viernes, 2 de julio de 2010

Atender a lo prioritario II. El otro problema es la productividad




Hace unos días escribía sobre el crédito, recordaba que se nos hace pagar a trabajadores, parados y pensionistas, entre otros, la salida de la crisis, cuando el problema es esencialmente, de carácter financiero privado. Son las deudas, no tanto del estado, de los estados, como del sector privado y de los bancos que fueron los que se empeñaron hasta las cejas.

Antes de la reunión del G-20 había dos posiciones bien definidas. La defendida por Estados Unidos, paradojas de la vida, que consideraba que lo sustancial no era el déficit y seguía defendiendo los estímulos fiscales neokeynesianismo puro. La segunda, aquí se consuma la paradoja, la defendida por la UE con Alemania que ejerce como motor de la idea del recorte del déficit y la estabilidad presupuestaria, política esta mas propia del capitalismo sajón que del renano que ha sido hasta ahora lo habitual, cuando hablamos de la derecha en Europa.

Comentaba en aquella entrada que en realidad los recortes sociales y la reforma laboral nada añade como solución pronta al problema, de hecho no resuelve el problema de fondo porque como hemos dicho ya, es financiero; Es la falta de crédito la que provoca la caída empresarial y el desempleo. La reforma laboral es de carácter preventivo en la medida que se quiere aplicar a los nuevos contratos por lo tanto, habrá que esperar a que se produzcan estos contratos cosa harto difícil con unas previsiones de crecimiento para el 2010 y el 2011 muy por debajo de las tasas creadoras de empleo abstracción hecha de los movimientos puramente estacionales.

La reforma laboral, la presentada o la que el parlamento pueda aprobar, quiere atajar uno de los más graves problemas que tiene la economía española y que impide la salida de la crisis; Una bajísima productividad en relación con otros países. Se quiere ganar productividad y ser más competitivo mediante una reforma laboral. Es decir, la rebaja del precio final en los mercados se vincula a pérdidas salariales.

COTEC ha denunciado recientemente el modelo productivo español y el tremendo desfase que tenemos con otros países de la UE-15 y con los Estados Unidos en productividad, sociedad del saber o del conocimiento y el I+D+I. El problema español no reside en los salarios ni las condiciones laborales y una aplicación de la reforma tal como hasta ahora se ha presentado no va a redundar en la mejora suficiente de la competitividad de nuestra economía. Reafirmarse en la vía emprendida es volver al pasado y es condenar a este país a seguir por la senda equivocada transitada hasta ahora. Recordemos que en España se trabaja mas horas que en Europa.

La competitividad radica en gran medida en la productividad. No solo es el factor trabajo lo que hay que valorar. Es más, los costes salariales y la flexibilidad es un componente ínfimo de la productividad. España en 2007 tenía una productividad inferior a la de los Estados Unidos en un 25% y en relación con Europa en un 20%.

Si bien es cierto que la productividad del factor trabajo (costes, organización, unidades producidas) creció en España en los últimos años la mitad que en Francia, Alemania y RU. La productividad total de los factores (PTF) en estos países creció seis veces más que en España. Este seis veces más radica en la formación de los trabajadores, el ratio de técnicos, la I+D+I y otros factores que implica inversión, que precisa capital y que reside también en el tamaño y la estructura del sistema empresarial.

Es la innovación, el conocimiento, la I+D+I y la dimensión de la empresa española, demasiadas PYMES ancladas en modos propios del pasado siglo.

No van a resolver el problema de la competitividad española con la reforma laboral, seguiremos así mientras no haya una reconversión en el empresariado español. Ese es el problema y no los trabajadores. Es la atomización de nuestro tejido empresarial incapaz de llevar a cabo fusiones. El empresario español prefiere ser cabeza de ratón que cola de león. Mientras en Alemania las PYMES dan trabajo al 60% de los trabajadores en España se llega al 82%. Mientras en Alemania las PYMES contribuyen al 46% del PIB en España estas lo hacen en un 60%.

El problema de España, aparte de la financiación, es la estructura empresarial, es la poca validez, en términos generales, de nuestro empresariado.

Y si eso es así, si los organismos especializados señalan este aspecto como capital y definitorio, si la UE mediante Eurostat asi lo evidencia ¿Porqué se nos señala, a los trabajadores, pensionistas y parados como el problema de nuestro país y además somos los destinatarios exclusivos de unas medidas de saneamiento? Este país, los organismos, los empresarios y los técnicos y el propio gobierno socialista ven la competitividad de España en la creciente pauperización de los trabajadores y de las clases populares. Es la única vía que contemplan y ante eso solo cabe una respuesta.

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