La policía municipal detuvo ayer a un ciudadano de 72 años que había perpetrado un atraco en una sucursal del Banco de Santander en León.
MRA se dirigió al banco portando una pistola de juguete con la que amenazó a los trabajadores. El botín ascendió a 5.300 euros. Unas empleadas del banco siguieron al atracador y comunicaron a la policía municipal que éste se encontraba en un centro comercial de la ciudad.
El atracador ingresó en los calabozos de la policía local y será puesto a disposición de las autoridades judiciales. En sus primeras declaraciones a la policía argumentó que se hallaba desesperado ya que tiene a su esposa en una residencia geriátrica especializada, que le cuesta 1.300 euros al mes y que ha de pagar el alquiler de una vivienda en la que reside, contando tan solo con una pensión de 1.500 euros. Se considera que puede ser condenado a una pena de entre cuatro, y ocho años de prisión.
Este hecho me remite inevitablemente al pasado, a otra España. Cuando un niño pequeño se enfrenta a documentales o a películas antiguas realizadas en blanco y negro y compara con las películas y la realidad que percibe en color, suelen pensar, en el caso de mi hijo menor he tenido esa experiencia, de que el color es algo reciente, que la historia, los sucesos y los acontecimientos del pasado eran efectivamente en blanco y negro.
Eso me está ocurriendo ahora. Primero oí y luego, leí esa noticia y con ella me he sentido desplazado a un tiempo y a dos películas entrañables, espejo de un tiempo que fue, y en el que se reflejaba un estado de ánimo en la España del pasado. Las películas correspondían a un tiempo de miseria y de esperanzas cifradas en el Gordo de Navidad, la quiniela o el recurso a lo Curro Jiménez. Esa España no tenía otra alternativa para salir de la miseria, si, tambien estaba la emigración. Era el golpe de suerte o el otro golpe, el que podía sacarte de la pobreza. “Los ladrones somos gente honrada” y “Atraco a las tres”. Forqué y Berlanga, Isbert, Ozores, López Vázquez, Garisa, Gracita Morales, Agustín González, Cassen y otros más.
La historia de España con la crisis vuelve al blanco y negro, ladrones honrados, atracos a las tres y pistolas de juguetes. Un anciano realiza un atraco e invoca razones superiores y desesperanzadoras. No es difícil sentir simpatía por este hombre que asume un riesgo en virtud de nobles intereses. Es inevitable contemplar en él a los Antonio Garisa, Pepe Isbert o José Luis López Vázquez que vimos en aquellas deliciosas películas. Pero no, MRA mintió como un bellaco, no tenía a su mujer en un geriátrico porque era viudo. Ya nada es como antes, hasta eso se ha visto adulterado. MRA nos ha dejado sin una bella y romántica historia y al mismo tiempo, nos ha desarmado en la batalla diaria contra el sistema. Seguiremos la historia.
Cuando oí la noticia enseguida la asocié a la pelicula "Atraco a las tres", aunque desconocía la historia que había detras del atraco.
ResponderEliminarIndependientemente de la historia que haya detras, lo extra es que, con lo que está cayendo, no haya más atracos de gente desesperada.
Salud, República y Socialismo
La historia de Dº M. R. A. habrá acabado siendo falsa, pero hace unos meses, por T.V. nos informaban de que los intentos de atracos a sucursales bancarias en los U.S.A. perpetrados por ancianos han ascendido notablemente.
ResponderEliminarCabe pensar que estos septuagenarios y octogenarios yankees no se han convertido de repente en gansgters, sinó que están desprotegidos en sus necesidades básicas por el Estado y pasan a pensar en términos extremos de supervivencia.
Otros ancianos, éstos con más dinero, secuestraron al broker que les había hecho perder miles de dólares con su mala especulación, le dieron una paliza y lo amenazaron con asesinarlo. Casi la misma historia se repetía en Europa unos meses después.
Saludos,