Conozco la evolución seguida por el sector de las telecomunicaciones en los últimos años, lo he seguido muy de cerca por motivos profesionales y sindicales y por ello, tengo una especial sensibilidad ante todo lo que le rodea.
A pesar de ese conocimiento, me he visto sorprendido por la ola de suicidios entre los trabajadores de France Telecom. El gobierno francés no ha tenido mas remedio que intervenir para tratar de frenar esa espiral de muerte.
Las políticas de telecomunicaciones han sufrido un cambio acelerado en estos últimos años, no solo debido a las innovaciones tecnológicas sino a los cambios regulatorios y las agresivas políticas comercializadoras impulsadas por todas operadoras.
A principios de los ochenta, la Unión Europea inició un proceso, hijo del neoliberalismo tan en boga, que seguía la senda que dos o tres años antes impulsaron los Estados Unidos y el Reino Unido. Ambos países desmantelaron sus respectivos monopolios, ATT y BT, liberalizando las telecomunicaciones.
Han sido mas de veinte los años transcurridos, las telecomunicaciones tal como hoy la conocemos es el resultado de esos cambios; La liberalización de servicios, y dicen que, la creciente popularidad de nuevos dispositivos y facilidades hay que atribuirla a esa liberalización.
No es cuestión de someter a juicio los procesos liberalizadores, eso exigiría un trabajo mucho mas extenso que un simple blog. Examinamos aquí tan solo una de las consecuencias de todo ese movimiento.
La realidad es que si esperábamos, tal como se nos prometía, que detrás del impulso liberalizador se crease más y mejor empleo nada de eso ha ocurrido. Telefónica, antes de la liberalización y sin la telefonía móvil, internet y la televisión ofrecía un empleo muy superior en España al que ahora puede estar dando. Por el contrario, lo que si ha producido la liberalización, así lo veo yo, es nuevas oportunidades de negocio que no siempre revierten en el conjunto de la sociedad y en los trabajadores.
Las telecomunicaciones se liberalizaron en aras de la capacidad de elección, el monopolio fue sustituido en Europa por oligopolios . Sin embargo, la incidencia de los monopolios de la energía, alimentación y los transportes se han agudizado. Los intentos liberalizadores sobre estos sectores o han sido muy tímidos o no han existido.
¿Qué ha ocurrido entre tanto con los trabajadores de las telecomunicaciones? Los mas afortunados han vuelto a casa, algunos a la edad de cincuenta y dos años, con una indemnización, la que marcaba la legislación, el convenio o los acuerdos. No piense el lector que ha sido más.
Otros, han ido al paro y luego se han recolocado con un salario mucho menor en el mismo sector en la gran cantidad de empresas nuevas surgidas al amparo de la apertura. El número de trabajadores en el sector no ha crecido.
Hoy día, ingenieros de telecomunicaciones que en el momento previo a la liberalización eran trabajadores muy bien pagados se acercan en la actualidad a posiciones que cabría calificar de cercanas al mileurismo.
Todo este proceso ha supuesto no solo bajas, sino también traslados geográficos y sobre todo, una tensión insoportable en los canales de venta de las distintas operadoras, donde la amenaza y el mobbing forman parte del pan de cada día. La fijación de objetivos irrealizables, la plena disponibilidad y los horarios abusivos sin ninguna concesión a utopías como la conciliación de la vida familiar y laboral es con lo que ha de convivir miles de trabajadores del sector.
Llevo varios años fuera de mi empresa, yo mismo fui uno de esos damnificados, afortunados según algunos, y lo que sé de lo que ocurre en el sector es por pura proximidad familiar, en cierto modo padezco esa sobretensión que significa trabajar en un mundo en el que el individuo y la familia nada significa para los directivos de las empresas.
Dentro de este contexto hay que contemplar la ola de suicidios en France Telecom, que ha obligado a intervenir al presidente de la República Francesa llamando al orden al presidente, de la ahora privada, France Telecom.
Durante el último año y medio veintitrés trabajadores de France Telecom se han suicidado por motivos laborales; Presión para vender más y traslados forzosos han sido la causa más frecuente. Trece trabajadores más que quisieron llevar a cabo esa intentona no pudieron lograrla.
Conozco a algún que otro excompañero y he oído hablar de otros, que han caído en un cuadro depresivo del que le ha costado salir.
Los sindicatos de France Telecom intervienen y trata de frenar el drama en la medida en que pueden intervenir. Entre los trabajadores, desgraciadamente, no ha sido posible la huelga que pudiera frenar las políticas antisociales de las empresas. En un sector donde la digitalización, el outsourcing y los autónomos son la norma. Se suele dar con frecuencia, que parte de la plantilla de venta, merced al telemarketing, se encuentra en la Polinesia o Guyana en el caso de France Telecom, los de la British Telecom en la India y en América Latina en el caso de Telefónica lugares en los que los sindicatos no existen o no tienen fuerza. Los que quedan, sufren a diario como si remeros de galera se tratasen. En este caso no es el agotamiento físico sino el ánimico, psicológico o familiar.
En el pasado era posible el estudio de estos casos, hoy día, los psicólogos y sociólogos sociales e industriales al servicio de las empresas ensayan nuevos modos de sacar mas agua del pozo a costa de la salud de los trabajadores.
Se echa de menos trabajos de estos profesionales, al igual que de economistas, que hagan el balance de lo que ha supuesto para los trabajadores los años de liberalismo económico salvaje. Algún año, es posible, que por parte de algún historiador se podrá saber que es lo que realmente ocurrió bajo este sistema que ha contribuido, entre otras cosas, a sacar lo peor de cada ser humano.
A pesar de ese conocimiento, me he visto sorprendido por la ola de suicidios entre los trabajadores de France Telecom. El gobierno francés no ha tenido mas remedio que intervenir para tratar de frenar esa espiral de muerte.
Las políticas de telecomunicaciones han sufrido un cambio acelerado en estos últimos años, no solo debido a las innovaciones tecnológicas sino a los cambios regulatorios y las agresivas políticas comercializadoras impulsadas por todas operadoras.
A principios de los ochenta, la Unión Europea inició un proceso, hijo del neoliberalismo tan en boga, que seguía la senda que dos o tres años antes impulsaron los Estados Unidos y el Reino Unido. Ambos países desmantelaron sus respectivos monopolios, ATT y BT, liberalizando las telecomunicaciones.
Han sido mas de veinte los años transcurridos, las telecomunicaciones tal como hoy la conocemos es el resultado de esos cambios; La liberalización de servicios, y dicen que, la creciente popularidad de nuevos dispositivos y facilidades hay que atribuirla a esa liberalización.
No es cuestión de someter a juicio los procesos liberalizadores, eso exigiría un trabajo mucho mas extenso que un simple blog. Examinamos aquí tan solo una de las consecuencias de todo ese movimiento.
La realidad es que si esperábamos, tal como se nos prometía, que detrás del impulso liberalizador se crease más y mejor empleo nada de eso ha ocurrido. Telefónica, antes de la liberalización y sin la telefonía móvil, internet y la televisión ofrecía un empleo muy superior en España al que ahora puede estar dando. Por el contrario, lo que si ha producido la liberalización, así lo veo yo, es nuevas oportunidades de negocio que no siempre revierten en el conjunto de la sociedad y en los trabajadores.
Las telecomunicaciones se liberalizaron en aras de la capacidad de elección, el monopolio fue sustituido en Europa por oligopolios . Sin embargo, la incidencia de los monopolios de la energía, alimentación y los transportes se han agudizado. Los intentos liberalizadores sobre estos sectores o han sido muy tímidos o no han existido.
¿Qué ha ocurrido entre tanto con los trabajadores de las telecomunicaciones? Los mas afortunados han vuelto a casa, algunos a la edad de cincuenta y dos años, con una indemnización, la que marcaba la legislación, el convenio o los acuerdos. No piense el lector que ha sido más.
Otros, han ido al paro y luego se han recolocado con un salario mucho menor en el mismo sector en la gran cantidad de empresas nuevas surgidas al amparo de la apertura. El número de trabajadores en el sector no ha crecido.
Hoy día, ingenieros de telecomunicaciones que en el momento previo a la liberalización eran trabajadores muy bien pagados se acercan en la actualidad a posiciones que cabría calificar de cercanas al mileurismo.
Todo este proceso ha supuesto no solo bajas, sino también traslados geográficos y sobre todo, una tensión insoportable en los canales de venta de las distintas operadoras, donde la amenaza y el mobbing forman parte del pan de cada día. La fijación de objetivos irrealizables, la plena disponibilidad y los horarios abusivos sin ninguna concesión a utopías como la conciliación de la vida familiar y laboral es con lo que ha de convivir miles de trabajadores del sector.
Llevo varios años fuera de mi empresa, yo mismo fui uno de esos damnificados, afortunados según algunos, y lo que sé de lo que ocurre en el sector es por pura proximidad familiar, en cierto modo padezco esa sobretensión que significa trabajar en un mundo en el que el individuo y la familia nada significa para los directivos de las empresas.
Dentro de este contexto hay que contemplar la ola de suicidios en France Telecom, que ha obligado a intervenir al presidente de la República Francesa llamando al orden al presidente, de la ahora privada, France Telecom.
Durante el último año y medio veintitrés trabajadores de France Telecom se han suicidado por motivos laborales; Presión para vender más y traslados forzosos han sido la causa más frecuente. Trece trabajadores más que quisieron llevar a cabo esa intentona no pudieron lograrla.
Conozco a algún que otro excompañero y he oído hablar de otros, que han caído en un cuadro depresivo del que le ha costado salir.
Los sindicatos de France Telecom intervienen y trata de frenar el drama en la medida en que pueden intervenir. Entre los trabajadores, desgraciadamente, no ha sido posible la huelga que pudiera frenar las políticas antisociales de las empresas. En un sector donde la digitalización, el outsourcing y los autónomos son la norma. Se suele dar con frecuencia, que parte de la plantilla de venta, merced al telemarketing, se encuentra en la Polinesia o Guyana en el caso de France Telecom, los de la British Telecom en la India y en América Latina en el caso de Telefónica lugares en los que los sindicatos no existen o no tienen fuerza. Los que quedan, sufren a diario como si remeros de galera se tratasen. En este caso no es el agotamiento físico sino el ánimico, psicológico o familiar.
En el pasado era posible el estudio de estos casos, hoy día, los psicólogos y sociólogos sociales e industriales al servicio de las empresas ensayan nuevos modos de sacar mas agua del pozo a costa de la salud de los trabajadores.
Se echa de menos trabajos de estos profesionales, al igual que de economistas, que hagan el balance de lo que ha supuesto para los trabajadores los años de liberalismo económico salvaje. Algún año, es posible, que por parte de algún historiador se podrá saber que es lo que realmente ocurrió bajo este sistema que ha contribuido, entre otras cosas, a sacar lo peor de cada ser humano.
Hola amigo:
ResponderEliminarPero a pesar de todo ello no terminamos, como trabajadores, de reaccionar; no somos capaces de constituir referentes políticos, sindicales, sociales, ..., ni siquiera somos capaces de encontrarlos. Seguimos optando, en el mejor de los casos, por los menos malos.
No obstante tengo esperanza de que al final terminaremos, como trabajadores, encontrarndo el rumbo.
Recibe un muy fuerte abrazote amigo.
En todos lados cuecen habas, y pa mobing de ese en la Juntan dan pa tomar y repartir. Lo de los suicidios no lo entiendo. Nunca lo entendí.
ResponderEliminarHola, te visito para agradecerte que me incluyeras entre los blog que sigues.
ResponderEliminarSi me has leido sabras que durante una pequeña temporada he estado...."ausente", por motivos de salud, y la regresar he visto tu foto en "seguidores", me ha picado la curiosidad y...bueno aqui estoy, parece que coincidimos en bastantes cosas,pero sobre todo en el corazon socialista.
Te visitare con mas asiduidad.
Un saludo.
No quiero ser cómplice de una empresa en la que eso sucede, en noviembre , en cuanto acabe mi permanencia, emigro a otro operador.
ResponderEliminarademás ya tenía oreas quejas...
UN SALUDO SOLIDARIO A TODOS LOS TRABAJADORES QUE ESTAN PADECIENDO ESOS ESTRAGOS POR LA DEPRECION,NO JUSTIFICA CUALQUIER COSA QUE SUCEDA DENTRO DE UN TRABAJO, QUE NO DEVA SER MOTIVO DE RENUNCIA DE VIDA POR DURA QUE SEA ESTE TRABAJO,ES VERDAD QUE UNA NUEVA ERA ESTA EMPESANDO EN LAS TELECOMUNICACIONES,AQUI EN MEXICO SOMOS LOS MAS AGRACIADOS CON ESA TECNOLOGIA GRACIAS A NUESTRO SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO Y AL BUEN ENTENDIMIENTO CON LA EMPRESA (TELEFONOS DE MEXICO)PARA ENFRENTAR LOS RETOS DE LA AUTOMATIZACION DEL SERVICIO DE TELECOMUNICACIONES DONDE SE CONSIDERA QUE SOMOS LOS MAS AVANZADOS DE LATINO AMERICA EN MATERIA SINDICAL Y DE MODERNIZACION TECNLOGICA A LA ALTURA DEL PRIMER MUNDO COMO LO INDICA LA CCIT EN LA ONU ,AQUI NO HAN DESPEDIDO NI UN SOLO TRABAJADOR, HAN SIDO CAPASITADOS PARA REALIZAR TRABAJOS AFINES A LAS AREAS EN LA QUE HAN DESAPARECIDO O CAMBIADO POR SU AUTOMATIZACION PERO SIGUIMOS TRABAJANDO SIN PRESION ALGUNO SOLO POR EL ESPIRITU DE SERVIR Y SER REMONERADO DEACUARDO A CADA PERFIL,SOMO UN EQUIPO SOLIDO EN LAS BUENAS Y EN LAS MALA. NUNCA DAR LA ESPALDA A NUERTROS COLEGAS QUE QUEDE BIEN CLARO ....,UN SALUDO A TODOS NUESTRO COLEGAS EN EL MUNDO QUE DIOS LIBRE DE TODO LO QUE ESTA PASANDO EN OTRAS PARTES ,NO HAY PROBLEMA QUE NO TENGA SOLUCION ,SE INTELIGENTE VIVE LA VIDA QUE ES MARAVILLOSA
ResponderEliminarGracias por tus palabras compañero, me alegro de que el clima laboral en Telefonos de Mexico sea el adecuado. Comparto tus palabras sobre la solidaridad y por el buen trabajo raelizado por vuestro sindicato.
ResponderEliminarUn saludo
Extreño liberalismo en el que el Estado posee el 27% de France Telecom y tiene poder de vetar la entrada extranjera en el accionariado (igual que Alemania e Italia)
ResponderEliminarPor cierto, la tasa de suicidios francesa en esta década ronda las 18 muertes por cada 100.000 habitantes y año. Resulta que Telecom France tiene unos 187.000 empleados de los que 100.000 trabajan en Francia. Y el primer suicidio de los 25 se produjo en febrero de 2008, es decir, hace 20 meses. Haga una simple regla de tres.
GOBIERNO FEDERAL DE MEXICO CONTRA LOS TRABAJADORES DE LA AVIASION,MINEROS Y AHORA La disolución de Luz y Fuerza del Centro y el despido de más de 44,000 electricistas
ResponderEliminarconstituye una agresión en contra del movimiento obrero y el sindicalismo democrático que
pone en entredicho aspectos fundamentales como la contratación colectiva autentica y la
existencia misma de los sindicatos.HOY SE HIZO UNA MIFESTACION MEGAMARCHA EN LA CD DE MEXICO EN CONTRA LA IMPOSICION DEL GOBIERNO YA BASTA QUE DIOS NOS LIBRE VIVA MEXICO!!!
La Fiscalía ha hecho el ridículo hasta ahora ante las actuaciones impresentables y criminales de unos directivos sin escrúpulos. La imagen de la empresa está siendo gravemente perjudicada, así como la imagen del país. No puede haber impunidad para los psicópatas laborales, ni puede darse la imagen de que todo vale para obtener beneficios. Sobrecoge la indefensión y el sufrimiento de estos trabajadores frente a autenticos criminales. Es increible que no haya habido respuestas violentas. Es una clara demostración de la incapacidad de los gestores que, a pesar de todo, se mantienen en su puesto. Los accionistas deben pensar en todo esto cuando reciban sus dividendos. El Gobierno y la Justicia francesa son claramente desacreditados por estos hechos.
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