Cuaderno de Bitácora. Segunda de Marzo
Recientemente FUNCAS (Fundación de las Cajas de Ahorros) ha publicado su informe sobre la coyuntura económica de las comunidades autónomas y el conjunto de previsiones para la administraciones regionales en el año 2009.
El informe no hace otra cosa que ratificar la situación alarmante de la economía española, la misma que Krügman ha definido como terrorífica.
Lo que más debe preocuparnos en cuanto castellanoleoneses es la situación relativa en la que nos encontramos dentro del conjunto del Estado.
El paro sigue siendo el indicador que menos nos favorece. Siendo menor que el de otras comunidades autónomas permanece en cambio como la mas alta entre las comunidades gobernadas por el Partido Popular. Se prevé que sobrepase con mucho el 19% de la población activa. Mientras, las afiliaciones a la seguridad Social ha mantenido muy leves variaciones en agricultura, una reducción del 3% en la industria y alcanza el 14% de decremento en la construcción.
Llegado a este punto habría que señalar algunas cuestiones que de ser seguidas podrían resolver y minimizar algo estos datos si se llevara una política adecuada por parte del gobierno de Castilla y León.
La principal de todas es incidir en la capacidad de financiación de Castilla y León. El gobierno de la comunidad mantiene una presión fiscal por debajo de otras comunidades autónomas con lo cual la capacidad de financiar proyectos es bastante reducida.
Su nivel de endeudamiento es un 2,6%, la mas baja de todas las comunidades autónomas y en nada comparable a otras. La media se sitúa en torno al 6%.
La consecuencia mas directa es la falta de inversión productiva, sobre todo en infraestructuras que son a su vez las netamente generadoras de empleo. Añadamos a esta situación la restricción del crédito concedido por los bancos y las cajas en Castilla y León que en términos porcentuales ha sido mayor que en otras comunidades autónomas.
La Junta de Castilla y León debería modificar su filosofía presupuestaria y confeccionar presupuestos expansivos que han de financiar mediante una presión fiscal adecuada y el endeudamiento. Esa debería ser la constante petición de la izquierda tanto sindical como política y eso no se oye.
Este tipo de economía expansiva ha de conciliarse con la reducción en gastos corrientes y en la política de personal, ambos conceptos son compatibles. El mantenimiento de los costes de personal en crecimientos razonables (IPC) implicará un esfuerzo del que deben de ser partícipes los sindicatos.
¿Qué pueden poner los sindicatos encima de la mesa? Desde luego no han de conformarse única y exclusivamente con pactar políticas de rentas para parados y sectores desprotegidos por período de seis meses. Ese no es el camino a seguir. Eso es pan para hoy y hambre para mañana.
Los sindicatos deben abordar negociaciones con la Junta de Castilla y León que incidan sobre el presupuesto de la comunidad autónoma. Si no hacen eso estarán, en cambio, haciendo el caldo gordo a la política conservadora de los empresarios, del Partido Popular y de paso mareando la perdiz ante la ciudadanía y los trabajadores.
Recorte de la inversión en Endesa
Los últimos veranos hemos asistido a un fuerte debate sobre el estado de las infraestructuras eléctricas en España. Las puntas de demanda eléctrica en las zonas veraniegas originadas por los sistemas de refrigeración dejaban ver a las claras que tras los procesos de privatización y el capitalismo depredador de estos últimos años, maximización de beneficios, le llamaban sus autores, el servicio público quedaba fuertemente deteriorado.
El sentir común y algunas administraciones autonómicas demandaban una solución a los continuos cortes de electricidad y la mayoría de los observadores hacían hincapié en la falta de inversión y de la renovación de las redes como causa principal del caos en el servicio, que se producía, sobre todo, en el litoral mediterráneo y el sur de España.
El principal suministrador en esta área es ENDESA empresa controlada en la actualidad por una empresa pública italiana ENEL.
ENDESA fruto del deseo de la alemana E-ON, manzana de la discordia entre el PP y el PSOE sobre quién debía ser el comprador, pasó al final de las manos de la privada alemana a la pública italiana.
Ahora hemos asistido con estupor a que el nuevo consejo de administración de ENDESA (mayoritariamente italiano) ha decidido reducir las inversiones de la eléctrica para el próximo cuatrienio en un 60%.
Sin duda asistiremos en los próximos veranos, si la crisis nos permite pasar calor, como se volverán a los cortes en el suministro eléctrico.
Madoff ha ido a la cárcel por estafa, lástima que la estupidez y la negligencia contumaz en el servicio público no tenga ningún tipo de penalización.
Qué ´tipo de penalización habría que aplicar a los empresarios y los políticos (PSOE y PP) que han liquidado y vendido del modo más innoble al exterior empresas del sector financiero, eléctrico, energético y de las telecomunicaciones de este país, empresas y servicios que habría que considerar como estratégicas.
Madoff
Desde la izquierda europea siempre hemos cuestionado a los Estados Unidos. No hemos entendido y ellos no se han esforzado en explicar determinadas variantes de su tradición política como el intervencionismo exterior, su beligerancia extrema frente a la izquierda propia y ajena, la defensa del capitalismo en sus distintas acepciones y el fomento del individualismo más exacerbado frente a lo colectivo y el interés común.
Sin embargo hay una serie de cuestiones altamente ejemplificantes de su política doméstica: El que la hace la paga. Esta máxima es llevada en los Estados Unidos siempre a su máxima expresión, sea presidente de la república, alto cargo o financiero.
Es más que probable que podamos a asistir en breve al paso de cargos y personas influyentes de la administración Bush y financieros de prestigio por los tribunales y no será extraño ver como algunos darán con sus huesos en la cárcel.
Imágenes como las de un Madoff esposado camino del tribunal reconforta, no por un sentimiento de venganza sino por ser expresión clara de una justicia que se quiere verdaderamente ciega y no sujeta a los poderosos.
Leer más...
Recientemente FUNCAS (Fundación de las Cajas de Ahorros) ha publicado su informe sobre la coyuntura económica de las comunidades autónomas y el conjunto de previsiones para la administraciones regionales en el año 2009.
El informe no hace otra cosa que ratificar la situación alarmante de la economía española, la misma que Krügman ha definido como terrorífica.
Lo que más debe preocuparnos en cuanto castellanoleoneses es la situación relativa en la que nos encontramos dentro del conjunto del Estado.
El paro sigue siendo el indicador que menos nos favorece. Siendo menor que el de otras comunidades autónomas permanece en cambio como la mas alta entre las comunidades gobernadas por el Partido Popular. Se prevé que sobrepase con mucho el 19% de la población activa. Mientras, las afiliaciones a la seguridad Social ha mantenido muy leves variaciones en agricultura, una reducción del 3% en la industria y alcanza el 14% de decremento en la construcción.
Llegado a este punto habría que señalar algunas cuestiones que de ser seguidas podrían resolver y minimizar algo estos datos si se llevara una política adecuada por parte del gobierno de Castilla y León.
La principal de todas es incidir en la capacidad de financiación de Castilla y León. El gobierno de la comunidad mantiene una presión fiscal por debajo de otras comunidades autónomas con lo cual la capacidad de financiar proyectos es bastante reducida.
Su nivel de endeudamiento es un 2,6%, la mas baja de todas las comunidades autónomas y en nada comparable a otras. La media se sitúa en torno al 6%.
La consecuencia mas directa es la falta de inversión productiva, sobre todo en infraestructuras que son a su vez las netamente generadoras de empleo. Añadamos a esta situación la restricción del crédito concedido por los bancos y las cajas en Castilla y León que en términos porcentuales ha sido mayor que en otras comunidades autónomas.
La Junta de Castilla y León debería modificar su filosofía presupuestaria y confeccionar presupuestos expansivos que han de financiar mediante una presión fiscal adecuada y el endeudamiento. Esa debería ser la constante petición de la izquierda tanto sindical como política y eso no se oye.
Este tipo de economía expansiva ha de conciliarse con la reducción en gastos corrientes y en la política de personal, ambos conceptos son compatibles. El mantenimiento de los costes de personal en crecimientos razonables (IPC) implicará un esfuerzo del que deben de ser partícipes los sindicatos.
¿Qué pueden poner los sindicatos encima de la mesa? Desde luego no han de conformarse única y exclusivamente con pactar políticas de rentas para parados y sectores desprotegidos por período de seis meses. Ese no es el camino a seguir. Eso es pan para hoy y hambre para mañana.
Los sindicatos deben abordar negociaciones con la Junta de Castilla y León que incidan sobre el presupuesto de la comunidad autónoma. Si no hacen eso estarán, en cambio, haciendo el caldo gordo a la política conservadora de los empresarios, del Partido Popular y de paso mareando la perdiz ante la ciudadanía y los trabajadores.
Recorte de la inversión en Endesa
Los últimos veranos hemos asistido a un fuerte debate sobre el estado de las infraestructuras eléctricas en España. Las puntas de demanda eléctrica en las zonas veraniegas originadas por los sistemas de refrigeración dejaban ver a las claras que tras los procesos de privatización y el capitalismo depredador de estos últimos años, maximización de beneficios, le llamaban sus autores, el servicio público quedaba fuertemente deteriorado.
El sentir común y algunas administraciones autonómicas demandaban una solución a los continuos cortes de electricidad y la mayoría de los observadores hacían hincapié en la falta de inversión y de la renovación de las redes como causa principal del caos en el servicio, que se producía, sobre todo, en el litoral mediterráneo y el sur de España.
El principal suministrador en esta área es ENDESA empresa controlada en la actualidad por una empresa pública italiana ENEL.
ENDESA fruto del deseo de la alemana E-ON, manzana de la discordia entre el PP y el PSOE sobre quién debía ser el comprador, pasó al final de las manos de la privada alemana a la pública italiana.
Ahora hemos asistido con estupor a que el nuevo consejo de administración de ENDESA (mayoritariamente italiano) ha decidido reducir las inversiones de la eléctrica para el próximo cuatrienio en un 60%.
Sin duda asistiremos en los próximos veranos, si la crisis nos permite pasar calor, como se volverán a los cortes en el suministro eléctrico.
Madoff ha ido a la cárcel por estafa, lástima que la estupidez y la negligencia contumaz en el servicio público no tenga ningún tipo de penalización.
Qué ´tipo de penalización habría que aplicar a los empresarios y los políticos (PSOE y PP) que han liquidado y vendido del modo más innoble al exterior empresas del sector financiero, eléctrico, energético y de las telecomunicaciones de este país, empresas y servicios que habría que considerar como estratégicas.
Madoff
Desde la izquierda europea siempre hemos cuestionado a los Estados Unidos. No hemos entendido y ellos no se han esforzado en explicar determinadas variantes de su tradición política como el intervencionismo exterior, su beligerancia extrema frente a la izquierda propia y ajena, la defensa del capitalismo en sus distintas acepciones y el fomento del individualismo más exacerbado frente a lo colectivo y el interés común.
Sin embargo hay una serie de cuestiones altamente ejemplificantes de su política doméstica: El que la hace la paga. Esta máxima es llevada en los Estados Unidos siempre a su máxima expresión, sea presidente de la república, alto cargo o financiero.
Es más que probable que podamos a asistir en breve al paso de cargos y personas influyentes de la administración Bush y financieros de prestigio por los tribunales y no será extraño ver como algunos darán con sus huesos en la cárcel.
Imágenes como las de un Madoff esposado camino del tribunal reconforta, no por un sentimiento de venganza sino por ser expresión clara de una justicia que se quiere verdaderamente ciega y no sujeta a los poderosos.