miércoles, 16 de junio de 2010

Enciso, un ejemplo muy español



Qué tipo de país es este, qué tipo de legisladores tenemos, cuál es la catadura moral de tantos hombres públicos y de tantos guardianes de nuestras normas.

Un país en la que la ilusión y ganas de progreso de tantos se entrelaza con una especie, cada vez más abundante, de sinvergüenzas, inmorales y vendedores de la res pública. Mientras se nos entontece con mil y una distracciones los de siempre tienen claro para que han venido al mundo.

Este fulano ha salido hoy de una prisión en la que ha pasado ocho meses tras haber pagado una fianza de 300.000 euros. Tras el pago de la cautela y su salida de la cárcel, este tipo se ha encaminado hacia su ayuntamiento y no para recoger en una caja las pertenencias que tuvo que dejar allí cuando fue detenido por la policía, vuelve para nuevamente sentarse en el despacho de la alcaldía. La jueza, una vez pagada la fianza no le ha inhabilitado, aunque al parecer, lo ha intentado; En la aplicación de la ley no hay motivos para que siga en prisión, y tampoco lo hay para que sea suspendido en el cargo público. La ley no había previsto que en caso de malversación, el imputado quede en suspenso hasta que salga la sentencia. El clamor contra la labor de los legisladores es tan fuerte como el sonido de las vuvuzelas del mundial. Por lo visto, sus señorías tienen mucho trabajo, los de ahora y los de antes, trabajo o algo peor, es posible que tengamos legisladores cuya única acción sea la de mover el dedo con el que pulsa el botón que le mande el primer o segundo secretario de su grupo.

Nos quejamos amargamente de que no se nos toma en serio fuera de nuestras fronteras. Los victimistas agitan el fantasma de la leyenda negra y la persecución de nuestros enemigos europeos. Nos tienen envidia dicen.

Sinceramente como queremos que nos vean y como podemos evitar que algunos se alarmen y ejerzan una tutela o algo peor sobre nosotros. Llevamos unos años, bastantes, en los que no damos pie con bola. Desde el mayúsculo escándalo de la vivienda en España, el haber cubierto de cemento las costas, los sonoros casos de corrupción, la impunidad de la obra franquista y los casos de corruptos jaleados por sus seguidores nuestro ejemplo en Europa es de muy sencilla catalogación. No es imputable a los que ahora mandan, hace ya muchos años de esto, viene de muy atrás, al menos, desde principio de los noventa.

No se a que puede deberse esto. Esa técnica en política consistente en el amagar y no dar o lo que es lo mismo, quiero que vean que hago algo, pero solo es un espejismo, en realidad nada quiero hacer ya que no puedo correr el riesgo de molestar a los otros.

La muestra mas clara la tenemos en la Ley de Memoria Histórica. Eso de poner una vela a Dios y otra al Diablo hace que cuando hay que aplicar las leyes y en un entorno complicado, encima con unos jueces que ya de por si se las traen, se compliquen aún más las cosas.

Ya tenemos al alcalde de El Ejido fuera de la prisión, ya lo tenemos sentado en su despacho, ahora solo tiene que esperar el juicio, con un poco de suerte puede durar en celebrarse tanto como el de Fabra. Incluso, puede que le toque ser juzgado por un jurado popular en el mismo El Ejido y que lo sea en una sala sumamente nutrida de seguidores.

Apuntemos, no olvidemos que el partido de este tipo, Enciso, pactó con el PSOE de Almería para que este último tuviese la diputación provincial. El PSOE pactó con un partido que linda con aspectos xenófobos y corrupto para conseguir una diputación y desplazar de la misma al Partido Popular y solo rompió el pacto cuando Enciso hizo su entrada en prisión. Ejemplar, sumamente ejemplar.

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