Veinticuatro intervenciones a cinco minutos cada uno no da tiempo para mucho. No culpo a la presidenta de la asamblea, tenía que administrar el tiempo. De las 24 intervenciones, pidieron la dimisión del secretario local mucho mas de la mitad, por los aplausos podríamos saber que casi tres cuartas parte de la asamblea aplaudía cada vez que pidieron que los responsables abandonaran el cargo. La contestación del secretario fue de que él "por responsabilidad, no dimitía" Omitió el decir la realidad del porqué no dimitía. Yo no la pedí, sabía que no iba a servir para nada. Remití a los compañeros que no pudieron oir mi intervención completa al blog, y aquí está. Me fastidió el asunto, porque hacía cuatro años que no iba por allí, pero considero lógica la actitud y la administración del tiempo que hizo la presidenta.
1) Mis dudas sobre el intervenir o no
Dudo, al igual que otros muchos sobre si tomar la palabra o no. Dudo entre si merece la pena, porque diga lo que diga todo lleva su discurrir a veces, ajeno a todos los que aquí estamos a veces, ajeno incluso a los que dirigen. Y también dudo si es conveniente intervenir. A veces nos autocensuramos y por no mover las aguas, callamos. Pero esta es una situación excepcional sobre la que decir tres o cuatro cosillas lo mas medida posible. En esta ocasión si callara no me iba a sentir bien y como siempre persigo la felicidad pues hablo.
2) Sobre el partido
“Socialismo” no es para mí – sobre esto hablaremos a continuación - una religión, el partido no es la orden que lo administra, ni los líderes de cualquier ámbito son los sacerdotes que velan por el orden interno de las cosas.
Hay que desacralizar al partido, porque solo así, pueden resolverse los problemas que le aquejan que son muy graves. El partido no puede ser como el club de fútbol de nuestros amores, al cual nos rendimos ciegamente. Es un instrumento, eso todo lo sabemos. Un instrumento que urge renovar en sus procedimientos. Lo que ya es común en las empresas, en las organizaciones modernas, en la sociedad misma, hay que trasladarlo al partido si queremos que sea algo que funcione. Las redes marcan nuestra presencia en la sociedad y ahí solo se puede ser lo más horizontal posible. No es cosa de poner un FBook y una página web para cubrir el trámite.
Este partido no es así y por eso incidimos una y otra vez en los mismos defectos. Si el partido no resuelve de una vez el problema de la calidad del sistema representativo y el de toma de decisiones, quedará al final como un objeto inservible para el que siente y piensa en izquierda.
3) Tras un resultado
Ante unos resultados como los que hemos tenido cabe en este caso dos opciones; Una, decir, ha sido problema de la crisis económica, algunos otros dirán: Ha sido la política del gobierno la que nos ha hecho daño.
En los lugares en los que haya cuantas pendientes, no parece ser el caso de esta agrupación donde todo siempre desde hace unos años está bastante tranquilo, se echará la culpa de todo a la dirección correspondiente o a los que iban en las listas que no eran adecuados. También dirán, “es que los que estuvieron antes, lo hicieron muy mal por eso…”
Creo que los malos resultados tienen su raíz tanto en una cosa como en la otra. Hay causas exógenas a Salamanca y causas endógenas.
La situación nacional es muy complicada, los mercados, el capital, Alemania, el PP… en fin todo eso. Pero no solo es eso amigos. No solo es eso. El proyecto puesto en funcionamiento en 2004 se ha agotado. Era un proyecto que requería como otros similares superavit presupuestario, dinero fácil y confianza en el futuro. Sin eso, sin modificar las estructuras económicas y el modelo productivo, cosa que no se ha hecho en los últimos veinte años, el proyecto no funciona.
La gente quiere comer, la gente quiere empleo, la gente quiere pagar su hipoteca. Al final, sin burbuja tecnológica, la que llevó a Blair y Clinton, sin burbuja financiera, sin burbuja inmobiliaria , sin dinero en suma, la cosa hace crack. La salida a todo ese desbarajuste que nos planteo Blair en el Cercle de Economía de Sitges la semana pasada fue: “ En cuestión económica no hay izquierda o derecha”. No es extraño este hombre está donde siempre estuvo. Nuestro proyecto, amén de algunas pinceladas tomadas de otros sitios que no comentaré para no extenderme ha sido sacado de ahí.
Hemos olvidado lo esencial en un pueblo en el que no todos son ricos la gente de izquierda mira a la izquierda con ojos economicos y más cuando hay crisis. Si no hay soluciones a la izquierda, hay fugas de votos, así funcionan las cosas.
4) Sobre el comunicar
Se tiene una fe inquebrantable en la técnica de la comunicación y eso no debe de ser tan determinante. Desde luego no es lo mismo que comunique De la Vega que Pajín, y no es lo mismo Pajín que Rubalcaba. Hay quien esta más dotado para unas cosas que otros. Pero lo es todo o casi todo la forma? Lo son los argumentos. Que entidad tiene el fondo en este caso?
Hay cosas que se le pide al pueblo de izquierda que es como pedirle que comulgue con ruedas de molino. Sabemos en realidad de porque está o ha estado la gente con nosotros?
El CIS nos lo dice de modo frecuente. Podemos tener a la burguesía media con nosotros, a los progre de salón, a las feministas a los que anhelan todo tipo de libertades pero si no damos lo que quieren lo que fue el fundamento primigenio de la razón de ser del socialismo. Nada de Nada. Esos son los que nos han abandonado, esos y los que estando satisfechos con la continua ampliación de las libertades y la aplicación de la moral prohibitiva cuasi calvinista propia de la socialdemocracia sueca de los cincuenta ven que eso no es suficiente para vivir, que no les faculta para tener empleo, para salir de una vez de casa y para comprar un piso.
5) La Credibilidad.
La credibilidad es un bien escaso. Los intermediarios entre la cosa pública y los ciudadanos que son los políticos son, recordémoslo, la tercer preocupación de este país y sigue subiendo. Como resolvemos la aparente contradicción de que si bien los políticos tienen lagunas de credibilidad y son percibidos como un problema tengan un voto tan dispar entre la izquierda y la derecha, entre el Partido Popular y el PSOE. Para saber eso tenemos que remitirnos a la credibilidad que tanto unos como otros le merecen al electorado. Ya sabemos todo eso de que parece mentira, con la corrupción tan tremenda que tienen en sus filas y encima les votan, ya sabemos todo eso, pero ahí no está el quid. Les votan a pesar de todo eso por una única razón: “Ellos, los votantes de derecha, consideran que sus representantes son fieles en todo momento a la filosofía y al ideario de la derecha”. Saben que no les van a fallar, en lo de la unidad de España, en la reducción de impuestos, en la defensa de la educación a su imagen y semejanza, en la defensa de la moral y las buenas costumbres, de la meritocracia auténtica, la de pedigree, la más vinculada a otra cosa que a la herencia no la práctica meritocrática del PSOE, aquí en Salamanca sabemos bastante de eso. Creen en ellos. No ha sido suficiente llenar una lista de catedráticos y doctores alejados del pulso ciudadno para ganar unas elecciones. Eso ha quedado claro.
Comparemos con nuestra situación, qué cosas de las que les prometimos hemos podido cumplir. En todo caso menos de lo que ellos querían. Si la izquierda no puede o no quiere resolver su problema ¿a dónde irán? A la abstención y a otros partidos de izquierda.
No me voy a extender más, los tiempos están cambiando. Una marea amarilla situada plenamente a la izquierda, aunque muchos de ellos no lo sepan, están aporreando hasta en las puertas del Congreso y saben ustedes porque no van a parar, porque tienen necesidad.
Bob Dylan ha cumplido setenta años, me vais a permitir que os recite una estrofa de una de sus canciones, haríamos bien en aplicárnosla todos y cada uno de nosotros.
"Admitid que las aguas
Alrededor de vosotros han crecido
Y aceptadlo pues pronto
Estaréis calados hasta los huesos.
Si según vosotros vuestra época
Merece ser salvada
Entonces mejor comenzad a nadar
U os hundiréis como una piedra
Porque los tiempos están cambiando".
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