martes, 17 de marzo de 2009

La crisis en Castilla y León. La necesidad de ir al grano

Cuaderno de Bitácora. Segunda de Marzo


Recientemente FUNCAS (Fundación de las Cajas de Ahorros) ha publicado su informe sobre la coyuntura económica de las comunidades autónomas y el conjunto de previsiones para la administraciones regionales en el año 2009.

El informe no hace otra cosa que ratificar la situación alarmante de la economía española, la misma que Krügman ha definido como terrorífica.

Lo que más debe preocuparnos en cuanto castellanoleoneses es la situación relativa en la que nos encontramos dentro del conjunto del Estado.


El paro sigue siendo el indicador que menos nos favorece. Siendo menor que el de otras comunidades autónomas permanece en cambio como la mas alta entre las comunidades gobernadas por el Partido Popular. Se prevé que sobrepase con mucho el 19% de la población activa. Mientras, las afiliaciones a la seguridad Social ha mantenido muy leves variaciones en agricultura, una reducción del 3% en la industria y alcanza el 14% de decremento en la construcción.

Llegado a este punto habría que señalar algunas cuestiones que de ser seguidas podrían resolver y minimizar algo estos datos si se llevara una política adecuada por parte del gobierno de Castilla y León.

La principal de todas es incidir en la capacidad de financiación de Castilla y León. El gobierno de la comunidad mantiene una presión fiscal por debajo de otras comunidades autónomas con lo cual la capacidad de financiar proyectos es bastante reducida.

Su nivel de endeudamiento es un 2,6%, la mas baja de todas las comunidades autónomas y en nada comparable a otras. La media se sitúa en torno al 6%.

La consecuencia mas directa es la falta de inversión productiva, sobre todo en infraestructuras que son a su vez las netamente generadoras de empleo. Añadamos a esta situación la restricción del crédito concedido por los bancos y las cajas en Castilla y León que en términos porcentuales ha sido mayor que en otras comunidades autónomas.

La Junta de Castilla y León debería modificar su filosofía presupuestaria y confeccionar presupuestos expansivos que han de financiar mediante una presión fiscal adecuada y el endeudamiento. Esa debería ser la constante petición de la izquierda tanto sindical como política y eso no se oye.

Este tipo de economía expansiva ha de conciliarse con la reducción en gastos corrientes y en la política de personal, ambos conceptos son compatibles. El mantenimiento de los costes de personal en crecimientos razonables (IPC) implicará un esfuerzo del que deben de ser partícipes los sindicatos.

¿Qué pueden poner los sindicatos encima de la mesa? Desde luego no han de conformarse única y exclusivamente con pactar políticas de rentas para parados y sectores desprotegidos por período de seis meses. Ese no es el camino a seguir. Eso es pan para hoy y hambre para mañana.

Los sindicatos deben abordar negociaciones con la Junta de Castilla y León que incidan sobre el presupuesto de la comunidad autónoma. Si no hacen eso estarán, en cambio, haciendo el caldo gordo a la política conservadora de los empresarios, del Partido Popular y de paso mareando la perdiz ante la ciudadanía y los trabajadores.




Recorte de la inversión en Endesa





Los últimos veranos hemos asistido a un fuerte debate sobre el estado de las infraestructuras eléctricas en España. Las puntas de demanda eléctrica en las zonas veraniegas originadas por los sistemas de refrigeración dejaban ver a las claras que tras los procesos de privatización y el capitalismo depredador de estos últimos años, maximización de beneficios, le llamaban sus autores, el servicio público quedaba fuertemente deteriorado.

El sentir común y algunas administraciones autonómicas demandaban una solución a los continuos cortes de electricidad y la mayoría de los observadores hacían hincapié en la falta de inversión y de la renovación de las redes como causa principal del caos en el servicio, que se producía, sobre todo, en el litoral mediterráneo y el sur de España.

El principal suministrador en esta área es ENDESA empresa controlada en la actualidad por una empresa pública italiana ENEL.

ENDESA fruto del deseo de la alemana E-ON, manzana de la discordia entre el PP y el PSOE sobre quién debía ser el comprador, pasó al final de las manos de la privada alemana a la pública italiana.

Ahora hemos asistido con estupor a que el nuevo consejo de administración de ENDESA (mayoritariamente italiano) ha decidido reducir las inversiones de la eléctrica para el próximo cuatrienio en un 60%.

Sin duda asistiremos en los próximos veranos, si la crisis nos permite pasar calor, como se volverán a los cortes en el suministro eléctrico.

Madoff ha ido a la cárcel por estafa, lástima que la estupidez y la negligencia contumaz en el servicio público no tenga ningún tipo de penalización.

Qué ´tipo de penalización habría que aplicar a los empresarios y los políticos (PSOE y PP) que han liquidado y vendido del modo más innoble al exterior empresas del sector financiero, eléctrico, energético y de las telecomunicaciones de este país, empresas y servicios que habría que considerar como estratégicas.






Madoff



Desde la izquierda europea siempre hemos cuestionado a los Estados Unidos. No hemos entendido y ellos no se han esforzado en explicar determinadas variantes de su tradición política como el intervencionismo exterior, su beligerancia extrema frente a la izquierda propia y ajena, la defensa del capitalismo en sus distintas acepciones y el fomento del individualismo más exacerbado frente a lo colectivo y el interés común.

Sin embargo hay una serie de cuestiones altamente ejemplificantes de su política doméstica: El que la hace la paga. Esta máxima es llevada en los Estados Unidos siempre a su máxima expresión, sea presidente de la república, alto cargo o financiero.

Es más que probable que podamos a asistir en breve al paso de cargos y personas influyentes de la administración Bush y financieros de prestigio por los tribunales y no será extraño ver como algunos darán con sus huesos en la cárcel.

Imágenes como las de un Madoff esposado camino del tribunal reconforta, no por un sentimiento de venganza sino por ser expresión clara de una justicia que se quiere verdaderamente ciega y no sujeta a los poderosos.

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Euskadi: ¿Socialistas?, ¿Españoles?



El resultado electoral en el País Vasco más que solucionar el problema de la deriva soberanista del PNV comandado por Ibarretxe puede llegar a ser una auténtica patata caliente encima del tejado de los socialistas.

En condiciones normales se habría entendido como lógico al ser el partido más votado el gobierno del PNV , ese esquema ha funcionado hasta muy recientemente en las sucesivas confrontaciones electorales. Habría sido responsabilidad del partido con mayor número de diputados el propiciar acuerdos estables o coyunturales con otras fuerzas políticas.


En las autonómicas catalanas se conformó en coalición postelectoral un bloque de izquierdas que apoyó al PSC-PSOE para la presidencia de la Generalitat. De esta coalición forma parte ERC partido en el que bajo un débil barniz de izquierda predomina su clara vertiente nacionalista. Entonces pesaba más la necesidad de desalojar un gobierno de casi dos décadas de los nacionalistas de CIU. Desde entonces el gobierno de Cataluña viene ejerciendo de una u otra forma una política que en relación con las señas de identidad de Cataluña; lengua, símbolos, cultura, deportes etc. no difiere en gran cosa con lo que en el pasado hizo CIU. ERC se encarga de enarbolar la bandera nacionalista en el seno del gabinete Montilla.

Quedan ante otras instancias como el Tribunal Constitucional y en el marco de negociación con el Gobierno español aspectos no resueltos que suponen de facto un enfrentamiento con el Estado en lo relativo al Estatut y en la financiación de la Comunidad. Cuestiones claves estas que sin duda pondrán a prueba el grado de integración de los socialistas catalanes en el proyecto socialista español.

En Galicia tras cuatro años de gobierno entre socialistas y nacionalistas de “izquierdas” este gobierno de coalición fue desalojado por la mayoría absoluta del Partido Popular. El desgaste sufrido tanto por los socialistas como de los nacionalistas ha sido fundamental en el acceso del Partido Popular al poder.
En consecuencia los acuerdos de gobierno con nacionalistas de izquierda están suponiendo de hecho no pocas tensiones con el Estado, tensiones añadidas a las que tradicionalmente se ha venido produciendo desde el País Vasco.

Solamente en el caso de Cataluña ha transcurrido el suficiente tiempo para que se puedan apreciar cambios en el modo de gobernar y sobre todo en el aire diferente que haya podido entrar en las instituciones autonómicas y renovar de ese modo el aire viciado de tantos años de falta de alternancia política.

En Euskadi con un resultado que no otorga la mayoría al bloque que en esa comunidad venía gobernando hasta ahora. Se abre por fin la posibilidad de la alternancia política de la mano del PSE-PSOE. Ahora bien, dadas las especiales circunstancias de la fragmentación política los socialistas solo pueden llegar al gobierno con el apoyo del PNV, cosa bastante improbable, o con los votos del Partido Popular.
En todo caso el gobierno de la comunidad por parte de los socialistas con el apoyo del Partido Popular nos ofrece un marco de grandes dificultades.

El PP va a poner un precio muy alto al apoyo, los argumentos que más pesan por parte de los populares son los que hacen referencia a la lucha contra el terrorismo y la violencia callejera y por supuesto el refuerzo de las señas de la identidad española; Educación, lengua, cultura, símbolos etc. Todos ellos en franco retroceso en Euskadi por la política nacionalista de los últimos treinta años.

Hay que tener en cuenta que son los elementos identitarios el núcleo central de las políticas nacionalistas con lo que la confrontación está ya servida de seguir milimétricamente las propuestas populares.

Por otro lado el PNV ha amenazado ya con el desgobierno de la comunidad mediante el empleo de su amplia red social, los colectivos afines y el poder en las instituciones que controla; Diputaciones, ayuntamientos, universidades, cámaras, cajas de ahorro etc. con el claro objeto de impedir el retroceso del nacionalismo que se produciría de seguirse la política que los populares demandan para el País Vasco.

En estos momentos no estamos hablando de que el PSE-PSOE fuese el partido más votado y que en buena lógica le correspondiese articular gobierno. Estamos hablando de que el partido más votado es relegado por acuerdos legítimos entre fuerzas políticas en base a un determinado programa de intenciones o gobierno. Con lo que el cabreo mayúsculo está servido.




Se contrapone pues el puro ejercicio democrático de: El que más votos recaba es el que puede gobernar frente a otro que tiene una casi concepción divina del poder. Del mismo modo en que las monarquías absolutistas y los dictadores consideraban que su poder emanaba directamente de la gracia divina, el PNV considera que el gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca les corresponde a ellos merced a no se sabe que determinismo racial, histórico o divino y todo ello independientemente de lo que la mayoría de los ciudadanos decidan.

Se aproximan tiempos difíciles para la gobernabilidad en el País Vasco. El resultado de esta experiencia es difícil de aventurar. En el PNV sus dos sensibilidades, la pactista y la ultramontana se pondrán a prueba como también la capacidad de sus militantes y dirigentes paara asumir un período largo sin el gobierno. Del mismo modo también se medira el aguante de la ciudadanía no solo vasca sino del conjunto de España en el nuevo contexto.

El PSE-PSOE tendrá que recordar que no es lo mismo mantener en minoría el ayuntamiento de San Sebastián que el gobierno de la comunidad autónoma. La experiencia de Donostia puede valer pero no es determinante ni significativa para garantizar un actitud del PNV similar en cuanto al gobierno de Euskadi.

Va a ser difícil, muy difícil convencer a una gran parte de una ciudadanía que ha sido intoxicada durante treinta años de un nacionalismo excluyente y que intencionadamente trata de confundir a la ciudadanía vasca con establecer como sinónimo de lo español el fascismo.

Asimismo el PSE-PSOE habrá de hacer esfuerzos mas que consderables para mostrar ante la ciudadanía de que no es el Partido Popular el que gobierna si no los socialistas.

El PSOE va a tener que convencer no solo a los que no le han votado sino a los propios que se puede ser socialista, vasco y español al mismo tiempo. Difícil muy difícil.

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