He de reconocer que aún sigo instalado en la dinámica del mundial, para alguien que no se siente muy patriota esta circunstancia tiene un valor añadido. Sigo percibiendo el grandísimo espectáculo de gente feliz que decidió cruzar el vado y olvidar las penas de los últimos días.
Para mi el mundial ha estado en la gente y en el colorido. Todos o casi todos nos hemos embarcado en una fuga hacia delante tratando de huir de lo cotidiano y de esas figuras omnipresentes que nos amargan día tras día.
Todo se va acabando. Las banderas dejan de estar colgadas en los balcones, la televisión ya no habla de los mundialistas y el color rojo poco a poco va desapareciendo de las calles.
Ya tuvimos el inicio de la vuelta a la normalidad. Las primeras páginas volvieron a ser ocupadas por los mismos de siempre y con el discurso de siempre; Cansinos, pesados como el peor hierro, el tono monocorde y la búsqueda de la frase feliz con la que a la mañana siguiente asegure ese chispazo de la primera plana. Los mismos tonos, los mismos mensajes, los mismos problemas. Nada nuevo bajo el sol.
Esta mañana escuche en la radio que la hija pequeña de uno de los tertulianos preguntó a su padre que cuando se marchaban los políticos de vacaciones. Hartan y aburren cada vez más a este pueblo, ya no es cuestión de siglas es cuestión de profesión o mas bien, de actitud.
No he seguido el debate, mejor dicho, lo he seguido tan solo en los titulares de más de veinte puntos. No me interesa dos que debaten y aportan las mismas soluciones con la diferencia de que los unos decían que se debería de haber tomado antes, mientras que los otros, mantienen que la solución era para ese momento en el que se tomaron.
La política española es cosa de cuatro personas y un rumor encarnado en otras cinco o seis, para eso no hacen falta setecientos pulsadores de botón. Envidio, soy un saco permanentemente lleno de envidias, a los británicos y estadounidenses que tienen unos parlamentarios que responden en mayor medida al mandato de sus electores. Los parlamentarios que tenemos, solo se dedican a aplaudir, abroncar y decir en las comisiones aquello que el secretario del grupo y el ministerio correspondiente ha decidido. En este tiempo en el que nos hemos acostumbrado tanto a la uniformidad del vestir, mundial obliga, yo propondría uniforme para los parlamentarios, si lo llevan los camareros, los metalúrgicos, personal sanitarios y demás, nadie mejor que ellos, por su forma de actuar y seguir los mandatos para llevarlo con la máxima utilidad.
Hablando de uniformes, a los peperos les pondría ese traje azul cielo que tanto suele llevar Rajoy a juego con su bandera, a la postre ellos siguen siendo fiel a su ideología. A los socialistas le pondría ese color gris plomo viejo en justa correspondencia también con el mensaje y la figura de Zapatero. No obstante, aconsejaría que en circunstancias especiales las féminas pudiesen llevar traje de chaqueta rojo estilo Cármen Alborch.
Evidentemente los nacionalistas de diverso pelaje habrían de llevar el consabido traje regional y el resto iría convenientemente ataviado de hawaiano o algo similar para realzar de modo adecuado el folclorismo al que tan dado son los minoritarios.
Cansan, aburren, el pueblo está hasta el gorro de los dos y de sus fieles mas cercanos. Es una lástima y una verdadera pena que la solución a nuestros problemas residan, es un decir, en esta generación de políticos malos de solemnidad (en el mismo sentido que cabe calificar de malo a un portero al que se las cuelan todas). Si, hora es, de que se vayan de vacaciones al fin de cuentas enterados estamos de que ninguna solución a nuestros problemas sale de ahí, está allí, fuera, en unos despachos supranacionales y mercantiles que les van diciendo puntualmente lo que deben de hacer con nosotros, cuando debemos de consumir, cuando debemos de ahorrar y cuanto tendremos para vivir. Bienvenidos al mundo feliz, nadie tiene derecho a ser John el Salvaje.
Para mi el mundial ha estado en la gente y en el colorido. Todos o casi todos nos hemos embarcado en una fuga hacia delante tratando de huir de lo cotidiano y de esas figuras omnipresentes que nos amargan día tras día.
Todo se va acabando. Las banderas dejan de estar colgadas en los balcones, la televisión ya no habla de los mundialistas y el color rojo poco a poco va desapareciendo de las calles.
Ya tuvimos el inicio de la vuelta a la normalidad. Las primeras páginas volvieron a ser ocupadas por los mismos de siempre y con el discurso de siempre; Cansinos, pesados como el peor hierro, el tono monocorde y la búsqueda de la frase feliz con la que a la mañana siguiente asegure ese chispazo de la primera plana. Los mismos tonos, los mismos mensajes, los mismos problemas. Nada nuevo bajo el sol.
Esta mañana escuche en la radio que la hija pequeña de uno de los tertulianos preguntó a su padre que cuando se marchaban los políticos de vacaciones. Hartan y aburren cada vez más a este pueblo, ya no es cuestión de siglas es cuestión de profesión o mas bien, de actitud.
No he seguido el debate, mejor dicho, lo he seguido tan solo en los titulares de más de veinte puntos. No me interesa dos que debaten y aportan las mismas soluciones con la diferencia de que los unos decían que se debería de haber tomado antes, mientras que los otros, mantienen que la solución era para ese momento en el que se tomaron.
La política española es cosa de cuatro personas y un rumor encarnado en otras cinco o seis, para eso no hacen falta setecientos pulsadores de botón. Envidio, soy un saco permanentemente lleno de envidias, a los británicos y estadounidenses que tienen unos parlamentarios que responden en mayor medida al mandato de sus electores. Los parlamentarios que tenemos, solo se dedican a aplaudir, abroncar y decir en las comisiones aquello que el secretario del grupo y el ministerio correspondiente ha decidido. En este tiempo en el que nos hemos acostumbrado tanto a la uniformidad del vestir, mundial obliga, yo propondría uniforme para los parlamentarios, si lo llevan los camareros, los metalúrgicos, personal sanitarios y demás, nadie mejor que ellos, por su forma de actuar y seguir los mandatos para llevarlo con la máxima utilidad.
Hablando de uniformes, a los peperos les pondría ese traje azul cielo que tanto suele llevar Rajoy a juego con su bandera, a la postre ellos siguen siendo fiel a su ideología. A los socialistas le pondría ese color gris plomo viejo en justa correspondencia también con el mensaje y la figura de Zapatero. No obstante, aconsejaría que en circunstancias especiales las féminas pudiesen llevar traje de chaqueta rojo estilo Cármen Alborch.
Evidentemente los nacionalistas de diverso pelaje habrían de llevar el consabido traje regional y el resto iría convenientemente ataviado de hawaiano o algo similar para realzar de modo adecuado el folclorismo al que tan dado son los minoritarios.
Cansan, aburren, el pueblo está hasta el gorro de los dos y de sus fieles mas cercanos. Es una lástima y una verdadera pena que la solución a nuestros problemas residan, es un decir, en esta generación de políticos malos de solemnidad (en el mismo sentido que cabe calificar de malo a un portero al que se las cuelan todas). Si, hora es, de que se vayan de vacaciones al fin de cuentas enterados estamos de que ninguna solución a nuestros problemas sale de ahí, está allí, fuera, en unos despachos supranacionales y mercantiles que les van diciendo puntualmente lo que deben de hacer con nosotros, cuando debemos de consumir, cuando debemos de ahorrar y cuanto tendremos para vivir. Bienvenidos al mundo feliz, nadie tiene derecho a ser John el Salvaje.
Buen fin de semana a todos, disfruten si pueden, ya saben, la vida es breve, muy breve.
Estoy de acuerdo contigo en casi todo menos en tu envidia con respecto a los parlamentarios británicos y estadounidenses. Los primeros porque tienen un sistema electoral totalmente injusto que permite con una minoría de votos, gobernar en mayoría y los segundos porque además no representan a sus electores, sino a los lobies de las grandes corporaciones económicas que les persionan y los compran con prebendas para que las leyes vayan en un sentido u otro.
ResponderEliminarEs cierto que la situación política española es de pena, pero eso no se soluciona con modelos políticos peores que el nuestro.
Salud, República y Socialismo
Lo mejor que le puede pasar a este país es que sus políticos, en masa, se vayan de vacaciones.
ResponderEliminarPienso a veces en algo de lo que ha comentado. En U.S.A. y Reino Unido es común que los parlamentarios de un mismo partido no voten siempre en bloque. Vemos p.ej. al líder de los Dem. yankees teniendo que negociar votaciones con sus parlamentarios. Y que aún así no obtiene su voto favorable. ¿Les llaman allí tránsfugas por esto?
ResponderEliminarJohn El Salvaje, del "mundo feliz" de Huxley. Pobre chico.
Saludos,
Últimamente estoy en desacuerdo contigo en algunas de tus reflexiones, no se si es porque me caló la ortodoxia aparatera, o porque te veo muy negativo, incluso como resignado a que las cosas no tienen arreglo.
ResponderEliminarTenemos los dirigentes que tenemos, unos y otros, por que los pusimos nosotros, bien es cierto, que esto tiene una deriva constante de malo hacia peor. Pero el sistema funciona, si no queremos o no podemos conseguir poner a dirigentes que nos gusten, es un fallo nuestro.
En cuanto a lo de los uniformes para los diputados, que me apunto, que estaría bien para diferenciarnos a los unos de los otros, que a veces como que no se sabe bien quien es quien.
Abrazos
Feluky,
ResponderEliminarManifiestas que o bien yo soy un tanto negativo, que lo soy, o tu tienes influencia del aparato en estos tiempos de zozobra. No me cabe duda de que algo de las dos cosas existen.
A mi, creo, que me sobra cotacto con el común y me falta el contacto con la salsa.
Salsa es el condimento endogámico que suele haber en los partidos y en los vestuarios de los equipos de fútbol. Amigo Felix, es evidente que esto que digo es con el máximo de los respetos.
Un símil es el de los futbolistas en el centro del campo cuando hacen piña formando un círculo, abrazados y formulando esas cponsignas mágicas que le llevaran a la victoria aunque yo, en lo referente al PSOE, los veo mas como los futbolistas brasileños rezando bajo la éfida de Lucio o Kaka, puestos de rodilla e invocando no se sabe bien qué o a quien para que se resuelvan las cosas cuando debieran de saber, que las cosas se solucionan dándole la patada al líder que les llevó a este estado de cosas.
Buena es Felix, la discrepancia, bueno es que cada cual responda a las influencias cercanas. Alguien debe de quedar, alguien o algunos, deben de quedar en la nave para que cuando el capitan al igual que el Ahab de Moby Dick se vuelva loco del todo empuñe la rueda del timón de la dirección correcta.
La negatividad dala por supuesta, pero esa negatividad tiene un origen que radica mas en las personas que toleran que la persona que dirige. Es la falta de fe en aquellos que considero deberían de ser motores en la solución de un problema que existe pero que en las manos solucionadoras de algunos se agravan.
saludos,
Antonio,
ResponderEliminarNo tengo fe en el sistema americano o inglés ni lo considero solución. Envidio la capacidad que tienen estos parlamentarios para hacer la política en la que ellos creen, aunque como es sabido, mas en el caso americano, estos dan la espalda al partido para hacer caso al lobby correspondiente. En eso, al igual que tu no estoy de acuerdo, envidio el hecho, simple pero significativo de la rebelión ante el aparato. Son desde mi punto de vista, muy especial, de socialista libertario el valor de libertad que supone la rebelión ante cualquier aparato.
saludos,
Si Nicolás, que se vayan de vacaciones y nos den un respiro. Al fin y al cabo recibiremos noticias de los funcionarios del FMI, la OCDE, la UE, el Banco MUndial, del BCE, del BDE, de Moodys y de S&P. Eso es suficiente para seguir tirando.
ResponderEliminarsaludos,
Sr. M,
ResponderEliminarEs evidente que coincidimos en muchos de los planteamientos sobre la necesidad de reformar antes el modo de hacer que los contenidos. Es la búsqueda del formato de participación antes que las políticas o los contenidos.
Se suele comentar mucho en el sentido de "... esto es mas izquierda, esto es menos" sin reparar que la batalla que hay que dar es por la democratización real del sistema de representación o participación, a partir de ahí, hablemos de cuales son las políticas que hay que llevar a cabo.
saludos,