jueves, 6 de mayo de 2010

Cuestión de tiempo




Hoy pienso quedarme en el cascarón, escucharé como siempre la radio, como siempre veré la CNN, el canal 24 Horas y miraré por encima lo que dice la prensa. Me he resignado, lo que ha de pasar, sin duda pasará. Me sale la vena fatalista, no en vano los genes ambientales que pululaban por el aire en mi lugar de nacimiento en algo me tenía que afectar

Recientemente he podido escuchar y ver esas encuestas que se realizan al pueblo a través de la radio y la televisión y he podido observar hasta que punto los instrumentos diseñados por los partidos para que sus afiliados llamen se han perfeccionado, hasta se puede, fijándose uno detenidamente, encontrar el mismo hilo argumental. Cosas de la técnica.

No hay acuerdo en lo económico, no hay acuerdo en educación, no hay acuerdo en lo del estatut, no hay acuerdo en torno a la justicia. Que manía tiene este pueblo de pedir acuerdo a los discordantes cuando la democracia parlamentaria, la libertad de opinión tiene su razón de ser en el que los ciudadanos nos expresemos cada cual como quiera y que en la búsqueda de nuestro ideal político casi siempre vinculamos nuestro deseo a un programa presentado por un partido político. Esto no lo he leído en Tocqueville o cualquier otro teórico de la democracia o del parlamentarismo, lo he leído en el libro de sociales de 3º de ESO de Miguel.

Vamos de campana. Decía que hoy desde esta primera hora, 8,15 de la mañana, quiero encerrarme y si es posible, permanecer ajeno a este discurrir de locos. Soy pesimista por naturaleza. Siendo uno pesimista, se sufre menos, por que se da por descontado de antemano los elementos negativos. No, no crean que mi pesimismo afecta a todo. Soy pesimista en esto de la política. Ayer en el blog de J.M. Ojeda le comentaba que los nubarrones que se ven en el cielo de oriente, sobre la península griega, son más espesos que los que hay sobre el volcán de Islandia. Suelo tener una muy buena vista para la larga distancia luego, en la corta, siempre me la pegan.

Voy a pintar el garaje, empecé ayer. Distrae. Recibiré al técnico de Bosch; El frigorífico que me costó un pastón hace dos años me ha comunicado que no quiere trabajar, como no me presentó previamente una tabla de reivindicaciones pienso que su parada puede tener que ver con algo mucho mas serio. Hace tres años cuando tuve que sustituir algunos electrodomésticos me dio la fiebre europeísta y decidí que lo mejor para estas cosas eran los productos alemanes. Al día de hoy, siento que soy algo mas listo y me siento algo más invulnerable a la tontería y la publicidad. No compraré en lo que me queda de vida lavadoras y lavavajillas Siemens, y por supuesto, no compraré frigoríficos BOSCH, funcionaran en Alemania pero en esta tierra mesetaria y con los niveles de cal que el agua tiene, lo mejor es comprar lo mas barato.

Pueden ver ustedes que me he dado una tregua. Algo tenía que escribir y hoy por hoy, tengo un especial estado de resignación. Nada hay que hacer. Lo que tiene que suceder sucederá. Solo me queda estar atento a cuanto se coloca hoy la emisión del tesoro; La subasta es de obligaciones, su nivel de partida es del 3%, son un total de 2.000 millones de euros con límite en 3.000 millones. Dará un nivel adecuado de la credibilidad de nuestro país. Aventuro que nos veremos abligados a retribuirla no al 3% si no al 4,30 como mínimo. 1,50% de diferencial con Alemania. Demasiado.

Escucho a Ferreras en la tertulia de Radio Nacional, me sorprende este hombre, fue el progre director de informativos de la SER y posteriormente se largó con Florentino al Real Madrid ahora, creo, que es un mandamás del diario Público. Dice textualmente: “El acuerdo de ayer sobre la reestructuración de las cajas es muy importante, porque eso facilitará el crédito y eso es lo que se necesita” Ahí está el problema. Este hombre es consejero de Zapatero. Si, consejero y amigo. El problema en torno a la crisis es de percepción del tiempo. El tiempo transcurre para unos de un modo y para otros, los días son inmensos, sobre todo, si nada hay que hacer y a veces, nada que comer.

Pensar que con la fusión de las cajas, eso lleva su tiempo, va a fluir ya el crédito es ingenuo, pero trasladar esa esperanza al conjunto de la población es inmoral. Esas fusiones se hacen primero para sanear, para aclarar cuentas y luego, en uno o dos años, poder prestar dinero que dinamice la economía, tal como se hacía en fechas previas a la crisis. En dos años, a este ritmo, todos calvos. Todo es cuestión de tiempo.

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