lunes, 18 de mayo de 2009

Cuaderno de Bitácora


Sobre el modelo productivo

Parece ser que la panacea a nuestros problemas consiste ahora en el cambio del modelo productivo. Se trataría de hacer menos dependiente a nuestra economía del sector de la construcción y avanzar en un modelo que tenga en la I+D+I, las energías alternativas y en la economía del conocimiento sus puntales, pero esto no es fácil, el tiempo que ha de transcurrir hasta que se empiecen a ver sus frutos es largo, muy largo.


Bien, este nuevo modelo productivo va a requerir esfuerzos compartidos y actuaciones en diversos frentes. Compartidos por que gracias a la especial configuración de nuestro estado, no es algo que puede acometer el gobierno de la nación por si solo sino que va ser preciso el concurso, amén de los centros educativos y empresas, el de los gobiernos de las comunidades autónomas y el de las empresas.

Dos son las plataformas sobre las que se han de erigir este edificio: Una es el esfuerzo financiero que han de realizar poderes públicos y empresas. Otra, el dotarse de un modelo educativo que haga posible el avance en esta dimensión. En ambos casos nos encontramos muy lejos de poder llegar al cambio en corto término. Se hace preciso por lo tanto que transcurran varios años, no menos de diez, hasta que sea visible la meta.

Veamos. Han sido muchos los años de una casi nula inversión en ciencia y tecnología aunque los últimos se viene dedicando más recursos a la I+D+I. Tras años de gran atonía la I+D+I tiene un fuerte despegue a partir del primer gobierno de Zapatero que del 0,70% del PIB en 1995 se ha pasado al 1,27% en 2007, lejos aún del 1,785 de media de la UE y del 2,25% de la OCDE. Las previsiones contenidas en el Plan de Ciencia y Tecnología hablaban de un 3% del PIB a dedicar a término del Plan previsto para el año 2010. Es más, en la presentación que Zapatero hizo de medidas para combatir la crisis en el último debate del Estado de la Nación se ha propuesto un recorte de 1.000 millones euros como medida de ahorro económico que se hacía descansar en su mayor parte en la partida de Ciencia y tecnología

Si contemplamos el porcentaje de población ocupada en actividades de I+D+I tenemos el 9,7% de la población ocupada mientras que hay el 10,5% de la media europea.

El gasto de investigación “per cápita” era en España en año 2005 de 122 dólares, mientras que en Alemania es de 227,4 , en Italia es de 219,4 , en Francia de 199
y en el Reino Unido de 194,9.

El número de empresas innovadoras desde 2002 hasta 2005 ha crecido pasando a ser desde el primer año un 20,64 del total al 25,33 (32.399 y 49.415 respectivamente), no confundir con empresas que realizan I+D exclusivamente que significan el 2,96% y el 5,74.

El número de investigadores tomando como referencia el año 2001 y el 2006 ha crecido desde 80.000 investigadores en el primer año a 116.000 en el 2006.

Sin embargo, el dato más elocuente, el que hace referencia a las solicitudes de patentes europeas y aunque ha tenido crecimiento quedamos aún lejísimo de otros países; España solicitó en 2006, 1.100 patentes frente a las 25.000 alemanas, las 8.000 francesas, las 2.600 de Suecia y las 1.800 de Bégica. Elocuente porque este es el resultado práctico de la investigación.

Tenemos que la maquinaria productiva española viene mejorando porque son un gran número las empresas que ha incorporado la innovación a sus procesos y por lo tanto son empresas que se vienen modernizando y con ello mejorando su productividad, pero en lo referente a la I+D en sentido estricto aunque hemos avanzado pero quedamos aún muy lejos de nuestro entorno.

He considerado que era necesario dar estos datos a pesar de lo que pueda embarullar este informe porque no solo basta desear cambiar de modelo de crecimiento sino que es necesario poner en juego una multiplicidad de factores que no todos radican en la voluntad del gobierno. En suma, cambiar de modelo productivo significa la conjunción de un gran número de esfuerzos en administraciones, públicas, universidades, empresas e investigadores. No basta el decidirlo desde un atril, desde un atril se puede cambiar las orientaciones del gasto y otorgar los créditos necesarios pero poco más.

El reto sigue siendo como dar una salida honorable y productiva a 4,5 millones de ciudadanos que en estos momentos supone la quiebra fundamental, teniendo en cuenta que el modelo productivo no se cambia de la noche a la mañana y que no todos pueden incorporarse a ese nuevo modelo anunciado. Esa es la tarea pendiente y acuciante.



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