viernes, 9 de abril de 2010

Garzón, el incontrolado





Hay todo un clamor nacional e internacional sobre la situación en la que se está viendo envuelto el juez Garzón. Hay una cacería en toda regla, uno se la imagina con aquella maravillosa película de Carlos Saura (La Caza, 1965) , algunos nos hemos enterado después que esta actividad o deporte tiene muchos, pero que muchísimos seguidores en la intocable profesión judicial.

Garzón es aparte de pieza en esta cacería, un consumado cazador como se vio en aquel desgraciado incidente con el ministro y ex-juez Bermejo en la jornada cinegética de los campos de Jaén.

En la película, tres cazadores cargados de problemas, ansiedades y contradicciones dan rienda suelta a sus instintos depredadores en un paraje que a su vez había sido lugar de batalla durante nuestra guerra civil en la que uno de ellos había combatido. En la película rodada en blanco y negro (1965) se alcanza para cada uno de ellos ese supremo delirio del cazador; Cazar al animal más inteligente. Toda la película es un retrato psicológico del franquismo, la caza ejercida por los vencedores. Tres objetivos y tres cazadores, el festín esta servido. Que lástima de tiempo pasado, recomendaría a los jóvenes que leen este blog y que seguramente no tienen algunos ni idea de la existencia de esa película, que vayan por ella y la vean.

Hoy, a Garzón, le toca correr, son sus compañeros de profesión y algunos colegas de afición los que persiguen sus evoluciones, escudriñan sus argumentos y acotan sus líneas de fuga para que no se escape de sus puntos de mira.

¿Cuál es el sino del juez Garzón? A este juez se le suele atribuir un carácter un tanto especial, se resalta su protagonismo, vedetismo en algunos casos, el hacer de cada uno de sus casos un espectáculo mediático, pero como oí a un comentarista por televisión, esas características constantemente mencionadas cuando se habla de Garzón no son delito. A Garzón solo se le puede suspender si comete delito. ¿Lo cometió? No lo se. No tengo ni repajolera idea del código penal y mucho menos, sobre el derecho procesal.

La realidad es que hay un banquillo en el cual puede sentarse alguien que para los demócratas españoles, pobrecitos de nosotros que no tenemos idea de estos asuntos, era de lo mejor que vestía toga en este país. No hablemos de como ven este caso fuera de nuestras fronteras, el escándalo es de aupa.

Se habla, se comenta, que esto es toda una operación impulsada por el Partido Popular con el ánimo de cargarse al juez que inició, tan solo inició las investigaciones sobre el caso Gürtel. Bueno, no voy a ser yo el que diga que esto no sea cierto, pero desde luego no lo es todo.

Garzón es una buena pieza de caza y suscita el interés de otros muchos cazadores en esa batida. Le ha hecho daño al Partido Popular, pero en el pasado, y no tan pasado, podría, digo tan solo podría, decirse que Garzón ha prestado considerables servicios al PP; Su dimisión como Comisionado de la Droga después de pegar un portazo, la persecución de toda la estructura del Ministerio del Interior de Belloch con la investigación de los GAL y con un Felipe González instalado ya en esa época en esa fase en la que caen todos los presidentes,. Aún más, ha sido Garzón el que en contra de la opinión de los socialistas persiguió hasta sus límites últimos a todo el entorno de ETA, muy en línea con lo que, en esa época, demandaba el Partido Popular.

De entonces el recuerdo de Garzón es amargo para quienes vivieron aquel tiempo. No solo los dirigentes socialistas de aquella época también estaban Belloch, Margarita Robles, Mª Teresa Fdez de la Vega y como no, un extraordinario colaborador y gran amigo del ministro al que este le encargó la redacción de la Ley del Jurado promovida por el gobierno socialista: el juez Varela.

Todos los anteriores pertenecen al sector mas progresista de la judicatura; Jueces para la Democracia. Varela es un sonoro galleguista, casi nacionalista gallego y fue uno de los fundadores de Jueces para la Democracia. Así que de facha, opusdeísta y franquista nada de nada. Como la mayoría de los jueces a lo más que puede llegar en la izquierda es a ser un centrista y por ahí anda. Varela, al igual que Margarita Robles y Carlos Dívar, han sido propuestos por el PSOE. El primero, con la oposición del Partido Popular.

¿Qué es lo que nos queda de todo este maremagnum que desafía la lógica y nuestra inteligencia? La cuestión no es expresar nuestra disconformidad con la persecución de la que está siendo objeto el juez, puedo concluir que en esa estamos la mayoría de los progresistas de este país. La cuestión radica en saber porqué y quiénes persiguen a Garzón, no caigamos en la ingenuidad de que los falangistas, ese residuo de la negra historia de este país son los culpables. Nada de eso, son el brazo tonto que ayuda a conseguir un objetivo, son uno más en el sumatorio de causas contra Garzón.

Garzón es un outsider, está fuera de todo control, es un espíritu independiente, casi soberbio y eso, eso no lo perdona quienes tienen las riendas del cotarro institucional. Esos son los que están marcando el paso y haciéndonoslo marcar al resto del país. Garzón tenía, tiene mucha responsabilidad pero es un eslabón que se sale de la cadena. Volvemos a ese mito de la caverna de Platón otras veces mencionado en este blog. No es cierto. No es cierto que haya elecciones libres, que se puedan cambiar las cosas, que puedan existir espíritus libres, aunque sean soberbios, vivimos una ficción y nosotros los progresistas somos los mayores incautos porque creemos que el cambio puede ser posible de la mano de quienes dicen que nos van a llevar a el.

Garzón ha osado entrar en un terreno prohibido un terreno cargado de minas, haber dejado a Garzón proseguir, dejar a Garzón sin castigo en su osadía de poner en tela de juicio el marco “sagrado” de la transición era demasiado peligroso. Se ha analizado, se ha visto los peligros, y se ha actuado en consecuencia. Si, todavía aunque no lo notemos, tenemos el dogal al cuello y los posibilistas de izquierda que ahora nos gobiernan, también saben cuales son los límites. Que los digan, lo peor de todo es vivir en el engaño.

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