lunes, 7 de junio de 2010

Hay que solucionar esto



Ayer conocimos una dramática encuesta sobre la situación política española. Las encuestas tienen eso, los distintos medios las van publicando y, herencia del pasado, le atribuimos credibilidad sólo en función del medio que la publica siempre en la espera de la encuesta del CIS que también, si los datos no les son favorables, serán criticadas por los que no gobiernan.

La encuesta de El País expresa con una crudeza desconocida hasta ahora, la pérdida de la credibilidad de Zapatero, la del Gobierno y la del Partido Socialista.

En el interior del periódico, los comentaristas se pronuncian sobre las dos propuestas que presenta el Partido Popular; La convocatoria de elecciones o la dimisión del presidente. Esa gente, la derecha, está a lo suyo, tienen prisa por llegar y empiezan ya a repartir sin haber llegado aún. Sólo tenían que esperar a que las cosas maduraran y la política española ha pasado ya esa tenue frontera en lo que lo maduro pasa a ser algo en vía de pudrirse.

De seguir así, la pérdida electoral que se avecina, será de tanta envergadura que los restos del naufragio socialista pasará a los libros de textos del cómo no hay que hacer las cosas en política.

A estas alturas, de nada vale enumerar y sacar argumentos que pudiendo ser ciertos algunos, ya no convencen a nadie. Que otros tienen más deuda que nosotros, desde luego. Que las agencias nos tienen manía, por supuesto. Que nos tienen envidia por lo bien que íbamos, pues vale, es posible. Que el PP no es patriota, pues también. Saquemos argumentos, uno y mil argumentos, aparte de no solucionar nada, pasaremos también a la historia como unos llorones lastimeros.

Cada cual juega su papel. Los mercados, es decir, quiénes nos han prestado dinero a todos; Estado, particulares, empresas, administraciones diversas quieren cobrar, y tienen miedo, debemos, esto hay que dejarlo muy claro, un paston. La deuda global española es el 400% de nuestro PIB, o lo que es lo mismo, cuatro billones de euros. ¿Quién nos metió en esto?

Nos metimos nosotros solitos y nos metió, el primero, Aznar, con él se inició una burbuja irresponsable y continúo en la misma medida Zapatero y era porque las cosas iban bien cuando los datos y las alarmas eran ya constantes sobre la burbuja inmobiliaria y nuestra deuda.

Juegan también su papel los diversos estados que tratan de proteger a sus bancos que fueron los que nos prestaron su dinero. Juega su papel también la UE que teme que su principal seña de identidad, no hay otra, el euro, se vaya al carajo, porque nuestra economía es el 9% de la economía europea y si esto se va, en el resto de Europa lo van a pasar mal, muy mal.

La oposición, toda, de un modo mas o menos responsable, todos tienden a crecer a costa del indigente que está resultando ser el Partido Socialista. Pero eso es también normal, no vale escandalizarse por ello aunque la desvergüenza del PP le haga pasar a los anales.

Ni es político, ni es responsable, y me van ustedes a permitir echar mano de un recurso empleado desde siempre y que la tendencia al lenguaje no sexista y políticamente correcto ha arrumbado al baúl de los recuerdos, pero es que uno está ya un poco harto de que se mezcle el culo con las témporas. Si, no es de hombres. Extendiendo el concepto hombre al de ser humano, que acepta el peso que el destino, las circunstancias y las incompetencias propias le han producido en su devenir. Esta clase política y sobre toda la socialista, porque es intrínseca a su pensamiento, precisa un baño de estoicismo. La aceptación serena y responsable de los golpes de la vida y la enseñanza que ha de derivarse de éllo es algo no practicado por los políticos que siempre tienden a reconocer, en todo, la culpa ajena y nunca la propia. No es hora de llorar si no de todo lo contrario actuar.

La experiencia nos ha mostrado, a estas alturas es más que evidente, que los errores del gobierno han agrandado la profundidad de la crisis. También la experiencia diaria nos viene dando pruebas sobre la confianza que el gobierno merece a mercados (los dueños del dinero que nos han prestado) y a los ciudadanos por un igual. Todo es muy precario, mantener la confianza ante el pueblo y ante los que te prestan el dinero es vital para salir de la crisis.

Es palmario que en la actualidad no puede atenderse a una convocatoria electoral y que tampoco podemos permitirnos en plena crisis que el presidente dimita, no porque lo haya pedido el Partido Popular, si no porque ese sería un acto inútil que no nos sacaría de la crisis.

Ofrecer una mayor credibilidad a los mercados, razón primera y prioritaria en estos momentos en el que debemos de recurrir a emisión de deuda nueva para pagar una deuda anterior - veintiséis mil millones de euros en el mes de Julio – es fundamental, porque si no lo hacemos, nos condenaremos nosotros y nuestros descendientes.

Segunda cuestión, la confianza. Restaurar la credibilidad de la ciudadanía, los que votaron al Partido Socialista y los que lo hicieron en otro sentido. A ambos, porque si no hay confianza no es posible salir del pozo y a los primeros en concreto, para que puedan seguir confiando en el futuro en la izquierda en general y en la izquierda que encarna el Partido socialista.

Sobre Zapatero no puede seguir gravitando en exclusividad, tal como el lo quiere y lo ha fomentado, la dirección política y económica de este país. Zapatero preside el gobierno, pero solo eso y nada mas que eso, no se puede abrir una brecha institucional que tendría considerables riesgos. Ofrecer garantías tanto a unos como a otros exige una reforma del gobierno en profundidad y una crisis ministerial que ha de ser llevada a cabo por el partido. No para poner a los que quiera Zapatero, de la Vega o Blanco. Un gobierno al que se incorporen significados dirigentes socialistas e independientes, gente con solvencia, con conocimiento y con vicepresidentes que no estén sujetos a la volubilidad de Rodríguez Zapatero todo ello soportado en el grupo parlamentario socialista y otras fuerzas que apoyen. No se trata, ahora, de que sean de la derecha o de la izquierda del PSOE, se trata de que ofrezcan credibilidad. Zapatero fue desde siempre un outsider y que no se diga de que la ideología tiene algo que ver, ahí esta Lula y otros, es un outsider precisamente por su carácter, su nivel de competencia, su modo de ejercer el poder y el carácter errático de sus políticas.

En el pasado, las grandes decisiones en el PSOE fueron impulsadas por unas federaciones que tomaron la iniciativa en los graves momentos, si no institucionales, si en el partido. Allí respondieron las federaciones de Andalucía, Madrid, Euskadi. Las mayorías socialistas en las comunidades autónomas tienen la palabra. Hay cauces, el más importante es el Comité Federal y el consejo territorial del PSOE a partir de ahí, se debe persuadir a Zapatero para que de esos pasos hacia un gobierno consistente, de auténtico peso, y no una simple correa de transmisión de los deseos de José Luís Rodriguez Zapatero.

Luego habrá que arreglar el partido, pero eso será mas tarde, hay tareas más urgentes que no pueden esperar.

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