandas surgidas de los barrios obreros, hacían de la militancia de izquierda arte, que podría gustar o no desde un punto de vista estético, pero esa militancia fue llevada a extremos tales como que The Crass vendían sus discos a la mitad del precio y The Clash realizaban sesiones acústicas abiertas y gratis en plazas y auditorios.
Antes, las emisoras piratas instaladas en barcos fondeados en el canal de La Mancha, rompían el monopolio de la BBC en la Gran Bretaña. Fueron los precursores y crearon las bases para el cambio cultural y social de los sesenta.
La historia nos muestra que no se le puede poner puertas al campo. Son la propia industria y el capital los que entre sí se están devorando en su afán por ganar cada vez mas dinero.
En el reciente conflicto de los internautas contra el Ministerio de Cultura se ha comentado, injustamente, que la rebelión ha sido auspiciada desde el propio Ministerio de Industria con el fin de proteger los derechos de fabricantes y operadoras. Tomar en cuenta esta denuncia equivaldría a decir que todos los que nos movemos en la red somos incapaces de evaluar los riesgos que la citada medida tiene para la libertad de expresión. Algo habrá de lo que es una guerra declarada entre sectores, pero eso no es el todo de la protesta.
Respeto la propiedad intelectual, al igual que pienso que esa propiedad, la consideración y el estímulo a los creadores debe de ser preservado. La ley está para eso. Lo que pagamos en virtud de la Ley de Propiedad Intelectual y la Ley del Audiovisual debería de garantizar esa corresponsabilidad. La piratería en ese sentido es perseguible, no todo tiene porque ser gratis, y no podemos pedir a todos nuestros creadores que sean unos clash o unos crass cualquiera, pero aquí falla algo. ¿Tendrá algo que ver la entidad gestora encargada de recaudar los beneficios de la difusión para los creadores y en sus mecanismos de distribución de los beneficios a lo mismo?
Por otro lado, pienso, solo pienso, si personalmente debería de tener alguna obligación moral, que no legal, y pagar por ello a los herederos o propietarios de la música de Beethoven, que no a sus intérpretes, al escuchar su música en un CD.
Todos, en cada mañana que se inicia, empleamos nuestros recursos intelectuales o manuales en la realización de un determinado trabajo. Es el ahorro y las rentas generadas por él, lo que nos posibilitará vivir un poco más cómodo el resto de nuestros días. Es un tema complejo, lo sé, pero hay que buscar nuevas vías para conciliar los derechos económicos de los creadores con la realidad de un nuevo mundo, el digital, que actúa como un salvoconducto para saltar todo tipo de barreras. Tampoco se puede pretender, en la mente de algunos está, el vivir toda la vida a cuerpo de rey con la genialidad que en un momento dado pudo tener. Algunos se han hecho multimillonarios pero ciertamente eso no está al alcance de todos. Todo esto exige una revisión a fondo de toda la cadena de valor para encontrar la vía adecuada. Lo que nunca podrá ser una solución es la resolución administrativa en un caso de conflicto de intereses, cerrar una página web lo es, que debería basarse en cambio en una razonada decisión judicial.
No puedo cerrar este artículo, aun a riesgo de ser demasiado pesado, sin valorar lo que me ha parecido la actitud del gobierno y de su presidente en el conflicto. Se han visto sobrepasados y sorprendidos por la reacción de los usuarios en la red. Lo venimos comentando reiteradamente, no están entendiendo nada o lo que es peor, se enteran pero no quieren actuar en consecuencia.
Los cauces de la acción política ciudadana no se limitan al simple ejercicio del voto en una jornada electoral determinada. En el mismo sentido, la acción de los militantes, de cualquier partido, no puede ceñirse al ritual clásico y decimonónico de la asamblea semestral o anual. El monopolio de la información se está resquebrajando y salvo una involución, nada volverá a ser igual que antes. La ciudadanía está tomando carta de naturaleza propia en política, ejerciendo su derecho a la crítica y a la protesta al fin y al cabo, si no me equivoco, ese ha sido, desde siempre, el deseo de la izquierda.
A John Naisbitt, (Macrotendencias 1983)
Pues como que no, no me veía vestido de negro, con tachuelas, y mucho menos, llevando piercings y dejandome la consabida cresta.
Con el tiempo, pude conocer el impacto político que el punk tuvo en el Reino Unido de esa época dirigido entonces, por Thatcher. Este aspecto es muy poco conocido y menos aún, estudiado.
Se suele comentar que en la caída de Thatcher, relevada por su propio partido, influyeron como determinantes la implantación del “poll tax” y su dubitativa política europea. Sin embargo, no se ha contemplado el papel que jugó la juventud británica y la cultura de izquierda en la caída definitiva de los conservadores con Major ya en el poder.
El punk político de izquierda tenía dos ramas, y en la cabeza de ambas ramas dos grupos, The Crass, anarquismo puro y The Clash, socialistas revolucionarios. Estos, como otros muchos grupos musicales, y en conjunción con actores, cineastas y artistas gráficos contribuyeron al cambio político en el Reino Unido con una fuerza muy superior a la que pudieron desplegar los sindicatos de entonces.
Ellos, como una gran cantidad de bandas surgidas de los barrios obreros, hacían de la militancia de izquierda arte, que podría gustar o no desde un punto de vista estético, pero esa militancia fue llevada a extremos tales como que The Crass vendían sus discos a la mitad del precio y The Clash realizaban sesiones acústicas abiertas y gratis en plazas y auditorios.
Antes, las emisoras piratas instaladas en barcos fondeados en el canal de La Mancha, rompían el monopolio de la BBC en la Gran Bretaña. Fueron los precursores y crearon las bases para el cambio cultural y social de los sesenta.
La historia nos muestra que no se le puede poner puertas al campo. Son la propia industria y el capital los que entre sí se están devorando en su afán por ganar cada vez mas dinero.
En el reciente conflicto de los internautas contra el Ministerio de Cultura se ha comentado, injustamente, que la rebelión ha sido auspiciada desde el propio Ministerio de Industria con el fin de proteger los derechos de fabricantes y operadoras. Tomar en cuenta esta denuncia equivaldría a decir que todos los que nos movemos en la red somos incapaces de evaluar los riesgos que la citada medida tiene para la libertad de expresión. Algo habrá de lo que es una guerra declarada entre sectores, pero eso no es el todo de la protesta.
Respeto la propiedad intelectual, al igual que pienso que esa propiedad, la consideración y el estímulo a los creadores debe de ser preservado. La ley está para eso. Lo que pagamos en virtud de la Ley de Propiedad Intelectual y la Ley del Audiovisual debería de garantizar esa corresponsabilidad. La piratería en ese sentido es perseguible, no todo tiene porque ser gratis, y no podemos pedir a todos nuestros creadores que sean unos clash o unos crass cualquiera, pero aquí falla algo. ¿Tendrá algo que ver la entidad gestora encargada de recaudar los beneficios de la difusión para los creadores y en sus mecanismos de distribución de los beneficios a lo mismo?
Por otro lado, pienso, solo pienso, si personalmente debería de tener alguna obligación moral, que no legal, y pagar por ello a los herederos o propietarios de la música de Beethoven, que no a sus intérpretes, al escuchar su música en un CD.
Todos, en cada mañana que se inicia, empleamos nuestros recursos intelectuales o manuales en la realización de un determinado trabajo. Es el ahorro y las rentas generadas por él, lo que nos posibilitará vivir un poco más cómodo el resto de nuestros días. Es un tema complejo, lo sé, pero hay que buscar nuevas vías para conciliar los derechos económicos de los creadores con la realidad de un nuevo mundo, el digital, que actúa como un salvoconducto para saltar todo tipo de barreras. Tampoco se puede pretender, en la mente de algunos está, el vivir toda la vida a cuerpo de rey con la genialidad que en un momento dado pudo tener. Algunos se han hecho multimillonarios pero ciertamente eso no está al alcance de todos. Todo esto exige una revisión a fondo de toda la cadena de valor para encontrar la vía adecuada. Lo que nunca podrá ser una solución es la resolución administrativa en un caso de conflicto de intereses, cerrar una página web lo es, que debería basarse en cambio en una razonada decisión judicial.
No puedo cerrar este artículo, aun a riesgo de ser demasiado pesado, sin valorar lo que me ha parecido la actitud del gobierno y de su presidente en el conflicto. Se han visto sobrepasados y sorprendidos por la reacción de los usuarios en la red. Lo venimos comentando reiteradamente, no están entendiendo nada o lo que es peor, se enteran pero no quieren actuar en consecuencia.
Los cauces de la acción política ciudadana no se limitan al simple ejercicio del voto en una jornada electoral determinada. En el mismo sentido, la acción de los militantes, de cualquier partido, no puede ceñirse al ritual clásico y decimonónico de la asamblea semestral o anual. El monopolio de la información se está resquebrajando y salvo una involución, nada volverá a ser igual que antes. La ciudadanía está tomando carta de naturaleza propia en política, ejerciendo su derecho a la crítica y a la protesta al fin y al cabo, si no me equivoco, ese ha sido, desde siempre, el deseo de la izquierda.
A John Naisbitt, (Macrotendencias 1983)
Hola amigo:
ResponderEliminarUn análisis impecable, te ha quedado redondo. Yo soy de los que creen poco en eso llamado propiedad intelectual. Es claro que aquellos que se dedican a pensar o a escribir o a cantar o a hacer cine, han de comer como los demás; pero eso no se debe de erigir en abuso, pienso que con lo que pagamos por la tarifa de Internet ya debería estar incluido que cada cual se baje lo que considere conveniente y oportuno (yo no soy de los que suelen bajarse nada, mi hobby es leer y esto se encuentra en abundancia en Internet de una forma gratuita).
Además, si nos ponemos a pensar desde esa perspectiva de la gratuidad encontraremos fórmulas alternativas. Sólo hay como cerrar una puerta para que busquemos otras. Aquí se debería utilizar el pensamiento creativo.
Otra cosa que no me parece razonable es que el derecho de autor dure de una forma indefinida, por ejemplo, cada vez que se interpreta el chinda ta chinda del himno nacional los herederos del compositor cobran. Está bien que el compositor de algo se beneficie de los derechos de autor durante un tiempo, pero de ahí que también los herederos; pues como que no lo veo.
Por otra parte sería bueno saber qué grupos, artistas, etc. trabajan en Creative Commons; para así sólo optar por escucharlos, verlos y leerlos a ellos. Ya verías como el resto se bajaba de la burra rápido y hacía propuestas razonables y lógicas.
Recibe un abrazote amigo.
Muy bueno el Post, el fondo la lucha del poder por poner puertas al campo.
ResponderEliminarEsto amigos solo ha hecho que empezar, cada día que pasa somos mas conscientes de la fuerza de la Red, todos. Como consecuencia unos, nosotros, apretamos mas porque creemos que es nuestro derecho. Otros, los poderes, intentaran todos los espacios que puedan.
Decía en otro Blog que lo bueno de esta crisis es que ha tenido entretenido al poder con mayúsculas y nos ha permitido avanzar en espacios de libertad en la Red, que ahora que comienzan a vislumbrar que no desaparecerá el sistema, por el momento. Quieren tapar a toda prisa las grietas que se han abierto.
Lo que nunca pensé, es que nuestro ZP se prestara a ello.
Abrazos.
Compruebo, Miguel, que ya tienes tus años, porque un servidor de lo más viejo que ha conocido del Punk es The Ramones :)
ResponderEliminarBromas aparte, me permito hacerte una pequeña corrección/matiz. Te preguntas por qué no tienes que pagar a los herederos de Beethoven y me permito contestarte: no tienes que hacerlo porque con la Ley de Propiedad Intelectual en la mano, que en este caso es similar a la Alemana (cuna del genial compositor) los derechos de explotación pasan a ser de demanio público a los 70 años desde su creación. Evidentemente hace más de 70 años que Beethoven compuso la 9ª Sinfonía. ;)
Cuestión muy diferente es el reconocimiento de la autoría. La 9ª siempre será de Beethoven.
En mi opinión, este es uno de los debates que creo que no se entienden hoy en día, amplificado por el "fenómeno internet". Una cosa es la autoría y otra muy diferente es la explotación de la obra.
Un saludo.
He estado de puente en Cádiz, me ha permitido visitar los pueblos blancos; Arcos, El Bosque, Benahoma y Grazalema, aparte de estar por la costa y recorrer, ahora en invierno la costa desde Tarifa hasta Sancti Petri y por ello no he podido contestar.
ResponderEliminarPues sí, Juan Pedro uno tiene ya sus años, pero me aplico fervientemente la distinción entre la edad del DNI y la vital.
Gracias por la aclaración. Ya me percaté de ello cuando leí el artículo de Julio Llamazares del domingo en El País. Anotada queda la corrección, que no matiz, no existe la propiedad a perpetuidad solo en el límite de los 70 años.
De todos modos, el cuerpo central del artículo consiste en la necesidad de abrir nuevas vías y nuevos gestores para una compensación adecuada a los gestores.
Javier, Feluky, me interesa resaltar el poder que puede tener una acción política desde la red. La enseñanza de este episodio, para mí, no estriba tanto en el derecho de los creadores, que lo tienen,comolo novedoso que el instrumento tiene para canalizar iniciativas y protestas.
Durara? Pienso que esto es algo que puede irse de las manos de aquellos que tienden a manejarlo todo y es posible que intenten implantar sistemas de control. Eso es lo que me preocupa.
saludos,
...Quería decir "compensación adecuada a los creadores"
ResponderEliminarBueno pues una vez corregido el error de Beethoven y el tiempo de protección de la obra, podría corregir dos más:
ResponderEliminar1: Que usted no sepa o haya tardado en saber sobre el punk y las revueltas juveniles en la UK de Tatcher no significa que los demás no lo sepan. O que no haya documentación al respecto. Sabe una cosa, antes de Google el mundo ya existía e incluso las hemerotecas.
2: La creación de las emisoras piratas (Caroline, Veronica) es anterior a la programación musical continua de la BBC. De hecho la puesta en marcha de Radio One fue la respuesta de la BBC a ese fenómeno. Incluso contrataron a varias estrellas "piratas" para su emisora. Y antes de llegar al Canal de La Mancha operaron desde el Mar del Norte, frente a las costas holandesas. Hace poco se estrenó una película al respecto. Más info. en:
http://elmundano.wordpress.com/2009/03/14/los-pioneros-de-la-radio-musical-en-europa-efe-eme/
Gracias por las aclaraciones.
ResponderEliminarSobre la primera, destaco claramente que yo supe después el papel que el punk había tenido en el proceso de la caida del conservadurismo.En ningún momento he dicho que el conocimiento fuese de carácter general "...no se ha contemplado el papel que jugó la juventud británica y la cultura de izquierda en la caída definitiva de los conservadores con Major ya en el poder" Ciertamente no existen muchos estudios sobre este aspecto o al menos yo los desconozco.
Sobre el segundo, lo que quiero destacar es de como las emisoras piratas bien el Canal de la Mancha o en el Mar del Norte, rompieron el monopolio existente. De todos modos anoto las dos precisones como valiosas ya que aclaran y extreman mas la precision de lo que realmente se quiere contar: El valor de un movimiento, en este caso musical, como impulsor, junto a otros, de un cambio político frente a lo que yo considero un cierto adocenamiento de la cultura y de los intelectuales en este tiempo.
saludos,