viernes, 15 de abril de 2011

Telefónica, los ERES, la UE y el mercado

Menuda la han armado los gestores de Telefónica en Londres, sus comunicaciones han trascendido lo puramente económico entrando en el resbaladizo terreno de la moralidad pública.


Recapitulemos. Telefónica celebraba el Investor Day, un acto en el que los gestores se reúnen con los grandes inversores para explicar lo que van a hacer en el futuro con sus dineros. Telefónica viene registrando durante los últimos tiempos una cierta atonía en bolsa, tiene un techo en su cotización que no consigue sobrepasar a pesar de ser la empresa española que mejor retribuye a sus accionistas por dividendo, un 9% de su valor en bolsa.


Al parecer eso no es suficiente para inversores que ven como otras empresas abonan, bien por crecimiento del valor o por dividendo, mucho más que la operadora. Hay algo que mucha gente desconoce y que es fundamental para entender lo que viene haciendo esta empresa.


Telefónica es una empresa española si por eso entendemos que es una empresa que tiene su sede en España, pero es una empresa con un gran free float (acciones no cautivas). Sus principales inversores y que tienen la mayoría de sus capital, son los fondos soberanos de algunos países y los planes de pensiones de empleados públicos de los Estados Unidos y Canadá, y son estos los que vienen expresando sus inquietudes a los directivos en forma de sonoros desafectos bursátiles. La acciones en manos de españoles no superan el 35% de su capital.

Me tocó, junto con otros muchos compañeros de las direcciones de UGT y CCOO, negociar algunos de los ERES que en el pasado hubo en Telefónica. En aquellos momentos, inicio de los noventa, Telefónica tenía casi 100.000 trabajadores y los cambios en la regulación europea unidos a la digitalización y a las nuevas formas de comercialización daban un excedente de plantilla. Los ERES que se realizaron, siempre voluntarios, hicieron que las plantillas se acomodaran a las necesidades reales. Se dotaron en forma de provisiones cuantiosas sumas con muy bajo coste para los sistemas públicos.

¿De dónde surgió todo esto? Para una empresa no hay una posición más cómoda que la del monopolio, eso garantiza un mercado cautivo que proporciona sobre todo tranquilidad. En la práctica, siguen existiendo monopolios en España. Ahí están sin que haya sido tocado un ápice los monopolios del petróleo, gas y la electricidad que son responsables de la escalada de la inflacción.

El tremendo coste que para el empleo ha supuesto las iniciativas de la Unión Europea en las telecomunicaciones está en el origen de todo. Los sucesivos comisarios de la competencia han forzado al sector de las telecomunicaciones a desprenderse de puestos de trabajo. De los 700.000 trabajadores que había en el sector en toda Europa se ha pasado a poco más de 180.000. Algunas políticas como la llevada a cabo por France Telecom fue tan traumática que ha sido la causante de muchos suicidios entre sus trabajadores.

En el origen de todo está el impulso político destinado a configurar unas telecomunicaciones y el empleo en el sector como el que ahora todos conocemos. Hay empresas que con 120 trabajadores y sin infraestructuras de telecomunicaciones hacen un negocio redondo. La CMT (Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones), obliga a Telefónica a alquilar a precios irrisorios sus redes a estas empresas. Los precios y las ofertas que pueden hacer las operadoras dominantes, Telefónica entre ellas, están tasados por la CMT y se hace con el objeto de no dañar a los operadores emergentes, podríamos hablar aquí de "discriminación positiva" en favor de algunos chiringitos que operan en el sector. De ahí las diferencias que pueden observarse en algunos precios.

A veces olvidamos, o no conocemos, el origen político de algunas decisiones. El BCE tiene el cometido de controlar la inflación, crecimiento económico y empleo son cuestiones que se las trae al pairo. La UE surgió de la necesidad de evitar guerras en Europa y para ello había que eliminar las causas económicas de los conflictos. Por eso, se implantó progresivamente el mercado único cuya pieza esencial es la política de la competencia. Las otras cuestiones, fondos sociales, programas culturales y la política agraria son el chocolate del loro, lo destinado a refrigerar a una población sometida a tensiones que a veces se vuelven insoportables.

He intentado comentar algunas cuestiones que en la crítica generalizada, merecida por supuesto, suelen olvidarse.

Es impresentable que Telefónica para contentar a inversores exigentes y no bajar en bolsa plantee una nueva reducción de empleo que no tiene sentido desde el punto de vista operativo. Más lo es aún, que la empresa destine a compensar a 1.900 directivos con 450 millones de euros en acciones.

Telefónica ha llegado al límite en el pago de dividendo ya que destina al Pay Out (parte del beneficio destinado al dividendo) el 80% y recurre a deteriorar su valor tangible; inversión, infraestructuras y capital humano para compensar al mercado.

Pero tanto o mas es que hayan sido los comisarios pertenecientes al grupo socialista europeo los principales ejecutores de políticas liberalizadoras que han mandado al paro a cantidad de trabajadores en toda Europa y tampoco conviene olvidar que era el socialista o laborista Lula da Silva, al que sin duda le habrán pagado una jugosa cantidad, el que estaba sentado junto a Alierta en Londres como invitado especial del Investor Day mientras anunciaba esa regulación de empleo.

¿Qué hará el gobierno? No se preocupen, pronto lo veremos, lo que el ministro de trabajo dice, nada tiene que ver con lo que en el futuro pueda ocurrir.

4 comentarios:

  1. Debería ser delito el que las empresas hicieran Eres y el gobierno lo permitiera por el simple hecho de querer aumentar los bonus a los directivos. No estamos hablando de empresas que tienen pérdidas, si uno de los ratios que miden la productividad es la tasa de ocupación, o sea, Empleos/población activa, lo que debería aumentarse es el número de empleos no disminuir el denominador, esa es la diferencia de España con respecto a otros países, que mientras que en Alemania o en otros lugares se aumenta el numerador vía innovación tecnológica u otros, nuestros empresarios sólo estudian cómo disminuír el denominador, de ahí tanta matraca con la reforma laboral y con que debe ser flexible. Perdón por la extensión.
    Un saludo.

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  2. Si con los EREs se aumenta la rentabilidad de una empresa ya de por sí rentable, mejor que mejor. En eso se basa la gestión.

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  3. Como tu bien sabes Telefónica ha estado en los últimos años adaptando su plantilla a una situación de competencia y todos creiamos que con el ERE 2003/2007 se cerraba el circulo.
    Pero ahora la empresa solo piensa en beneficios y creo que en eso se enmarca la propuesta de un nuevo ERE. La empresa está argumentando la perdida de ingresos por culpa de crisis económica para intentar que los sindicatos ecepten su propuests, pero creo que en este caso no es justo aprobar un ERE en Telefonica. Primero porque una reducción de los beneficios, que no perdidas, no lo justifican y segundo porque es hipócrita reducir plantilla y al mismo tiempo repartir primas millonarias entre los directivos y grandes dividendos entre los accionistas.
    Yo siempre he defendido que las empresas con beneficios económicos no deben recibir subvenciones de la administración para sus planes de reducción de plantilla, aunque sea a través de la prestación por desempleo.
    Pero de esto solo es responsable el gobierno que lleva años criticando las prejubilaciones de las grandes empresas y aún no se ha atrevido a legislar para eliminar las ayudas a los ERE's en empresas con beneficios.

    Salud, República y Socialismo

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  4. Nicolás, creo que si en vez de aplicar un ERE se paga a los trabajadores con un puñado de arroz hervido en una hoja de banano la rentabilidad será máxima y, encima, tendremos unas personas que harán un curro ........

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